Cielo

1.8K 167 25
                                        

–¡Soojin! Necesito las minutas de la reunión con Tokyo en mi escritorio antes del medio día ¿entendido? – colgó el teléfono luego de gritar con histeria.  Miré el reloj y tan solo tenía una hora para entregar la dichosa minuta.  Solté un gruñido mientras bajaba mi cabeza y chocaba mi frente contra mi escritorio repetidas veces, quizás si me ocasiono un daño cerebral me envíen al hospital por unas semanas.

–¿Necesitas ayuda? – escuché la voz de mi compañero casi susurrar en mi odio. 

–Déjame en paz Jinyoung. – dije mientras chocaba mi cabeza una y otra vez contra aquel escritorio de madera.  Me detuve cuando puso su mano en mi frente para impedir que siguiera auto mutilándome.

–No es saludable para tu cerebero hacer eso, terminarás con dolor de cabeza. – a pesar de que lo encontraba molestoso la mayoría de las veces, no podía hacerme de la vista larga al saber que siempre se preocupaba por mí sin que nadie se lo pidiera. 

Pero lamentablemente Jinyoung era demasiado puro para mi.  Era el chico perfecto, el querido en toda la compañía; el hombre podría matar a alguien y todos testificarían en su contra a pesar de que toda la evidencia apuntara hacia él.  Fue la primera persona en la compañía que intentó hacer amistad conmigo, no sé si era con intensión de que le correspondiera o si realmente en su corazón quería una amistad.  Venía de una familia adinerada, pero no era un engreído como la mayoría de las personas que trabajaban aquí.  Jinyoung era diferente, y lo admiraba por ello en secreto, por que él podía ser él en su totalidad, no fingía ser algo que no era, y no tenía miedo en manifestarse tal cual le placiera.

–No es saludable el alcohol, pero bien que tomaste sin parar el viernes. – dije mientras me levantaba de mi escritorio con mi trabajo, necesitaba distanciarme esta hora del mundo entero, tenía que hacerle llegar las minutas al jefe en menos de una hora y rodeada de esta gente no podría concentrarme.

–¿Por qué siempre me tratas así? – dijo siguiendo mis pasos hasta llegar al elevador.

–Porque no me simpatizas Park. – me monté en el elevador dispuesta a separarme de su presencia, pero él se interpuso y entró junto conmigo.  Suspiré y rodé mis ojos al verlo tan molesto por mi comentario. – No vayas a crear alguna escena por mi comentario, por lo menos te fui sincera – y me interrumpió de una manera que jamás imaginé de su parte. Tomó mis hombros y me pegó contra el metal de aquel elevador, mirándome fijo a los ojos y con una expresión que no podía descifrar del todo.  No sabía si estaba molesto o triste, si estaba decepcionado o si quería romperme la cara por ser tan grosera. Me recordé a mi misma que no podía dejar salir mi verdadera naturaleza, que para los ojos de este mundo yo era Bang Soojin, la dulce e inocente chica.  Pero las ganas que tenía de darle un buen golpe en su rostro eran inmensas–¿qué crees que haces? – dije agitando mi cuerpo intentando salir de la encerrona que me había hecho.

–¿Qué te he hecho yo para merecer que me trates así? – y no lo dijo con su típica voz calmada y pasiva, realmente se veía molesto, era un lado de Jinyoung que jamás había visto, un lado que era completamente opuesto a lo que conocía de él. – ¿Acaso no basta con que siempre tengo que soportar tus caras de mal gusto y tus contestaciones frías sabiendo que a los demás los tratas como si fueras una chica inocente? – bajó sus manos a su cintura, una de sus manos subió a su frente masajeando su cien, buscando como controlarse.  Cuando por fin decidió mirarme, tenía un cierto brillo en sus ojos que expresaban lo arrepentido que estaba por haber hecho lo que hizo.

–Estás loco. – fue lo único que salió de mi boca.  Estaba incrédula, aun mi mente estaba analizando lo que había pasado, era algo que nunca había experimentado con él y de seguro algo que me dejó con mucha curiosidad por su verdadera persona.

Noona ➵ Im JaebumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora