Capítulo 1 Parte 2: "N.A.H."

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Volví a tomar al tipo del brazo y seguí arrastrándolo por los pasillos que conducían a los dormitorios de los hombres de entre 10 y 17 años, justo frente al dormitorio en el que yo estaba, igual de entre 10 y 17 años estaban ahí, aunque no éramos muchos, nuestras camas no estaban tan juntas supongo para que no nos desveláramos, como si eso nos detuviera ja.

Ya íbamos a la mitad del camino y él no paraba de reír así que lo solté y el calló al piso, eso le provocó más risas, estaba casi sin respirar por las carcajadas que tenía.

-Agh para de reír-dije cruzándome de brazos junto a él, quien estaba en el piso riendo. Y retorciéndose de la risa.

-Es… es qu…e…no…o pu...e…do…-dijo entre risas.

Lo fulmine con la mirada, y me quede observándolo y escuchándolo, su risa era hermosa, como un arcoíris en medio de una tormenta, nadie reía así de ¿felicidad? En este lugar, todos con sus problemas casi nunca reían y él… lo hacía como si su vida fuera la de un adolescente normal y no la de alguien quien acaba de llegar a un orfanato, la verdad es que su risa era muy contagiosa y poco a poco comencé a reír junto con él, una de las pocas veces que mi risa no era fingida o de burla, que era… risa… ni siquiera sabía de qué reíamos tanto pero después de unos segundos yo estaba igual que él, riendo en el piso a más no poder.

Cuando ambos nos calmamos y recuperamos el aliento, nos levantamos y secamos nuestras lágrimas caídas por la risa, comenzamos a caminar soltando pequeñas risitas de secuela, eso, debo admitirlo, fue divertido.

-Lo siento, creo que solo nos atrase-sonrió y se rasco detrás de la cabeza como por nerviosismo, pero sonriéndome.

-Sí, lo hiciste-dije ¿amigable?, tengo que esforzarme, no puede saber cómo soy en realidad, no puede saber que todo me importa.

-Espero no meternos en más problemas-aún sonreía, solo que ahora metió sus manos en los bolsillos, como yo iba.

-Si lo haces, quedara en tu conciencia que me castigaran más-bien ahora no lo dije como antes, lo dije como siempre hablo, fuerte y así, eso está mejor-¿Y porque reías tanto?

-No lo sé-al parecer ignoro mi tono pues él seguía igual.

-¿Cómo que no lo sabes?-dije algo molesta, aquí casi nadie reía y él lo hacía por nada, pff que loco.

-Así es, no lo sé, solo tenía ganas de reír y ya… y ¿Tú porque reías?

-Yo… pues… porque…-no sabía que decir, no podía decirle que porque su risa me hico reír.

-¿Solo porque si? Como yo.

-No, aquí nadie ríe solo porque sí.

-Entonces ¿Por qué?-comenzó a caminar hacia atrás para verme de frente, yo iba con los brazos cruzados.

-No te importa-dije enojada, que preguntón.

-Sí, me importa, por eso pregunto.

-A nadie le importa lo que yo haga.

-Pues…-se estrelló de espaldas contra la puerta de su nuevo dormitorio-Mucho gusto-extendió su mano hacia mí-Soy Alexis Nadie Thomsson Número 84, y me importas-dijo sonriente.

-El de atrás, es tu dormitorio-me voltee y comencé a caminar, como es posible que sea tan amable y sonriente, morirá pronto.

Escuché la puerta abrirse y volverse a cerras, después escuché sus pasos hacia mí hasta que se puso a mi lado.

-¿Cómo te llamas?

-Piérdete-dije seca.

-Mmm… raro nombre,-hizo una mueca divertida-creí que eras Annabell, por lo que escuche, puedes decirme Alexis.

Lo tome del cuello de su camisa blanco y lo estrellé contra la pared-¡NUNCA EN TU VIDA ME VUELVAS A LLAMAR ANNABELL! ¿ENTENDISTE?-dije furiosa, nadie, excepto Amanda, me llama Annabell si no quiere ser lastimado por mi amigo derecho.

