Capítulo 4

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Nelly abrió los ojos. Estaba adolorida y entumecida.
Su visión estaba extraña, porque podía ver claramente aunque la habitación estaba completamente a oscuras. Y escuchaba las conversaciones al otro lado de la pared.
Su boca sabía aún a lo último que había comido y eso era asqueroso.
Sentía la sangre correr por sus venas.
Olía a sangre allí donde estaba, y ella apestaba también. La sabana que la cubría olía a quemado y a sal.
Se incorporó rápidamente y se sorprendió cuando ningún mareo la detuvo.
Mientras miraba extrañada a su alrededor sentada en la camilla, sintió como sus sentidos se adormilaban de nuevo y por ello se apresuró a ponerse de pie. Estaba a unos pasos de la puerta cuando acabaron definitivamente.
No supo si cayó por el fuerte mareo o por la falta de visión. O tal vez por el dolor que se extendía por todo su cuerpo. El impacto la dejó sin aire y como en algún punto también se había quitado la vía intravenosa su brazo ardía.
Con el sonido del impacto una enfermera se había alertado y venía hacia ella con una expresión asustada.
Ella la acostó en la cama y le colocó de nuevo la vía. Nelly ahogó un pequeño sollozo.
Lo que le inyectaron la hizo dormir.
Las siguientes horas fueron iguales, estuvo bailando entre la consciencia y la inconsciencia.
Varias veces despertó con Nick a su lado, tomando su mano, con los ojos hinchados y rojos, pues había estado llorando por ella. Y no solo los ojos de Nick estaban diferentes.
Él se veía demacrado y pálido. Tenía los labios agrietados y los nudillos rotos. Lo único que pudo hacer Nelly por él fue apretar su mano.
Inmediatamente él se incorporó.

-¿Nelly? Las enfermeras me dijeron que escuchas todo lo que te digo. Y aunque insisten la verdad no les creo mucho. Si me escuchas cariño tengo que decirte algo... hace unos días, mientras dormías llegó...

Los fármacos la arrastraron a la inconsciencia de nuevo, aunque por pocos minutos, pues cuando despertó de nuevo Nick aún estaba hablando con ella.

- ... Fui cobarde, esperé a que te durmieras porque no podía decírtelo...
- ¿En serio?
Nick palideció.
- ¿Lo escuchaste todo? Yo no...

Pero ella ya no estaba ahí para escucharlo.
Tras dos días así, poco a poco fueron reduciendo su medicación y eso le permitió quedarse despierta por algunas horas.
Al día siguiente aquello mejoró un poco más, pero pese a estar más despierta, Antonella se sentía cada día peor: más débil y más fría, como si la vida misma se estuviera durmiendo con ella. Y con cada minuto que estaba despierta más empeoraba el dolor que sentía. Sentía como si su cuerpo se estuviera destrozando poco a poco.
Y Nick parecía estar igual, cada día se veía más pálido y más débil. Como si lo que enfermaba a Antonella lo enfermara a él también.
Mientras hablaba con Nick se dio cuenta de que ese día su jefe cumplía diez días de fallecido. Y le entristeció aún más saber que ella ya llevaba cinco días en el hospital.
Después de comer algo, se felicitó por permanecer cinco horas despierta y se recompensó durmiendo.
Al día siguiente despertó cuando Malorie entró a verla. Aquella chica estaba demacrada y hundida. Lucía mayor con su cabello despeinado y sus ojos negros sin brillo. Era como ver a un muerto en vida. Antonella se dijo que ella de seguro se veía igual.
Supo que lo mejor que podía hacer por ella era escucharla en silencio, aunque aquella mañana se sentía tan débil que ni siquiera creía poder hablar.

- Hola princesa. Me has hecho llorar muchísimo. No duermo hace días y no recuerdo cuando me di mi última ducha - Malorie se sentó al lado de la camilla.
- Hace unos años, cuando murió mi abuela me sentía terriblemente triste, de seguro lo recuerdas. No salía de casa ni comía, pero tú siempre estuviste para mí. Siempre me dije que me salvaste de mí misma y que si no hubieras estado ahí, yo no estaría aquí.

Malorie lloraba tanto que sus palabras se mezclaban con sollozos y tenía que parar constantemente para calmarse.

- Nelly. Tú siempre me has dado la fuerza para vivir. Ahora es mi turno. Si necesitas dejar de luchar...

El llanto silenció la conversación por varios minutos.

- Antonella. Si necesitas soltarlo todo, te lo juro que voy a cuidar a los que dejes atrás. Me haré cargo de Nick y de todo lo que necesites. Estoy para ti cariño. No te preocupes por nosotros. Sabes que te amamos.

Ambas lloraban en silencio mientras Antonella empezaba a sentir frío. Tras salir Malorie, el silencio se hizo en la habitación y Nelly empezó a sentir como aquel silencio le oprimía el pecho, mientras luchaba por respirar.
Intentó dormir para escapar del ahogo, pero no podía salir de su tormento. Tras algunos minutos así, Antonella sintió como su pecho se rasgaba. El dolor que sintió la hubiera hecho gritar si hubiera tenido aire en sus pulmones.
El monitor a su lado empezó a sonar cada vez más alto mientras la boca se le llenaba de sangre.
Nick entró corriendo a la habitación, alertado por el sonido del monitor.
Lo miró a los ojos y mientras ambos lloraban. Él le decía cosas entre el llanto, pero Nelly no entendió ni una palabra, pues sentía tanto dolor que su mente estaba nublada.
El cuerpo de Antonella la arrancaba del amor de su vida, mientras ella luchaba por vivir. Para su pesar, su cuerpo tenía más fuerza en aquella lucha.
Antonella vio como varias personas entraban allí y tomaban a Nick para sacarlo a rastras, mientras él gritaba y lloraba.
La última imagen que se llevó fue la de él, luchando por entrar mientras todo se ponía frío, inerte y borroso.
Le asustó la calma que la acompañó, mientras el dolor se perdía y su vista se nublaba.
Antonella no sintió nada más. No sintió pena, ni más dolor; ni siquiera sintió su última exhalación o su moribundo corazón latiendo.
Solo le acompañó la imagen de Nick y su propia calma.

(...)

Nick lloraba a gritos mientras veía como no paraban de entrar doctores a la habitación en la que estaba su novia.
Tras varios minutos, un doctor salió de allí solo para comunicarle la noticia en un tono monótono y frío.
Cuando Nick entendió lo que aquella persona acababa de decirle no lo creyó.
Miró con incredulidad a los padres de Antonella llorando e incluso a Malorie.
Simplemente no creía que existiera un mundo en el que Antonella pudiera no existir.
Su mundo se rompía mientras su mente lo intentaba convencer de que era real. Se sentó en algún lugar mientras sentía la cabeza confusa y por un momento no escuchó nada a su alrededor.
Se quedó allí, atónito, mirando a su alrededor como sacaban la camilla en la que estaba su novia con una sábana encima. No sintió a Malorie abrazarlo entre un llanto desesperado y ni siquiera podía llorar. Era todo tan irreal que no podía aceptarlo.
Para cuando su mente se fue aclarando, el padre de Antonella lo abrazaba.
Y fue entonces cuando el alma de Nick se partió por la mitad y luego otra, y otra, y otra vez. Hasta que ya no existió dentro de él. Lloró a gritos, y sintió su pecho partirse, mientras abrazaba a la familia de Nelly.
De pronto el aire le faltó y dejó de sollozar, mientras las lágrimas le dibujaban ríos por las mejillas.
Aquel llanto silencioso le calmó el alma, pues sentía que reflejaba como se sentía: vacío.

Voluntad De SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora