Capítulo 12

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Roxanne entró a su casa con preocupación.
Dentro la estaban esperando varias de sus empleadas, quienes tenían una clara expresión asustada en sus rostros.
Roxanne empezó a molestarse, pues creía que alguna habría echado a perder algún trabajo. Estaba a punto de alzar la voz para pedir explicaciones cuando una de ellas habló.

- Señora, voy a encender la televisión.
- Sí, señora, - intervino otra - aunque antes creemos que tiene que saber que no necesita molestarse por esto...

Roxanne observó en silencio mientras la confusión se apoderaba de ella. ¿Habría descubierto alguien de algún negocio turbio que ella había hecho? ¿Podría ser de su antigua relación con algún famoso?
Las dudas crecían en Roxanne, junto con su curiosidad.

- Señora, ¿no quiere sentarse?
- Solo enciende la televisión de una maldita vez.

Cada empleada ahí presente se tensó al oír su voz y varias empezaron a compartir miradas. Era obvio que era algo grave.
Sin poder postergarlo más, la que estaba más cerca de la televisión se inclinó y la encendió.
El noticiero estaba en medio de la noticia para cuando Roxanne empezó a ver, pero aún así supo inmediatamente lo que había pasado.

- ... Se descubrió ayer en la noche, pero por respeto a las familias que estaban presentes, hemos hecho el reportaje hoy en la mañana. Repetimos una vez más, se ha encontrado una bóveda abierta en el cementerio Fritz y el cadáver de una joven chica está desaparecido. Se habla de un posible necro...

Roxanne mandó apagar la televisión con un gesto. Tan pronto las palabras de la reportera cobraron sentido en su cabeza, ella empezó a sentir una furia creciente.
Le había encargado un solo trabajo. Aquella pequeña alimaña había arruinado el único trabajo que le habían pedido. Ni siquiera había sido capaz de planear una simple tarea...
Roxanne se sentó en el sofá, intentando respirar para recuperar la compostura.
Lo último que quería era gritarle a personas que no tenían culpa alguna.

- Vera.
- ¿Sí, señora?
- Prepara una habitación y quiero que me traigan a esa escoria tan pronto como sea posible.
- Como ordene.

La respuesta inmediata de Vera le calmó el temperamento un poco, aunque estaba segura que no podría mantenerse serena si llegaba a ver a Violet en aquel momento.

- Que alguien me traiga carne. Mucha. Y quiero que el resto salga de mi vista por el resto del día. Ah, y necesito ropa cómoda.
- En seguida.

(...)

Violet estaba aterrada. Había visto como aquella cosa mataba a un inocente en medio de la carretera. Para su suerte no existía ningún testigo ocular, pero, por otro lado, la mancha de sangre no se podía borrar con tanta facilidad. Y creía haber visto algún pedazo aún en la calle.
Por desgracia ella no pudo detenerse para mirar, pues estaba en una exhaustiva persecución. Desde que habían dejado su casa había tenido que perseguir al Error por toda la ciudad, rezando para que nadie viera a una cosa que parecía sacada de un libro de extraterrestres. Violet seguía corriendo, estando atenta a cualquier posible desliz para poder sacar ventaja y reducir la brecha de velocidad.
Justo cuando creía que las cosas no podían ir a peor, se encontraron con una mujer en medio de la calle.
La mujer estaba distraída leyendo algún anuncio, pero unos segundos antes de que llegaran hasta ella, alzó la vista. La vida de aquella mujer se escurrió en medio de un grito.
Aquel ruido alertó a los vecinos, quienes empezaron a despertarse.
La desesperación de Violet no paraba de crecer y no parecía haber un límite.
Para su suerte, el momento que el Error usó para comer, fue el mismo que ella usó para acercarse lo suficiente.
Ésta última rápidamente produjo queratina y la usó para hacer crecer sus uñas y endurecerlas.
Y con el Error distraído comiendo, se acercó y, en un solo movimiento, lo decapitó.
El sonido del impacto se quedó grabado en la mente de Violet, mientras ésta se abalanzaba tan rápido como podía hacia el cuerpo.
No tener cabeza significaba no tener visión ni dientes con los cuales atacar, por eso Violet pudo acercarse y terminar lo que había empezado. Para poder matar a aquella cosa debía drenarle toda la sangre, para lo cual hizo crecer sus dientes en punta, haciéndoles un pequeño agujero en el centro, por el cual fue capaz de morder y succionar.
En tanto mordió un sabor amargo y desagradable se extendió por todo su paladar. No entendía la razón, pero la consistencia de la sangre era extraña, siendo espesa y estaba tan caliente que quemaba a Violet con cada trago.
Mientras Violet seguía succionando, el cuerpo de aquella cosa se resistía y bamboleaba, perdiendo la vida lentamente.
Con cada gota de sangre que perdía, el cuerpo se volvía más y más violento y errático, desesperado por el hambre y el instinto de supervivencia.
En varias ocasiones Violet no fue capaz de esquivar las uñas de aquel ser, pero pese al dolor, no soltó su mordedura. Gracias a eso, en menos de dos minutos el cuerpo dejó de moverse y terminó por desplomarse con pesadez.
Temiendo que los vecinos empezaran a salir, Violet se llevó el cuerpo y la cabeza de allí, dirigiéndose a la casa de Roxanne tan rápido como pudo hacerlo.
Sin tener tiempo para notarlo Violet dejó atrás otro cuerpo humano a medio comer y un rastro de sangre tras ella, pues sus heridas eran profundas.