-¿Entonces Annie?-dijo inocente, lo voy a matar, lo empuje más fuerte contra la pared-Lo siento, lo siento, ¿entonces cómo?-levanto sus manos como para mostrar que no me haría nada, y sonrío, ahora podía ver mejor sus facciones, tenía unos grandes y hermosos ojos, llenos de alegría, algo extremadamente raro aquí, eran de color gris, un extraño color, pero se veía bien, eran grandes y sus pestañas, largas negras y onduladas, muchas chicas querrían tenerlas, inclusive una parte de mi quería tenerlas, su nariz, perfecta, era… bueno era varonil pero a la vez delicada, muy hermosa a mi gusto, su boca, sus labios eran algo rosados y no estaban resecos, eso cambiaria en algunos días, pero hoy, estaban perfectos curvados en esa sonrisa tan, ¿especial? Esa sonrisa, yo creo que haría sonreír a Amanda si le prestara atención, sus dientes eran una línea perfecta de dientes blancos y res lucientes, su cara era casi perfecta, a excepción de una cicatriz cerca de su oreja y por debajo de esta que iba desde allí hasta perderse dentro de su ropa, por todo lo demás él era… ESPERA… ¿QUÉ? ¿POR QUÉ lo ESTOY ADMIRANDO? BASTA YAAAAAAAA!!! CONCENTRATE.

-Para ti, soy nadie, para todos soy Alisson, si me llamas de otra forma, sufrirás las consecuencias y no serán agradables ¿okey? Y tú, cámbiate el nombre, no serás llamado por el nombre que tus padres te pusieron, o solo revivirás su recuerdo y NUNCA los olvidaras-dije rápidamente y furiosa, al parecer, él se sintió mal de que nombrara a sus padres pero cuando lo solté volvió a sonreír.

-Gracias Alisson, ¿alguna sugerencia para mi nuevo nombre?-comenzamos a caminar de nuevo.

-Sí-pensé en el nombre de Will, siempre me ha gustado ese nombre, y le quedaría perfecto, pero no se lo diría.

-¿Cuál?

¿Y ahora que digo?...-“N.A.H”- eran siglas de “Nueva Alma Herida” lo primero que se me ocurrió, y era un apodo que nadie conocía.

-¿NAH?- lo dijo como se lee, tonto-¿Qué clase de nombre es ese?

-En primera, son siglas “N.A.H.” y en segunda es tu nuevo apodo, todos te dirán así porque yo te lo puse y así te diré.

-¿Y cuándo podré tener un verdadero nombre inventado?-dijo confuso.

-Cuando yo quiera.

-Yyyyyy… ¿Cuándo es eso?-sonrió, ¿Qué no se cansa?

-Cuando descubras que es “N.A.H.” lo cual será difícil puesto que lo acabo de inventar.

-Lo intentaré-siguió sonriendo agh que asco-Oye Alisson tengo una idea-dijo energético.

-No me importa.

-Ya que nos atrasamos-continuo ignorando lo que le dije-Hagamos una carrera hasta la esquina del pasillo de la oficina, si llego antes que tú me das una pista de que es “N.A.H.” y si llegues antes que yo te diré porque reía.

-Correr en los pasillos es en contra de las reglas.

-¿Y TÚ sigues las reglas?-remarco la palabra “tú”.

-Nop… ¿y tú sí?- me detuve y lo miré, sinceramente, sonaba divertido la carrera.

-No me gusta que me digan que hacer-movió la cabeza como para no darle importancia.

-Que te no te guste es diferente a si lo haces o no.

-Pues no me gusta y no hago lo que me digan, solo a veces, dependiendo.

-¿Dependiendo de qué?

-Ahora tú haces preguntas, solo si o no.

No le respondí, solo lo miré divertida y con una sonrisa traviesa en mi rostro, él sonrió igual y ambos nos echamos a correr rápidamente por los pasillos.

Siempre Te Recordare.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora