Primera Parada

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Odiaba regresar a mi apartamento sola.

 Las noches eran demasiado oscuras en la época de invierno y a pesar que era mi época favorita, no dejaba de odiar el maldito frío que me congelaba hasta los pensamientos. Hubiera accedido a tomar el taxi que me había ofrecido Jinyoung.  Pero el aceptar ese taxi no solo me iba a llevar a casa, sabia que también esto implicaba que por fin le estaba haciendo caso a sus intentos fallidos de conquistarme.  Quizás con algunos tragos de más, dejaría que él mismo me llevará a mi casa y yo me encargaría de corromper su imagen tan perfecta.

Opte por caminar, a las 3 de la mañana, por las calles oscuras completamente sola y con el frío que me estaba congelando mis extremidades.

Por suerte los tragos no me habían causado tanto efecto, podía caminar por mí sola y no necesitaba llamar a mi mejor amiga para que me recogiera. Digo, si es que aún estaría dispuesta a contestar mis llamadas. Yo no lo haría. La realidad es que soy la peor amiga que puede existir en este mundo, quizás, me atrevería a decir, la peor persona.

Cuando por fin llegué a la parada de autobús, me senté a esperar por el próximo autobús. Tan pronto mi piel toco aquel frío acero del asiento, todo mi cuerpo sintió el impacto del frió, mi piel se puso de gallina y por unos segundos no podía sentir mis piernas. Me arrepentía mil veces de haberme puesto éste maldito traje, y todo para impresionar al jefe.

-"Maldito infeliz."

Pensé en voz alta y no me importó hacerlo. Sabía que ninguno de mis perfectos compañeros de trabajo tendrían la desfachatez de estar en una parada de autobús, eso era demasiado bajo para ellos. Preferían irse en sus autos de lujos o con sus chóferes personales.

-"Malditos engreídos."

Continúe soltando maldiciones, y para ser honesta, me hizo sentir mucho mejor.  Tener que estar rodeada de personas que te drenan la energía es realmente exhausto.  Estaba tan envuelta en mis propios pensamientos que no me había percatado que no era la única en aquella parada.  Una risa detrás de mi fue lo que causo que saliera de mi trance. Cuando me giré había un chico recostado del cristal que protegía la parada de autobús. ¿Desde cuándo había estado allí? No podía ser un compañero de trabajo, ellos no serian quienes de rodearse por estas áreas, y aparte se ve demasiado joven como para trabajar para la empresa. Me levanté de aquel frío asiento y toqué en el cristal para llamar su atención. El chico se giró y sentí como de un momento a otro me faltó el aire, tosí repetidas veces ...tiene que ser el frió...hasta que el chico dio la vuelta y quedó frente a mí.

Se acercó  aún con la sonrisa en su rostro y a pesar de que la noche estaba oscura y solo alumbraba los faroles de la calle, podía apreciar el rostro tan perfecto del ser que tenía frente a mí . Su sonrisa estaba creando confusión dentro de mi, no sabia si estaba irritada por su risa burlona, o si me encantaba que estuviera siendo tan coqueto conmigo.

– ¿De qué tanto te ríes, niño bonito? –  pregunté mientras me cruzaba de brazos y asumía mi postura de chica que no se siente en lo absoluto intimidada.

– De una chica tan linda con una boquita tan sucia. – alzó su ceja mientras mordía su labio inferior. No sé si lo que decía tenía doble sentido involuntariamente o con toda la jodida intención, pero encontré esa frase completamente excitante.

– La boca es mía y digo lo que me plazca. – creo que el noto lo defensiva que estaba; puso sus manos dentro de su chaqueta de cuero y caminó hacia mí, causando que mi espalda chocara contra aquel cristal acortando la distancia entre nosotros, bajó su rostro para quedar a mi estatura y su mirada la fijo en mis labios.

Noona ➵ Im JaebumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora