Capítulo 12

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— ¿Me has oído? — se acercó a mí y empezó a golpearme varias veces con el periódico, fastidiándome.

— ¡Ya lo sé! — exclame. — ¡Deja de darme en la cabeza! — él se alejó rápidamente de mí y empezó a ver el periódico, yo estaba por dirigirme de regreso a mi habitación, pero cuando lo vi detenidamente, sentí algo diferente, nunca había llegado a verlo realmente de cerca, es tan alto, tiene una cara perfilada y... ¿hermosa? Con pelo de aspecto suave y orejas mullidas, me hacen querer tocarlas.

— ¿Qué haces? —pregunto él mientras tomaba mi mano.

—Ow...— ¡Mi mano se ha movido por si misma! Trate de alejarme de él, pero TaeHyung tomaba firmemente mi mano, estaba esperando una respuesta creo. —N-N-Nada...

—Dímelo.

— ¡De verdad que no es nada! —empezó a mirarme fijamente, trate de resistir, una guerra de miradas empezó entre nosotros, en los primeros treinta segundos estaba bien, pero cuando sentía como el tiempo pasaba tan lento, mi determinación empezó a decaer, quería zafarme de su agarre, pero no podía, este empezó a tomarme la mano con más fuerza, estaba poniéndome muy nerviosa. Y esa mirada, no pude más. —Solo quería tocar tus orejas...— renuncie. Este al escucharme soltó mi mano, por fin.

—No me gusta que la gente toque mis orejas. — quito su mirada de mí y volvió a enfocarla en su periódico. Se mostraba muy serio.

—Uhm...— en el mundo de gatos, no soy buna cayéndoles bien. Me fui de regreso a mi habitación, mirando por encima de mi hombro a TaeHyung que se había sentado en el sofá de la sala mirando su periódico. En este mundo, no le caigo bien a nadie, creo que ni a los humanos. Especialmente con este gato. Ahora que lo pienso... aquí soy analfabeta y desempleada, sin familia ni amigos. Él es la única razón por la que sobrevivo y tengo una buena vida, sin embargo aún no he tenido la oportunidad de llamarlo por su nombre... ¿podré hacerlo?

—Sales por un día entero y todo lo que comes es un postre, eres una cría...— exclamo TaeHyung antes de que subiera por las escaleras que estaban al salir de la sala.

— ¡Que no soy una cría, tengo dieciséis! — rápidamente corrí a su lado y le grite.

— ¿Es así? — pregunto él. —Toda la ropa que compre para ti es de niños...— volteo a verme mientras miraba mi atuendo.

— ¿De ni...?— estaba catatónica. —Espera un momento...— una inquietud me invadió. — ¿Cómo sabes que tome un postre cuando salí? ¿Tienes a alguien siguiéndome? — ¡No se puede confiar en él! Tengo que encontrar una manera de salir de aquí.

—Tu collar me envía notificaciones de gastos...— dijo tranquilamente. En ese momento se me cayó la cara de vergüenza, no sabía que decirle y los siguientes segundos que pasaron realmente los sentí súper largos e incomodos.

—Oh, vaya...— murmure. — ¿Así que es eso? — me pregunte tontamente a mí misma en voz alta. — ¡Ja, ja, ja! — trataba de no sonar tan incómoda, pero cuando vi a TaeHyung, aquella mirada de enfado, creo que había metido la pata. ¿Ahora por qué está enfadado? Por suerte que no he mencionado lo que he pensado. Tal vez debo tratar de conocerlo más. —Uhm...

— ¿Ahora qué? —parece que si se enfadó.

— ¿Cuál es tu nombre? — pregunte, era una pregunta algo tonta si lo piensas, preguntarle eso cuando lo sé, pero quería iniciar de alguna forma. TaeHyung no respondía, me seguía mirando fijamente, cuando en eso este alzo su mano y presiono un botón de mi collar, este hizo un pequeño sonido metálico. — ¿Q-que?

— ¿No querías... aprender a leer? —me pregunto.

— ¿Ah? — no logre entender a que se estaba refiriendo. Después de eso busque el diccionario y el grabado en el collar dice...

"Kim TaeHyung..."

***

Estaba regresando a mi habitación, la cual estaba casi al finalizar el pasillo en el segundo piso, pero vi una puerta abierta, de la habitación de JiMin. Ingrese con cuidado, este alzo su mirada de su libro que tenía consigo.

—Haneul...— me recibió con una tierna sonrisa. — ¿Todo bien? — con qué cara estaré ahora para que me pregunte eso. No podía dejar de pensar en lo ocurrido hace poco, con TaeHyung. En el mundo de los gatos, no soy buena cayéndoles bien.

— ¿Puedo tocar tus orejas? — le pregunte algo tímida a JiMin.

— ¡Claro! — respondió él muy animado.

— ¿En serio? — creo que mis ojos se iluminaron, me acerque a JiMin quien estaba recostado en su cama, con la espalda recargada en la cabecera de madera, este cerro su libro y lo dejo a un lado, tome con cuidado sus orejas y pude acariciarlas. —Wow...— no había palabras claras para describir con exactitud lo suave que eran. Creo que JiMin era muy sensible ya que pude notar como este se sonrojo. Está bien, tal vez solo le caiga bien a un gato...

you're my pet and so what? |BTS|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora