Capítulo 5

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— ¡No sabía que en este mundo también habían perros! —exclame emocionada mientras me levantaba sobre la banca de madera del parque mientras alzaba los brazos, eso fue estúpido, los tres se me quedaron mirando con una cara de enojo, ahora ya veo por qué el chico gato me dio un peluche, algunas veces me comporto como una cría.

— ¡¿Qué se supone que significa eso?! — el mayor de los tres que estaba en el medio, golpeo su puño en la palma de su otra mano mientras se miraba con una mirada no grata. — ¿Por qué no habrían? — pregunto, en eso mire los pequeños detalles que tenía en frente de mí. Tatuajes, colares, pendientes, anillos, bandanas.

—Espera...— murmure. —No parecen buenas personas...— dije sarcásticamente mientras me bajaba del banco. —Parecen... ¡Gangsters! — grite lo más fuerte que pude, creyendo que así les dañaría el oído, que yo recuerde, los perros son muy buenos en olfatear y oír, empecé a correr a todo lo que podía, sin rumbo fijo, no importa, a donde sea, pero lo más lejos de ellos.

— ¡Para!

— ¡A por ella!

— ¡Estúpida! — uno de ellos logro atraparme, de la peor manera, jalándome del cabello, sentí un fuerte dolor, peor que cuando me vacunaron, caí al piso y al alzar la mirada me percaté de que el mayor era quien me había atrapado.

—Ahg! — trataba de quitar su mano de mi cabello, pero el solo jalaba hacia arriba, causándome más dolor.

— ¡No puedes huir de mi humana, ja, ja, ja! — se notaba que lo estaba disfrutando.

—Je, je, je, podríamos venderla por un buen precio. — le sugirió uno de ellos.

—Ow, ow, ow, au, ¡pensé que los perros eran los mejores amigos del humano! — grite. Estaban a pronto de salirme las lágrimas, parecía que pronto me iba a arrancar mis cabellos, quería que se detuviera ya, ¡por favor alguien que me ayude! No importa si me tienen que llevar al refugio de nuevo, lo aceptare, pero por favor que esto pare ya.

— ¿Eres idiota o qué? ¡Por qué lo seriamos! — hablaba como si ser amigo de un humano fuera lo peor de todo. — ¡Deja de moverte! — me grito.

— ¡Déjame! — no iba a rendirme tan fácilmente, no ante él. — ¡Deja! — en eso sentí un golpe, el sujeto dejo de jalar mi cabello, pero coloco su mano sobre mi cabeza y con su peso encima de mí, trataba de mantenerme en mi sitio.

— ¡Quédate quieta! — ordeno, pero trataba de seguir luchando.

—Hmm, demasiado salvaje para venderla por mucho. — escuche como dijo uno de sus compañeros.

— Compórtate...— murmuro alguien más, ajeno a esos tres idiotas, una voz que he estado escuchando desde la vez que llegue aquí. Me quede inmóvil. —Deja a ese humano. — era él, ese tonto que me pidió que lo llamara maestro.

— ¿Cómo? ¡¿Quién crees que eres pequeño gatito?! — seguía allí tirada en el suelo, mirando el camino, sin mover ni un musculo.

— ¡Sí! — uno de sus amigos trataba de apoyar al mayor de sus actos. —No es ilegal traficar con humanos. — añadió, para hacerle creer que no estaban haciendo nada malo.

—Dame... ese humano. — ¡esa voz! — gire lentamente mi cabeza y pude verlo, parado allí, con los hombros relajados, las manos dentro de los bolsillos y una mirada tan fría que podría causarme escalofríos de tan solo dirigirla hacia mí.

— ¡Hijo de puta! Voy a destrozarte. — ese sujeto estaba poniéndose iracundo, volvió a tirar de mi cabello.

—Ahhh...— lagrimas empezaron a salir por mis ojos, había estado soportando el dolor por mucho, ya no logre contenerlas ni un minuto más.

— ¡Bro! Espera...— alguien trato de detenerlo. —Él está demasiado tranquilo...

— ¿Quién le tiene miedo a los nobles? — empezaron una charla entre los tres idiotas, en eso ese gato dirigió su mirada hacia mí, como lo había dicho antes, ese escalofríos empezó a formarse en mi nuca y recorrió espalda abajo, no quería que me viera así, en este estado tan bajo, tan miserable, me fulmino con la mirada.

—Bro, tranquilízate...

— ¡Ugh! No muerdas mi cola...— no era consciente de lo que pasaba con los otros tres, solo estaba mirando fijamente a los ojos a ese gato, hasta que mi cuerpo empezó a temblar, desvié la mirada hacia la calle.

—Quiero decir, que parece familiar, ¿no es de la familia Kim?

— ¿K-Kim? — por fin ese perro soltó mi cabello. — ¡Mierda! Mal día para nosotros... ponle un collar si es tu mascota, ¡si la volvemos a ver, no creas que nosotros los de la zona sur, te volveremos a dejar ir con esa humana!

— ¡Vámonos! — exclamo uno de ellos. ¿Qué demonios fue eso? ¡Siento que acabo de estar en medio de una pelea de perros y gatos! Sentí unos pasos aproximarse a mí, alguien tomo mi brazo y de un tirón me levanto, no era capaz de verlo directamente a los ojos, aún estaba aterrada, quería estar sola, no más gatos, no más perros, quiero ir a mi casa, con los humanos, con mi papá, por más que me resistiera a ir con él, igual terminamos regresando a la casa, una vez adentro, él cerró la puerta con fuerza y me empujo a la pared.

—Ouch...— me golpee la cabeza.

—Te avise y aun así lo hiciste de nuevo. — estaba muy enojado conmigo.

—Y-yo... yo solo quería salir. — murmure.

— ¡No te muevas! — grito. Este alzo su mano y se dirigía nuevamente hacia mi cuello, parecía muy enfadado, ¡me va a golpear! Cerré fuertemente los ojos y espere a recibir un golpe. Todo mi cuerpo temblaba, pero por varios segundos no sentí nada, hasta que en eso sentí algo frio alrededor de mi cuello y un pequeño ruido metálico. Al abrir los ojos y ver a ese gato parado enfrente de mi con los brazos cruzados, alce mi mano a mi cuello y pude sentirlo, me había colocado un collar. Rápidamente lo empuje.

— ¡No! — ¿era en serio un collar? — ¡No me hagas llevar esto!¡No soy una mascota! Soy un ser humano... Y yo... yo... quiero regresar a casa...

—Mira...— este tomo mi barbilla y me obligo a verlo a los ojos, aquellos ojos amarillos, propios de un gato. —En este mundo los humanos son mascotas, tanto como si te gusta o como si no, eso no va a cambiar, es la realidad. — recordé todo lo que me había ocurrido en la calle horas atrás, como los otros gatos me trataban, como era yo enfrente de sus ojos. Inmediatamente mis ojos se inundaron de lágrimas. — ¿Qué? — pregunto.

—Mi mejilla...— murmure, no iba a decirle la verdad. —Duele...

—Te lo mereces...— volvió a peñiscarla.

— ¡Para! — trate de alejarlo de mí. 

you're my pet and so what? |BTS|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora