Noona ➵ Im Jaebum

Lugar Seguro

Luego de haberme sincerado de esa manera, volviéndome vulnerable y dejando que mi pasado fuera completamente expuesto, salí del edificio donde Haneul vivía y comencé a caminar mientras mis pensamientos tomaban control de mí. Había intentado todo por recuperar aquella amistad que para mi vida es tan esencial. Jamás había atesorado una amistad tanto que no fuera la de Jackson y Youngjae. Me afectaba de sobremanera, el hecho de perder a alguien tan importante, y no solo eso, el haberle escondido por tanto tiempo todo lo que realmente soy. Haneul había estado para mí en tantos momentos, tanto los simples como los fuertes, y pensar que ella no estaría más en vida, a mi lado, me destrozaba.

Sí, no estaba sola, tenía a Jackson y a Youngjae, eran como mis hermanos, y no había manera de poder agradecerles todo lo que han hecho por mí, porque ellos habían estado conmigo en una etapa de mi vida totalmente diferente a la etapa que Haneul vivió conmigo. Pero el tacto que ella tenía sobre las cosas, ese toque femenino que ella traía a mi vida, era el perfecto balance que no sabía que necesitaba.

Estaba tan sumergida en mis pensamientos y en mis emociones, que no me había percatado que llegué directo a la parada de autobuses, en mi mente estaban pasando mil y una cosa y necesitaba aunque fuera una chispa de comprensión. Escribí en el chat grupal que teníamos Jackson, Youngjae y yo para ver si estaban en su apartamento. Claro que lo estarían, era sábado, a penas las 6 de la tarde, su noche no estaba ni cerca de comenzar así que tendría varias horas para desahogarme como sólo lo sé hacer con ellos.

El camino no era largo, unos 30 minutos en autobús y unos 10 más caminando. Era un apartamento escondido pero lujoso, si eso hace sentido. Cuando por fin llegué al piso 10, marqué la contraseña y me topé con un Youngjae en el suelo y un Jackson corriendo sin pantalones. Cerré la puerta y ellos giraron su cabeza hacia mi dirección.

–¿Qué no sabes llamar a la puerta Soo? – dijo Jackson corriendo nuevamente, tomando una pequeña almohada decorativa que había en el sofá para cubrir la parte baja de su cuerpo, que estaba completamente expuesta. – Aquí viven hombres. – los tres nos miramos y simultáneamente nos reimos.

Tenía toda la razón, Jackson y Youngjae eran hombres, y bastante guapos para ser honesta, pero yo era parte de ellos también, en el sentido que ellos solo me veían como un chico con tetas "y un buen culo" como solía añadir Jackson. Dejé mis cosas en mi espacio y me tiré en el sofá soltando un suspiro mientras mi cuerpo descansaba en el cómodo cojín. Youngjae se sentó en el suelo cruzando sus piernas para quedar frente a mí.

–¿Qué hiciste? – fue lo primero que preguntó, me leía hasta los malditos pensamientos. Siempre fue así, él era quien leía todo lo que sentíamos, como si fuera una especie de poder sobrenatural. No podía evitar aquella mirada tan penetrante, porque aunque no abriera mi boca sabría exactamente lo que estaría a punto de decir.

–Haneul lo sabe todo. – cubrí mis ojos con mi antebrazo, no sin antes ver como Jackson detuvo sus pasos y como Youngjae movía su cabeza de lado a lado en negación.

–¿Cómo lo supo? ¿Le dijiste algo? ¿Nos mencionaste? – Jackson comenzó a hacer miles de preguntas por minuto y sentía que mi cabeza iba a estallar. No fue hasta que Youngjae lo detuvo que se calmó.

–Por favor dime que esto no tiene que ver con el idiota de Mark. – ahí esta su maldito superpoder en acción.

–Tiene todo que ver con él. – dije mientras me sentaba para quedar frente a mi amigo, Jackson había calmado un poco sus revoluciones y se sentó a mi lado. Al verme tan triste optó por cerrar su boquita y agarrar mi mano. – Estuvo con Haneul por venganza. Jugó con ella por mi culpa. – mis ojos comenzaron a nublarse y sentí aquel taco en mi garganta volver a formarse. Me dolía, me jodía ser la causa del dolor de mi mejor amiga, todo por mi maldito y sucio pasado. – Hace unas noches estuvo en mi apartamento, me amenazó con hablar...de todo. – los chicos se miraron entre si y sus rostros comenzaron a expresar todo el coraje que llevaban dentro. – Me dijo que no lo haría con una simple condición, que estuviera con él esa noche.