26 (PARTE 1)

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Elisa Edwards

Iban en la camioneta de Óscar, con Julián y su novia, y conversaban animadamente, sin recordar la situación que se había producido en la media luna, pero algo la mantenía inquieta. ¿Qué hacía Mauricio ahí? ¿Por qué no la buscó a ella? Sabía que nada bueno traía su visita, y sabía que esa escapada no era coincidencia, sabía que él se estaba preocupando por su bienestar, pero entonces ¿por qué sentía que algo no encajaba?

-Óscar...

- ¿Si?- Le dijo él mientras manejaba, como iba con Linett en la cabina trasera, se le acercó al oído.

- ¿Con quién estaba Mauricio? ¿O con quién andaba?- Julián escuchó la pregunta, y se dieron una mirada de lo más misteriosa.- ¿Qué sucede?

- Nada, Elisa. No me di cuenta con quién andaba, sólo vi que te miraba todo el rato. No quiero verlo cerca de ti.

- Ok.- Dijo acomodándose en el asiento, sin decir nada más. Pero con montones de cosas cruzando su mente, estaba claro que había algo que no le querían contar. Pero no siguió preguntando. De un momento a otro, se quedó dormida, y despertó cuando Linett le hablaba.

- Despierta, bella. Que hemos llegado... nos han traído a un lugar bellísimo.- Escuchó el río cerca, y miró los árboles alrededor, no reconocía el lugar.

- ¿Dónde estamos?

- En el paraíso.- Le dijo la costarricense riendo, bajaron de la camioneta, pero los hombres no estaban.

- ¿Dónde está Óscar y Julián?

- Fueron a pagar, dijeron que te despertara, irán a comprar unas cosas mientras nosotras nos acomodamos.

- Bien... ¿Eso qué significa? ¿Nos quedaremos a dormir?

- Claro... por supuesto. Ya son casi las siete de la tarde...

- ¡Wow! Mi madre me matará si no le aviso ahora.

- Ya le avisé... Óscar me mandó a llamarla, le dije que tendríamos una noche de chicas, no te preocupes. Además...

-¿Además qué?

-Aquí ya no hay señal, perdimos la señal hace una hora...

- No es cierto...

- Sí lo es... Relájate y disfruta, nena. Que ésta noche es nuestra...- Le dijo la morena riendo, y haciendo movimientos de baile.- La pasaremos en grande.

- Eso espero...

Miró a Óscar caminar en su dirección y se quedó embobada, al distinguir su sonrisa coqueta y sus ojos brillantes. Ese hombre tenía un poder de seducción sobre ella, insuperable. Jamás se había sentido de esa forma ante un hombre, y cuando estudiaba se había encontrado de todo tipo en Concepción. Pero ninguno la había sometido a ese efecto tan poderoso, como lo hacía él, cuando llegó a su lado, se sintió ser objeto de deseo. Y su corazón comenzó a palpitar más deprisa, él se puso en su espalda y la abrazó. Poniendo su barba en el cuello, haciéndole encoger de cosquillas.

Sin Fronteras [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora