El sentimiento tan gratificante de caminar estos pasillos con una carta de renuncia no lo podía expresar en palabras, porque la realidad era que no habían palabras para expresar todo lo que sentía en estos momentos. Por dos años tuve que soportar a toda esta gente pisotearme, humillarme y explotarme hasta que no podía más. Tuve que soportar como personas que no eran nadie en este mundo tomaban provecho de mi, y hoy por fin, podía decir adiós a toda la mierda que era la compañía.
–Buenos días Soojin, hoy te ves muy... diferente. – habló Jinyoung observándome de pies a cabeza. Dejé atrás aquellos trajes vomitados por el conejito de pascua, y llevaba puesto mi mejor atuendo; jeans negros, una camiseta blanca y mi chaqueta de cuero que combinaba con mis botas. Y me sentía tan libre, mas libre que cuando terminaba la regla.
–Aceptaré eso como un cumplido. – habían pasado dos semanas desde que por fin todas mis cosas estaban en el apartamento de los chicos, y se aproximaba el último paso para terminar esta etapa experimental en mi vida... Mark. Se había desaparecido, no sabíamos la razón exacta, y no queríamos pensar que tenía algo que ver con que mi padre estaba nuevamente en contacto con sus empleados.
Caminé hasta la oficina del que sería mi exjefe y abrí la puerta sin preguntar si estaba bien el pasar. Para mi sorpresa, no estaba solo. – Me disculpa si lo interrumpo Sr. Kim. – y cuando la persona que hablaba con mi jefe se giró al verme, mi respirar se detuvo. Me quedé unos segundos analizando su rostro, y es que no podía negarlo, era él. Era ese maldito rostro perfecto y esa chaqueta negra, el olor que desprendia de su cuerpo y esa sonrisa tan distintiva. Llevé mis dedos a mis labios de forma automática, mi cuerpo había reaccionado por sí solo al verlo, y recordó aquellos besos que compartí con él y mis labios quemaron como si estuviera experimentando aquel momento nuevamente.
–¿Cuántas veces le tengo que decir que para entrar aquí tiene que tocar la puerta? – gritó el Sr. Kim poniéndose de pie y golpeando la mesa en donde habían unos documentos que quedaron esparcidos por todo el suelo subsiguiente a su acto. – Y tu, niño, ya te puedes largar. – le dijo de manera grosera y traté de ignorar la forma en la cual me miraba mordiendo su labio. – ¿Qué quieres Soojin? – y fue ahí donde volví a mis sentidos y el propósito de mi visita se hizo mas vivo.
–Aquí tiene. – caminé hasta su escritorio y dejé la carta de renuncia encima del. – Me largo de éste infierno. – dije mientras el tomaba el sobre y lo abría para leer el contenido. Mientras tanto, sentí como aquel cuerpo rozaba con el mío para poder salir de la oficina, y mi cuerpo reacciono nuevamente ante él, de manera que nunca había reaccionado con nadie.
–¿Acaso estás loca? ¿Sabes todas las mujeres que desearían estar en tu posición ahora mismo? – gritó mientras me daba media vuelta para largarme de allí.
–Aquí el loco es usted, espera, aquí el loco eres tú pedazo de mierda. – suspiré – que bien se siente poder decir lo que realmente eres en tu maldita y asquerosa cara.
–¡TE VAS ARREPENTIR DE ESTO, TENLO POR SEGURO! – gritó mientras caminaba hacia la puerta. Y justo antes de salir, con la cerradura en mis manos me giré para decirle unas últimas palabras.
–Ah, y antes de irme quería decirle. Su esposa lleva meses clavándose a su guardaespalda. Y la recepcionista lleva robándose dinero de la compañía desde antes que yo comenzara a trabajar aquí. Buena suerte con todo lo que te va a venir encima, se lo merece.
Y con eso dicho salí de aquella oficina con una inmensa satisfacción de que logré con éxito retirar de mi vida a éste ogro que me drenaba hasta el vivir. Ya era lo último que tenía que deshacerme, y fue como si un gran peso fuese liberado de mi espalda. La libertad de hacer lo que me placiera siempre fue algo adictivo para mi, y comenzaba a disfrutar de mi droga favorita.
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Noona ➵ Im Jaebum
Fanfic-No necesito nada de nadie, y mucho menos de ti - dije con el pecho agitado mientras él se acercaba aún más y más a mí. - Ahí es donde te equivocas, yo soy todo lo que necesitas... -y sin esperar más me tomó por la cintura y me besó, como si el mund...