Capítulo 15

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— ¿No te duele? ¿O solo no quieres enseñármelo? —Haneul estaba tan asustada como para poder moverse. TaeHyung se acercó rápidamente hacia ella y empezó a agacharse, Haneul se temía lo peor, cerró fuertemente los ojos esperando un castigo hacia ella por sus actos. Pero no fue así, sintió como una mano suave se colocó en su frente, era TaeHyung quien le estaba comprobando su temperatura actual. —Pensé que eras una osa... — murmuro. — ¿Cuándo te has convertido en una ratita? — pregunto él mientras hacia un juego de palabras, al ver como Haneul había pasado de ser alguien torpe e inocente a alguien que deseaba esconderse y temblaba al ver a otros. Pero este se sentía más aliviado al ver que su fiebre se ha ido y se encontraba mucho mejor. Mientras veía a TaeHyung acercándose hacia la puerta de su habitación para irse, Haneul pensaba que quizás solo había tenido una pesadilla, pero era curioso ya que recordaba a su padre en ella, cuidándola. Se levantó del suelo y acomodo su pijama, vio la mesa de madera que estaba al lado de su cama y vio un vaso de agua con medicinas al lado. Haneul también recordó en sus sueños a Milky, cuidándola.

— ¡Espera! — fue rápidamente hacia TaeHyung antes de que saliera de la habitación, tomo un extremo de su camisa y lo jalo hacia atrás, este se detuvo y se giró a verla. — ¿Has estado cuidando de mi toda la noche? — le pregunto ella muy animada, sin darle tiempo a TaeHyung de responder. — ¡Gracias! — solo le agradeció. TaeHyung al verla tan animada, vio que aquella ratita ya se había recuperado y volvió a ser esa osa tonta a la que él suele llamar.

— ¿Y si no he sido yo? — este coloco su chaqueta en su hombro y le dio la espalda, mostrándose lo menos despreocupado por ella.

— ¿Q-que? — Haneul cayó en un pozo de preguntas, había entrado en duda, si no había sido TaeHyung, ¿entonces quien había sido que la cuido? En eso vio como TaeHyung se dio la vuelta.

—Osa idiota... — murmuro él y luego le saco la lengua.

—Eh... ¿entonces has sido tu o no? — volvió a preguntar. Al no recibir una respuesta de TaeHyung antes de irse, ella empezó a buscar pruebas en toda su habitación, algo que le afirmara que había sido cuidada por su maestro y que no había sido un sueño, cuando en eso, encontró un pelo de TaeHyung en su almohada, ella al verlo lo tomo con cuidado y lo alzo, para verlo mejor con la luz del sol que ingresaba por la ventana, en el rostro de Haneul se formó una sonrisa de satisfacción, al sentir que logro resolver el misterio.

***

Estaba más que fastidiada por tener que volver a ver a esa niña tonta aquí en la cafetería, no contenta con eso, decidió sacarme para hablar como la última vez, estábamos las dos sentadas en la banca de madera, ella empezó a contarme que había tenido fiebre los últimos días, que no había podido venir a verme y hablar conmigo, como si eso me importara la verdad, no entendía a donde quería llegar ella.

—Así que... ¿es verdad que vuestros postres producen fiebre en los humanos? — me pregunto Haneul. Por fin llegando a algo de todo este balbuceo.

—Nosotros no ponemos drogas en la comida. — murmuro algo fastidiada. Enseguida me levante y me dirigí de nuevo hacia la heladería. — ¿Alguna pregunta más? — no espere a que ella me respondiera. —Necesito volver al trabajo.

— ¡Eh! Espera, no he terminado... —exclamo ella. — ¡Por favor cuéntame más sobre la zona sur! — suplico, aun esa tonta idea de trabajar parece que seguía en su mente, creí que la fiebre le había frito el cerebro y hecho cambiar de opinión, pero al parecer no.

—Me niego. — respondí, en eso alguien tomo mi delantal por detrás y me empezó a jalar, me di la vuelta y vi a una Haneul arrodillada en el suelo con ojos llorosos intentando convencerme de lo contrario.

— ¡Por favor! — suplico ella. — ¡Eres la única humana que conozco! — usaba eso como excusa.

— ¡Vamos! — intente que me soltara la ropa. — ¡El gerente se enfadara conmigo si ve esto! — empecé a darle golpes en su cabeza, pero aun así no me soltaba.

— ¡Por favor! — seguía insistiendo ella, en eso una idea se me vino a la mente.

—Vale... — murmure, vi como el rostro de Haneul cambio drásticamente. Ella creyó que me había convencido con ese teatrito y algunas lágrimas de cocodrilo. — ¡Gracias!

—Me gusta el perfume de Chanel, los zapatos altos de diseñador y los labiales de MAC, señorita collar dorado, ¿puedo pedirte alguno? — espero que solo con esto te desaparezcas de mi vista, chiquilla. — ¿Qué tal si me traes algo que me guste?

***

Tras servido a dos clientes, les abrí la puerta para que se fueran, aun podía escuchar como entre ellos balbuceaban y hablaban mal sobre mí, pero tenía que dejarlo pasar, aun así los despedí con una sonrisa.

—Gracias por su visita. — hice una pequeña reverencia ante ellos. Para fortuna mía, ya habían pasado un par de horas y esa idiota no ha vuelto a aparecer, creo que logre dejarle las cosas en claro.

— ¡Hey! — alguien grito atrás de mí, de seguro era alguna de mis compañeras. —Humana, limpia los paneles de cristal. — me ordeno.

— ¿Huh? — eso fue repentino. —No es mi responsabilidad. — me gire y le respondí amablemente.

—Estamos cortos de personal hoy, ¡gracias! — se marchó, dando por hecho de que lo haría, pero no pude reprocharle, ella era un gato como los otros y yo... solo una humana. A los minutos ya me encontraba afuera del local, limpiando los paneles de cristal.

—Demonios... — no pude evitar empezar a balbucear, estaba tan enfadada. —Siempre se la toman conmigo. ¡Debe de estar celosa de mí! — trataba de conseguir alguna excusa. ¿Qué otra razón puede haber? Voy a conseguir que haga cien pasteles y entonces los tirare todos al suelo, en eso sin querer se me cayó el limpiador de vidrios de las manos, al verlo en el suelo, no entendía por que sentí una opresión en el pecho, las ganas de llorar me invadieron. No puedo más... ¿Por qué? ¿Por qué todas las chicas me odian? Me odiaban cuando era pequeña. Me odiaban en el campamento de entrenamiento, cuando vine a la zona norte. ¿Por qué siempre soy la única a quien molestan? ¿Llegara algún día en el que pueda mirarlos desde arriba y no desde abajo?

— ¡Jin Soo! — escuche a alguien llamarme, cuando me di la vuelta, encontré un ramo de flores muy cerca de mi rostro, entre algunas de estas podía ver a una chiquilla muy sonriente. — ¡Esto es para ti! — exclamo Haneul muy alegre.

—Tu... — realmente no me esperaba a que ella regresara. ¿Por qué lo hizo? ¿Por qué has vuelto? Podía ver como una sonrisa contagiosa salía de sus labios. — ¿Qué ha pasado con el perfume, pintalabios y tacones? — trate de no mostrarme afectada por su gesto.

—Huh... — note como esa sonrisa se desvaneció y se mostró algo preocupada, pasó su mano por su cabeza y empezó a rascarse torpemente. —Los tacones me hacían doler los pies cuando me lo probé, no pude ni caminar. El perfume me mareaba y vi tantos colores de labiales que no pude elegir uno... — murmuro ella. —Así que...

— ¿Eres idiota? — pregunte.

—Bueno, como eres tan guapa es más difícil encontrar algo que realmente te quede bien... ¡Oh! Pero cuando he visto estas flores he sabido que eran para ti...—he recibido flores antes, pero de una mujer... — ¿Te gustan? — pregunto ella muy animada mientras llevaba ambas manos a su espalda. Era la primera vez.

— ¡En verdad no! — respondí mientras me cubría un poco el rostro con el ramo para ocultar que me estaba sonrojando un poco y desmintiera mis palabras. — ¡Es barato! — vi el rostro de Haneul a punto de hacer un berrinche al escuchar eso, no pude evitar soltar un par de risitas, era tan inocente ella. 

you're my pet and so what? |BTS|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora