Me fui sumergida hasta el fondo de mi alocada mente que horas antes estaba en muy malas condiciones. Amanda detuvo el coche en seco frente a su nombre en el estacionamiento, se bajó con furia y azoto la puerta al cerrarla, en ese momento los nervios me invadieron de pies a cabeza… ¿Qué pasará ahora? Amanda en verdad que estaba enojada y mi último comentario antes de “irme” no había ayudado en nada, me paralice observando su postura tan firme, nunca la había visto así lo cual me preocupo aún más, al notar que no me movía del asiento hizo una seña hacia la puerta, la más grande de todas las cocineras de la cual siempre olvido el nombre, se acercó peligrosamente a la puerta del copiloto, donde deseaba morir para no tener que afrontar las consecuencias de mis malos actos.
La cocinera abrió la puerta de golpe y me vio con ojos de pistola, la sangre se me helo y no supe reaccionar, solo me quede mirándola horrorizada, ¿Alisson en que te has metido?
Ella tomó mi brazo bruscamente y de un jalón me saco del asiento y me tiró de rodillas al piso, hubiese sido un gran golpe de no ser porque alcance a meter las manos antes que mi cara, me raspe un poco debido a las piedras pero en ese momento no sentí nada, no podía sentir nada más que miedo, y este se estaba apoderando de mi cordura pues comenzaba a imaginar las cosas horribles que podrían hacerme, podrían encerrarme por meses, torturarme o hasta matarme, igual no le importó a nadie y por lo tanto nadie se preocupa por mí.
La cocinera volvió a tomar de mi brazo y me elevó obligándome a apoyar mi peso en ambos pies, ella me ganaba como unas 3 veces en estatura y en peso y fuerza ni hablar, creo que estoy más flaca que una de sus piernas, en verdad era una mutante.
Dirigí mi mirada hacia Amanda, eta estaba llena de miedo, tenía que calmarme pero simplemente no podía, me estaba muriendo por dentro, Amanda rodó la vista y se giró entrando al edificio detrás de ella.
Mi verdugo, perdón, la cocinera me llevó casi arrastrando hasta la puerta, cuando la abrió note como habían varias personas allí, todas mirando “discretamente” la escena, a varios era la primera vez que les veía, todos tenían expresiones distintas, unos se veían asustados, no sé porque ni que a ellos les fuese a pasar algo, otros sonreían y cuando los veía volteaban la cara y otros tantos solo expresaban confusión.
Nuevamente mi orgullo me ganó cuando comencé a divisar algunos rostros familiares, no tengo ni la menor idea de donde saque el coraje pero me pare rectamente y comencé a caminar con paso fijo y frente en alto, camine detrás de Amanda y con la cocinera a mi lado por los pasillos que conducían a la oficina de Amanda. Al dar la última vuelta antes de llegar divisé a Jessi tratando de matarme con la mirada, a su lado estaba Ian torturándome con su mirada y abrazada a él como un koala se encontraba Taylor, ella le susurraba cosas al oído y el solo sonreía maliciosamente, no los culpo por odiarme la verdad es que casi todo el tiempo parecía como si yo les odiara lo cual no es verdad pero si parecía, mi orgullo siempre me trae problemas de eso no hay duda, bien podría disculparme con Jessi y Taylor en los dormitorios pero eso sería rendirme cosa que no planeo hacer porque Ian se aprovecharía de eso más rápido que nada.
Cuando pasé caminando frente a ellos les dirigí una mirada egocéntrica y segundos antes de entrar a la oficina de Amanda distinguí una última persona… Alexis estaba recargado en la pared detrás de Ian, Taylor y Jessi, usaba unos pantalones negros de mezclilla con una camiseta gris, su cabello cubría sus ojos grises, sin embargo cuando se percató que lo veía levanto su vista para encontrarla con la mía, su expresión era triste y como de decepción, ¿Tendría decepción de mí? No lo creo ni me conoce ni tampoco le importo ¿o si le importo? Me gustaría pero… su mirada me transmitía tranquilidad, me estaba diciendo que iba a estar bien, me daba confianza… Agh Alisson deja de pensar en esas cursilerías.
Sentí un leve empujón cuando aminore mis pasos por perderme en la mirada gris de Alexis, nuestra conexión de miradas se rompió cuando cruce el portal de la puerta de la oficina de Amanda, entonces desperté de mi trance y comencé a meditar sobre todo lo que sentí cuando vi así a Alexis.