(...)

Roxanne se había cambiado la ropa. Ahora vestía ropa muy ajustada y que la cubría casi por completo.
En aquel momento estaba sentada en su cama, comiendo cubos de su carne favorita.
Mientras comía, miraba distraídamente por la ventana, pensando en qué castigo le impondría a Violet primero. Estaba mejorando de humor cuando Vera entró en la habitación.

- Señora, tengo otra noticia.
- Adelante.
- ¿Le importaría mirar la televisión de nuevo?

Aquello terminó de romper la compostura de Roxanne, quien se dirigió a la sala de estar en medio de una ira que ni ella misma era capaz de describir.
Solo sentía un calor que subía y bajaba por todo su cuerpo y unas ganas enormes de destrozar algo con sus propias manos.
Esta vez cuando llegó a la sala de estar, la televisión ya estaba encendida y, a diferencia de la primera vez, lo que se veía eran unas fotos.
Roxanne dejó de escuchar por algunos segundos, sintiendo la cabeza embotada por la cólera que le invadió.
Por la televisión pasaban las fotos de un cadáver claramente devorado.

- Señora, eso es al frente de la casa de Vio...

La pobre chica que alzó la voz dejó morir la oración en sus labios al ver la expresión de Roxanne.
La furia que ésta sentía no paraba de crecer y crecer, pues Violet no sólo había arruinado una orden directa, sino que la posición de Roxanne también se vería afectada cuando la noticia le llegara a sus superiores.
Aquella ira se fue mezclando con temor en tanto Roxanne se dio cuenta del embrollo en el que estaba metida.

- El teléfono. ¡Ahora!
- Sí señora.

Roxanne empezó a pensar tan rápido como podía, pues aquella noticia llegaría hasta los más altos mandos. Hacía demasiado tiempo que no se oía alguna noticia tan incriminatoria y claramente el asunto no moriría con Violet.
Ahora era un problema que ponía en riesgo hasta la vida de Roxanne y la de su familia de empleadas.

- Su teléfono.

Roxanne le arrebató el aparato a su familiar y echó a todas de la habitación, mientras pensaba en qué podría decir para salvarle la vida a todas las que pudiera, incluyendo la suya propia.
Mientras seguía pensando, fue marcando un número que había memorizado en tanto había adquirido su puesto y que nunca había tenido que usar.
La paz y lujo que acompañaban su vida acababan de finalizar, junto con toda esperanza de salvación que Violet podría tener.
Roxanne seguía pensando con el número ya marcado, siendo incapaz de presionar el botón para llamar, pero con la certeza de que su propia vida ya tenía fecha de vencimiento.

Voluntad De SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora