20. Chico Confiable

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¡¡Hola, mis queridos lectores!! ^///^ Volví con un nuevo capítulo para todos ustedes que espero disfruten y aunque al parecer me quedó algo corto y parece ser más un episodio de transición, creí que era necesario darle un cierre a cierto tema. Como notarán, hay un personaje que hará una aparición especial en este capítulo ^.^¿ jejejeje, lo siento, no pude evitar incluirlo en esta locura. En fin, muchas gracias por pasarse por aquí para leer, votar y comentar. <3

P.D.: Últimos capítulos, mi gente adorada. 

20. CHICO CONFIABLE

— Así que decidí invitarla al baile de graduación. — exclamé con una gran sonrisa decorando mi rostro. — Te lo juro, Hinari. Creo que esto va en serio... — afirmé antes de suspirar cual niño enamorado y tumbarme sobre mi cama.

— Me alegro por ti, Kiba. — oí la amable voz de mi amigo a través del teléfono. — Después de que Ino te hizo a un lado, creía que te cortarías las venas. — dijo en son de broma recordándome lo mal que inevitablemente me sentí cuando la rubia mandó al demonio lo "nuestro".

— ¡Oye, déjate de bromitas! Lo mío con Ino sólo era un pasatiempo — gruñí con el ceño fruncido. A pesar de todo, me sentía feliz por cómo resultaron las cosas para ella y habíamos acabado siendo buenos amigos. — Como te dije, lo mío con Sayuri va de lujo y no puedo esperar a que sea el baile dentro de tres días. — agregué algo sonrojado observando las fotos que la chica de cabello azabache y yo nos habíamos tomado hace unas semanas en la cabina de fotos del cine. Y pensar que se había encontrado frente a mis narices todo este tiempo al estar en la misma secundaria que Hinari pero en un grupo diferente. ¡Qué despistado podía llegar a ser! Si mi amigo no me hubiera invitado a ese festival escolar...

— Qué bueno, parece una chica muy agradable.

— No tienes idea... -- añadí con un sonrisa traviesa. -- ¿Y bien? Dijiste que querías pedirme algo cuando contesté tu llamada — le recordé.

— Es cierto. Pues, verás... Yo... Mañana... — el volumen de su voz comenzaba a disminuir con cada palabra denotando que lo que me iba a pedir lo ponía muy nervioso.

— Vamos, Hinari. Desembucha. — lo animé.

— Está bien. — dijo luego de suspirar hondamente. — Mañana después de clases, iré a la prisión a visitar a... a mi... — supe de inmediato a quién se refería. — Me informaron que pidió desesperadamente que fuera a verlo, que es algo así como su última voluntad y puede que sea la única y última vez que pueda hablar con él antes de...

— De acuerdo, te acompañaré. — afirmé adivinando a dónde quería llegar con todo eso.

— Muchas gracias.

...

El único autobús que llevaba a la prisión se acercaba a su destino y pude notar cómo el nerviosismo de Hinari crecía a cada segundo, sus manos jugaban ansiosamente con la tela de su pantalón escolar.

— Tranquilo, todo va a estar bien. — le aseguré en tanto posaba una mano en su hombro.

Por toda respuesta, el azabache sonrió y al cabo de unos minutos, oímos la campanilla que anunciaba que el autobús había llegado a su última parada. Descendimos del vehículo sin decir nada más y luego de contemplar aquel enorme y algo atemorizante edificio por unos segundos, nos encaminamos hacia la entrada.

Una vez que hablamos con un par de guardias que nos entregaron unos pases de visitantes y de ser conducidos por varios pasillos, llegamos hasta una pequeña plaza rodeada por puertas de vidrio desde donde los guardias podían vigilar al único ocupante de aquel espacio verde, quien traía las manos esposadas y vestía un overol anaranjado: el señor Hyuga. Al verlo, Hinari me observó en silencio buscando apoyo y luego de asentir con firmeza, le aseguré que lo esperaría detrás de aquella puerta toda la tarde de ser necesario.

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