-Annabell siéntate por favor – me ordenó Amanda después de que la cocinera cerrara la puerta tras de mí.
-No gracias así estoy bien – respondí, no tenía muchas ganas de sentarme y la verdad es que tampoco quería obedecer mucho a Amanda.
-Siéntate, ahora – me volvió a ordenar esta vez con un tonó de voz más serio y fuerte, la verdad es que esta vez me dio miedo, me hizo reaccionar en la gran situación que me encontraba, no podría pasar nada bueno y esta vez, no me saldría con la mía molestando a Amanda así que obedecí a su orden – Annabel no sé ni por dónde empezar – suspiro - ¿Alguna idea?
-Por Jake… ¿Dónde está? – respondí después de su silencio, mi voz sonaba temerosa pero Amanda estaba tan enojada que no se percató de ello.
-El señor Wilson claro, él eta bien, está castigado en… ¿Cómo lo llamas? A si claro, “El SPA de Amanda” – su tono de voz era tan sombrío que me causaba escalofríos con cada palara que salía de su boca.
-¿Cuánto tiempo ha estado ahí? – pregunte en prácticamente un susurro.
-Desde ayer en la noche, cuando me informo de donde estabas y que estabas haciendo – Amanda guardo unos cuantos papeles - ¿Desde cuándo te importa?
-No lo sé – me hundí de hombros y baje la vista, me alegraba enormemente que no estuviera nadie aquí más que Amanda y yo.
-Por el momento no se me ocurre nada para hacer contigo respecto a tu reciente comportamiento.
-No hagas nada – Amanda me vio tan mal que ni siquiera podría describir la furia en su rostro, creo que me equivoque con esa respuesta.
-Vamos Annabel, estarás en mi SPA hasta que se me ocurra como ayudarte – Amanda se puso de pie y camino hacia la puerta, antes de girar el pomo me vio sobre su hombro para decirme – He dicho que vengas – con esa última orden me encamine junto a ella hacia el calabazo del cual ahora hasta Amanda hace burla.
En el camino ya no había nadie, en realidad estaba desierto, eso me alegro ya que no quería ver la gran carota de Ian sonriendo egocéntricamente, y la verdad es que tampoco quería ver a Will, me confundiría su mirada justo como hace un rato.
Cruzamos el gran pasillo antes de la última puerta, recordé la vez pasada que estuve aquí con Alexis… lo evadía demasiado y a pesar de que no lo quiera admitir me reconfortó mucho su presencia dándome un poquito más de seguridad sobre todo cuando me dio su chamarra, al igual que esa vez no estaría sola, pero a diferencia de esa vez estaría con Jake lo cual no mejoraba la situación ya que a veces Jake me ponía incomoda como cuando lo del árbol horas antes.
Al cruzar la puerta rápidamente ubique a Jake, él estaba recargado en una de las paredes de piedra con una pierna estirada y la otra flexionada en ella apoyaba uno de sus brazos, con la poca luz que había distinguí si cabello algo mojado pegado a su cara, fue entonces cuando me percate que estaba lloviendo y el agua entraba libremente por la rejilla del techo.
-Mandaré a alguien con su cena en unas cuantas horas – sentencio Amanda mientras cerraba la puerta, eso significaba que hoy dormiríamos aquí, sinceramente nunca eh dormido aquí, siempre me sacan antes y la idea me asusta demasiado.
-¿Cómo estas Al? – Jake rompió el silencio un tanto incomodo que había entre ambos.
-Eh estado mejor – me acerque y senté frente a él abrazándome las rodillas con ambos brazos.
-Me alegro – después de eso se creó otro silencio igual o más incómodo, en ratos lograba distinguir el brillo de sus ojos azules pero no siempre – Oye, lo siento, nunca debí de decirle a Amanda.
-Exacto, nunca debiste – sonó muy tajante mi respuesta pero era verdad, nunca debió de acudir a ella. Después de esta disculpa tan trivial volvimos al abismo del silencio.
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Siempre Te Recordare.
Teen FictionAlisson con tan solo 16 años tiene una idea muy oscura sobre las personas; ella ha vivido en un orfanato desde que era una bebe y piensa que la única manera de vivir es mostrándose como ella no es en verdad. Durante los últimos 9 años de su vida ha...