– Ya es hora. – era la tercera vez que Jackson tocaba mi puerta. Sabía que me estaba tardando más de lo normal, pero es que ameritaba el tiempo. Era la primera vez en casi 5 años que participaba de una liquidación.
Tenía los nervios de punta, pero las ganas de recopilar información sobre Mark eran más intensas. Antes de cada liquidación solía prepararme con uno o dos días de anticipación, no era algo fácil, me drenaba tanto físicamente como mentalmente. Extorsionar personas para información era algo serio, que podría tener tantos posibles resultados que uno nunca podría estar cien por ciento preparado para los resultados.
Me miré una última vez en el espejo, mi atuendo influía mucho en el tipo de liquidación que se llevaría a cabo. El tipo de vestimenta dejaba saber a los implicados cuando intensa sería su liquidación, y hoy nos vestimos para causar el mayor miedo posible.
Si vestíamos de blanco, significaba que no habría muerte, que veníamos en paz y sería algo tipo reunión intimidante, como si fuera un aviso a x o y persona que estaría en la posición. Si vestíamos de algún color primario, significaba que habría daño físico, los colores representaban los diversos métodos que podíamos utilizar para recopilar la información de la persona, y depende de los colores nos poníamos bastante creativos. Y el vestir de negro, como lo estábamos ahora, significaba peligro. Era una manera de decir que estábamos dispuestos a realizar el más fuerte castigo para extorsionar y quedarnos con información. Todo esto podía sonar un tanto clichoso, pero era un método que utilizábamos para ganar respeto, y también para intimidar.
Los chicos vestían de mi color, ninguno iba en busca de paz y eso era completamente claro. No teníamos ni una pieza de ropa que no fuera de color negro, ni la ropa interior, el mensaje sería enviado bastante claro. – ¿Nos vamos? – pregunté mientras Jackson me hostigaba con su mirada, no paraba de mirarme de arriba hacia abajo, admirando la manera en que aquel pantalón de cuero se ajustaba a mi cuerpo como si hubiera sido cocido conmigo dentro, miraba mis pechos que sobresalían un poco por la camisa escotada que tenía, no sabía disimular para una mierda... aunque a veces lo hacía con toda la intensión de yo verlo, pues sabía como me ponía cuando me miraba de esa manera.
Si había alguien en este mundo que sabía cómo ponerme los pelos de punta, era Jackson Wang, con la excepción de cuando estaba con coraje, si estoy en ese estado ni el hombre mas guapo de todo el mundo tenía efecto en mi. Pero Jackson, él sí sabía cómo erizarme la piel con tan solo su mirada. Siempre me miraba como si quisiera devorarme en el instante, de esas que te hacen sentir que eres la mujer mas sexy del planeta tierra, que te hace sentir deseada. Era una mirada llena de lujuria, esa mirada que me hizo caer una y otra vez en sus brazos. Lamentablemente para él, ya sabía controlar mis instintos de tirármele encima y ser yo quien lo devorara. Pero con Jackson, era solo eso, lujuria. Siempre sentí que teníamos una atracción física descomunal, y por muchos años pensé que no tendría ese tipo de conexión con nadie... hasta que conocí a JB.
–¿Podrías dejar de hacer eso? – Youngjae se dió cuenta del intercambio de miradas, y rápido sacó su lado protector a salir. – No es la primera ni será la última vez que veras a Soo con esta ropa. Trata de controlarte, y compórtate. – Lo miraba de manera intimidante mientras él seguía con sus ojos fijados en mi cuerpo, y yo no me movía, porque me gustaba esa atención. – Soo, sal, ya el auto esta listo. – era tan fuerte el intercambio de miradas entre Jackson y yo que había hecho caso omiso a lo que me había dicho Jae, ni si quiera le presté una pizca de atención, le devolvía a Jackson la mirada, dejándole saber que ya no era una niña indefensa que se dejaba llevar por su sensualidad, ahora tenía yo mis propios trucos, y sabía utilizar mi sexualidad a la máxima potencia. – Bang Soojin, te dije que saliera. – esta vez, el tono de Jae fue uno mas áspero y alto, lo miré de manera retante, metí mis manos dentro de los bolsillos de la chaqueta negra que él mismo me había regalado y caminé hacia fuera del apartamento.
–Deberías bajar tus revoluciones. Soo es grande ya, y toma las decisiones que desee, inclusive si esa decisión sea yo. – escuché a Jackson hablarle mientras él también ponía sus manos dentro de su chaqueta y caminaba hacia afuera del apartamento. Reí de manera burlona, mi misión se había cumplido, Jackson creía que aún tenía dominio sobre mi, y que esa vez caería nuevamente en sus brazos... o en su cama.
Les había avisado a los chicos que si volvía a trabajar para ellos tenían que afrontar las consecuencias, estas siendo que volvería a mis viejas costumbres, y que estaría actualizando uno que otro método que yo entendía ya no funcionaban. Sí, podía sonar un poco estúpida, el querer tener a Jackson a mi merced, pero me favorecía, era la única manera que Jackson pudiera hacer caso a mis ordenes, y no lo podía negar, era completamente divertido jugar al gato y al ratón.
Nos montamos en el auto que ya esperaba por nosotros. Youngjae forzó a Jackson a ir en el asiento de al frente, de esta manera no tendríamos la cabina de atrás solo para nosotros dos. Con un poco de queja se montó, y cuando se acomodó miró hacia atrás y me regaló una última mirada que acompañó con un gesto que podría volver a cualquier mujer loca. Mordió sus labios mientras me miraba de arriba abajo, y agitó su cabeza en modo de negación, como queriendo decir que no podía aguantarse por mi atuendo.
–Lo hiciste con toda la intención. – Youngjae habló en un tono más bajo, pero igual de áspero que cuando me mandó a salir; no me miraba, su vista estaba fija hacia delante. – A veces no entiendo cual es tu misión. Un día te levantas de malas, y al otro día estas corriéndole el juego. – ahora fijaba su mirada en mi, y como yo no lo estaba mirando tomó mi barbilla y la movió para que nuestros ojos se encontraran. – Te he dicho mil veces que el que juega con fuego, se quema. Y tu mi querida Soo, estas comenzando a echar la leña para que el fuego te queme.
Soltó mi barbilla e intenté restarle importancia. Olvidé que al igual que yo, los chicos se preparan. Sus técnicas de preparación eran un poco más extremas que las mías, pero muy similares. Los tres aprendimos a desasociarnos en el momento indicado, y eso conllevaba mucha preparación y concentración. El día de la liquidación, no éramos nosotros mismos, nos desasociábamos tanto que era como tener una doble personalidad. Todos lo hacíamos, incluyendo a Youngjae... que era demasiada la diferencia de su verdadero yo.
–Quizás me guste el fuego. – moví mi cabeza para que sus manos soltaran mi barbilla, y su risa pícara salió a pasear.
–Vamos a ver si te gusta la manera en que te quemas. – se acomodó en su asiento y a su vez su ropa que se había estrujado por haberse girado a donde mi.
Esta liquidación sería una intensa, y no sabría decir con exactitud como terminaría. Los tres teníamos nuestro lado oscuro en completo apogeo, lo que ocasionaba que perdiéramos el tacto, la humanidad, la empatía y la sensibilidad. Éramos unos malditos psicópatas, con demasiado poder en nuestras manos... y eso significaba peligro.
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Noona ➵ Im Jaebum
Fanfic-No necesito nada de nadie, y mucho menos de ti - dije con el pecho agitado mientras él se acercaba aún más y más a mí. - Ahí es donde te equivocas, yo soy todo lo que necesitas... -y sin esperar más me tomó por la cintura y me besó, como si el mund...