18. Chico Aliviado

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¡Hola a todos mis adorados lectores (as)! Miren quién está de vueltaaa... XD Me siento tan feliz de al fin poder terminar con esta espera tan larga trayéndoles un nuevo capítulo de esta historia. 

Y por supuesto, como ya saben, antes de irme quiero enviarles a todos (as) ustedes y a mis nuevos seguidores (as) un enorme abrazo cargado de gratitud por pasarse por mis fics <3 <3 <3 Y una mención especial para mi estimada Shoenstand: Qué bueno saber de ti después de tanto tiempo, espero que puedas continuar escribiendo porque me muero por saber cómo siguen tus historias. ^^

Y ahora sí, los dejo para que le echen un vistazo a este nuevo capítulo. Que tengan una buena lectura y gracias por seguir esta historia a pesar de tantas pausas desesperantemente largas.  -///-

18. CHICO ATERRADO

Los fríos ojos grises de aquel monstruo se dedicaban a estudiar a Temari de pies a cabeza desde que uno de los matones la obligó a ponerse de pie sin importarle que la pobre aún sudaba producto de las arcadas que le provocó aquella sangrienta escena.

— Mmm... No está nada mal... — dijo en un tono lascivo y no tardó en acercarse a ella para obligarla a encararlo tomándola por las mejillas sin ninguna delicadeza. — Ojos bonitos, labios sensuales y ese cuerpo... ¡Uf! Me darás mucho dinero, mi querida Temari.

— ¡Déjala! — exclamé furioso y dejando en el olvido todo rastro del temor que me había inspirado el castaño. — ¡Ni siquiera te atrevas a pensarlo! — no lo dudé ni un segundo y le arrojé el control remoto que había dejado sobre el escritorio.

— Así que el cachorrito también sabe morder, ¿eh? — dijo riendo por lo bajo. — Perfecto, mi pequeño. Eso es lo que quiero de ti, que te enfurezcas cuando algún malnacido se atreva a tocar tu mercancía sin haber pagado antes. — regresó junto a mí y posó sus manos sobre mis hombros con orgullo.

— ¡Apártate de mí! — me alejé en seguida. — ¡Jamás seré como tú!

— Parece que lo que te digo te entra por un oído y te sale por el otro. — sacudió la cabeza en tanto bufaba en señal de "decepción". — Ya ni modo... — añadió en tanto se quitaba la chaqueta y quedaba sólo con una camisa roja que procedió a arremangarse hasta los codos. — Detesto tener que dañar la mercancía.

Caminó lentamente hacia Temari, lo único que llenaba el eterno silencio del salón eran sus pasos y yo sólo podía observarlo paralizado, deduciendo lo que significaban aquellas palabras pero al mismo tiempo, rogando que no las concretara.

— Señor, permítame... — la mano levantada de mi padre detuvo en seco al asistente que se ofrecía para llevar a cabo la "tarea".

— Ya que es una ocasión tan especial, lo haré yo mismo. — sentenció con una sonrisa cargada de maldad mientras acariciaba la mejilla de la rubia y sus matones la retenían con más fuerza. — Entonces mi querido Hinari, te reitero mi oferta: ¿Aceptas convertirte en mi sucesor y heredar todas mis riquezas?

— ¡Jamás!

El sonido seco de una dolorosa bofetada resonó en el lugar inmediatamente después de haber pronunciado sin pensar aquella respuesta. Mi cerebro tardó unos segundos en procesar lo ocurrido, en constatar que Temari había recibido aquel golpe. Su enrojecida mejilla comenzaba a hincharse y nos miramos incrédulos mientras las lágrimas anegaban nuestros aterrados ojos. ¡Ese monstruo no tenía consciencia alguna!

— No, no, no, mi pequeño. — canturreó burlonamente el castaño al mismo tiempo que movía un dedo en señal de negación. — Creo que aún no entiendes cómo funciona esto. — agregó en tanto acariciaba la mejilla sana de la rubia. — Será mejor que lo comprendas antes de que destroce el hermoso rostro de tu amiguita.

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