Mi Familia

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La noche fue larga, tragos y cervezas fueron los que reinaron por largas horas. En momentos como estos agradecía que fui criada bajo un hombre completamente alcoholico, pues con la cantidad de alcohol que había ingerido, si hubiera sido otra persona quizás estuviera muerta.

Hicimos varias paradas, entre discotecas, barras y uno que otra parada que los chicos debían hacer en cuestión de recolectas de dinero y mercancía. Tuve sentimientos encontrados, pues ya me había distanciado un poco de ésta rutina y quizás en otro momento me hubiese negado rotundamente a acompañarlos, pero en éste momento me sentía .... cómoda.

Fue como si el tiempo no hubiese pasado y todo se había quedado en lo que fue, en lo que estaba acostumbrada. Como si mis esfuerzos por alejarme de esa vida hubiesen sido en vano y bastó con una noche para volver a anhelar esa adrenalina.

–No me dijeron nada del chico que estaban entrenando.– dije mientras tiraba mi cansado y un poco ebrio cuerpo a la cama.

–Al parecer el chico es todo lo que decían, debo admitir que me impresionó – contestó Youngjae mientras se desvestía tirando la ropa a una esquina de la habitación. – Se mostró completamente alerta y discreto, e inclusive, pude notar cómo intimidó al mensajero.

–Es uno de los que debemos tener cerca a nosotros, tiene mucho potencial – habló Jackson mientras se tiraba a mi lado. – Y también creo que me debería recostar, ya me están subiendo todas las cervezas. – se acercó más a mi rodeándome con sus tonificados brazos y me envolvió en un abrazo nostálgico.

–Jackson, deja a Soo tranquila, recuerda que ya no es una niña. – habló Youngaje con cara de disgusto cuando vio que Jackson entrelazó sus piernas con las mías.

–Ya no es una niña pero sigue siendo nuestra pequeña Soo. – contestó Jackson acompañado de un pellizcón en mi mejilla.

–Hablan de mi como si fuese una bebé. – refuté empujando el cuerpo de Jackson y sentándome de brazos cruzados en la cama.

–Es que lo eres. – volvió a hablar Youngjae dándome la espalda. – Mientras vivas seguirás siendo nuestra pequeña Soo. – se acercó a mi y revolcó mi cabello para luego darme una tierna sonrisa que me desarmó.

Y fue ahí donde recordé que éste era mi lugar. Fue en esa sonrisa que recordé que estaba siendo protegida por dos seres completamente maravillosos. Dos chicos que desde que tengo uso de razón han cuidado de mi. Era realmente yo cuando estaba con ellos, no podía esconder nada y no podía hacerme la niña buena que tanto fingí ser.

Youngjae y Jackson son mayores que yo por 3 años, aunque a veces yo parezca ser la mayor de los tres. Los chicos siempre cuidaron de mi como su hermanita menor, pero nunca dudaron de mis habilidades y de las cosas que era capaz de hacer. Fueron parte de mi crecimiento, estuvieron ahí viendo como me transformaba de ser una niña indefensa a ser una fría hija de puta. Estuvieron conmigo cuando pasé mis mejores y mis peores momentos, porque esos momentos siempre los pasamos juntos, la victoria de uno era la victoria de todos, y la caída de uno, se convertía en la de nosotros.

Éramos nosotros contra todo, nosotros contra el mundo, y de cierta manera, el tenerlos a ellos era tenerlo todo. Nunca me hizo falta nada más, con tan solo saber que ellos estaban, yo estaba bien.

Nuestros padres eran mejores amigos de infancia, y siempre habían estado juntos haciendo sus negocios. El papá de Youngjae, el de Jackson y el mío eran como una versión antigua de lo que nosotros somos ahora, aunque, quizás un poquito más extrema.

Nuestros padres hacían todo juntos, desde sus negocios hasta situaciones personales, y familiares. Y eso éramos, una familia, y toda familia pasa por momentos hermosos, como lo fue el nacimiento de cada uno de nosotros; y también les toca sufrir momentos dolorosos, como lo fue la muerte del padre de Jackson.

Noona ➵ Im JaebumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora