Sin Fronteras [TERMINADA]

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Una persona especial que conocí en ésta plataforma fue @LiHouwaard Por lo que éste capítulo será especialmente para ella. 

Pedro Garay

Se quedó mirando fijamente la puerta del baño, estaba seguro que una mujer no podía demorarse tanto ahí. La vio casi caer con una tipa, que estaba ebria. Estaba por llegar para ayudarla, cuando vio el momento en que su amigo, tiró de ella con una posesión y confianza que lo dejaron de piedra. Se metieron al baño de varones, y esperó. No pasó mucho rato, y Elisa pasó por su lado, ni siquiera se dio cuenta de su presencia, tenía las mejillas coloradas, e intentaba arreglarse. Quería ir tras ella, pero se metió al baño. Óscar estaba apoyado en la pared con las manos en la cabeza, se notaba su angustia y desconcierto cuando lo vio entrar.

-¿Te pasa algo?- Le preguntó a su amigo, esperando que evadiera su pregunta, pero lo miró con culpa y le susurró.

- Me gusta Elisa.

- ¿Sabes que no puedes hacer nada?

- Lo sé. Pero no puedo...

- Aléjate de ella, Óscar. Ella ha llorado toda la tarde por lo que pasó con el testamento, su madre cuando la fui a buscar me dijo que no la dejara sola. Estuvo mal.

- ¿En serio? Es que no sé qué hacer. Estoy con Javi, y ahora todos los saben.

- Tiene que seguir así, amigo.- Se le acercó y le acarició el hombro.- Es una niña, y lo único que haces es confundirla.

- Entonces ¿Qué haces tú?

- Tengo dos años más que ella, y no soy su hermanastro, Óscar. ¿No lo entiendes?- Los ojos claros de su amigo, se oscurecieron y le quitó la vista.

- Tienes razón.

- No quiero hacerlo entender de otra forma, pero no dejaré que te acerques a ella, no quiero que le hagas daño, Óscar. Además no es tu tipo, amigo.

- ¿A qué te refieres?

- Ella no es una mujer para acostarse y al otro día olvidarla. Ella merece algo mejor.

- ¿Algo llamado Pedro?

- Si... ¿Por qué no?- Óscar frunció el ceño, pero luego asintió.

- Está bien, no la molestaré más. Pero tú no dirás a nadie lo que viste.

- Por supuesto, jamás he contado a nadie tus cosas.

- Gracias.

- Ahora vámonos, que Elisa y Javiera deben estar como locas.

Cuando llegaron a la mesa nuevamente, estaba Julián con su novia extranjera. Que robaba toda la atención ya que tenía un acento tan especial, que todos se quedaron pegados en la conversación. Al parecer las mujeres no les habían prestado atención, y él se puso tras Elisa, que le acarició la mano. Le sonrió y levantó la mirada a su amigo, y vio como intentaba tragar saliva, pero mantuvo su promesa y no dijo ni miró a Elisa.