15. Chico Pensativo

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¡¡Hola a todo el mundo!! XD Me alegro mucho de volver por aquí y con un nuevo capítulo para todos ustedes <3 

Muchas gracias a todos y todas ustedes, mis nuevos seguidores y lectores, y mis adorados y adoradas lectores fieles <3 Espero que disfruten su lectura y lamento mucho la tardanza ^^¿ Como siempre las responsabilidades... Bueno, ya no los aburro más. Saludos y nos leemos.

15. CHICO PENSATIVO

Naruko acarició lentamente mi pecho por sobre la camisa luego de dejar una "adorable" marca en mi cuello, disfrutando cada segundo de aquella cálida y electrizante sensación. Por mi parte, liberé un gruñido gutural ante su juego y ése fue el detonante para envolvernos en un ardiente intercambio de besos, rasguños y caricias íntimas.

— ¡Ah, Hinari! — gimió ruidosamente mi acompañante al sentir mi mano aventurera jugando con uno de sus endurecidos pezones.

— Shhh... Baja la voz, Naruko — dije en un susurro entre avergonzado, excitado y divertido. — Nos descubrirán.

— Lo siento, lo siento — rio de manera musical. — Pero es que me asombra lo mucho que has progresado, mi pequeño saltamontes — añadió en tanto me guiñaba un ojo.

— Y aún no lo has visto todo — dije en un tono juguetón con una mirada cargada de seducción antes de deshacerme por completo de mi camisa escolar para acorralar a la rubia contra una de las paredes de la desierta y pequeña habitación.

— ¡Oh, Dios! — exclamó de manera teatral y con una sonrisa zorruna en su sonrojado rostro. — ¡He creado un monstruo!

Su risilla juguetona fue silenciada por mis labios que se apoderaron de los suyos de forma demandante y pronto nos deshicimos de la ropa interior que ya comenzaba a estorbarnos. Naruko no perdió el tiempo, de un salto envolvió mis caderas con sus sensuales piernas y nos conectamos en un delicioso vaivén que nos hizo gemir y gruñir de placer.

Cada vez nos costaba más reprimir la sinfonía de lujuria que escapaba de nuestros pulmones con cada nueva embestida, cada nuevo rasguño y cada nueva mordida. En cuestión de unos minutos cargados de placer, nos dejamos llevar por un ruidoso orgasmo que nos hizo cubrirnos la boca mutuamente al recordar dónde nos encontrábamos: en la sala de proyección ubicada sobre el auditorio de la escuela. Nos miramos por unos instantes, jadeantes y con una sonrisa de complicidad curvando nuestros labios.

— Muy bien, Hyuga — me felicitó mi maestra mientras se acomodaba la blusa. — Nada mal para ser tu primer rapidín.

— Eh... Gracias, supongo — reconocí algo vacilante en tanto me quitaba el condón con mucho cuidado, sintiendo cómo mis mejillas se encendían al por fin caer en la cuenta de lo que habíamos hecho durante la hora del almuerzo.

— Déjame ayudarte con eso — dijo Naruko aproximándose a mí para tomar el condón, hacerle un buen nudo evitando que se derramara su contenido y lo metió en mi mochila como si fuera lo más normal del mundo. — Listo. Ahora salgamos de aquí antes de que nos descubran por ese orgasmo tan delicioso — añadió de manera juguetona y dándome una nalgada.

— ¡Pe-pero...! — tartamudeé totalmente desconcertado ante sus acciones. — ¿Era necesario guardar el c-c-condón u-u-usado en mi mochila? — el pudor causado por esos temas aún no se apartaba del todo de mi cabeza.

— ¡¿Estás loco, Hyuga?! — exclamó la rubia extrañada por mi pregunta. — ¿Cómo rayos se te ocurre arrojar un condón usado en el bote de basura de la escuela? Está bien hacerlo en tu casa o en la mía porque ahí tú mismo puedes encargarte de tu basura pero... — finalizó con un gruñido y sacudiendo la cabeza.

Las DesvirgadorasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora