Tenía tanto frío que podía sentir como se congelaba y entumía su cuerpo. Con cada exhalación sentía que sus pulmones se romperían y que su sangre pararía en sus venas.
Irónicamente al mismo tiempo tenía tanto calor que sentía que su piel se derretía. Le parecía sentir como su cabello se quemaba y su cráneo ardía.
La mente de Antonella estaba confusa y borrosa; mientras bailaba entre el calor y el frío. El dolor y la inconsciencia.
Desde hacía bastante tiempo no podía pensar en nada más que en el enorme dolor que estaba sufriendo. Sentía que todo su interior se rasgaba y se volvía a unir. Aquello sin descanso.
La última vez que había estado lo suficientemente aliviada para mirar la fecha se cumplían dos semanas desde que había empezado aquel dolor insoportable.
Aunque claro; antes, cuando al menos podía abrir los ojos en el hospital, le brindaban algún tipo de analgésicos para mitigar el dolor.
Ahora, mientras el dolor le torturaba, no entendía la ausencia de medicamentos, o de algún tipo de alivio como consecuencia de estos. Llegó a pensar que, tal vez, el dolor era tan fuerte que no sentía los efectos de los analgésicos; porque se negaba a creer que algún médico fuera tan cruel como para dejarla sufrir.
Antonella era incapaz de pensar claramente, pero de forma inconsciente, revivía en bucle los últimos días en los que estuvo despierta, viéndolos como un espectador.
Gracias a eso recordaba que aquel dolor había empezado en su brazo derecho, y en los siguientes días se había extendido lentamente a su pecho y cuello.
Luego, creía haberse desmayado, pues tenía una laguna en su memoria, y a partir de la laguna, sus sentidos se habían perdido, pues ya no podía ver ni escuchar nada. Desde ese punto solo era capaz de recordar sus sensaciones y por eso sabía que al "despertar" de ese vacío, le dolía la cabeza y que el malestar se había mantenido por algún tiempo, hasta que el dolor empezó a bajar hacia sus pies.
Justo en aquel momento el dolor estaba en sus caderas, y seguía bajando poco a poco.
Conforme más tiempo pasaba, más y más hambre sentía.
Antonella se sentía famélica y sedienta, aunque también estaba tan débil que no hubiera podido tragar ni aún con la comida en la boca. También, notaba que, mientras más crecía su hambre, más y más difícil le era estar consciente e incluso pensar llegó a tomarle un esfuerzo.
No saber cuánto tiempo había pasado desde la laguna era desesperante, pero peor aún era no ser capaz de escuchar ni ver ni oler nada.
Estaba simplemente a la deriva, en un plano completamente negro y silencioso, en el que se retorcía de dolor mientras pensaba, y moría de hambre y sed.
Aquella experiencia era tan envolvente que se sentía como si su propio ser estuviera desconectado de su cuerpo.
Así que recordaba sin poder llorar, moría de hambre sin poder comer, moría de sed sin poder beber y sufría sin poder gritar.(...)
Violet se las había arreglado para terminar de comer. El clima empezaba a ponerse cada vez más frío, pues era ya entrada la tarde. Y así, se dispuso a empezar, aún sin un plan en mente.
Violet maldijo en voz alta, ¿cómo era posible que hubiera ido hasta allá sin un plan?
Violet estaba tan alterada por su encuentro con Roxanne que solo había pensado en encontrar el cuerpo de Antonella y no en cómo iba a sacar un cuerpo de un cementerio sin que nadie lo notara. Desde luego, no iba a ser tan sencillo como abrir el ataúd y llevársela.
Tras varios minutos intentando pensar Violet se dio cuenta de que si no empezaba a romper la bóveda rápido, lo más probable era que llegara alguna persona, así que se puso manos a la obra.
Como un puño normal jamás rompería un material tan duro, Violet tuvo que hacer uso de sus habilidades y de toda la carne que acababa de comer.
Lo primero que hizo fue estimular el flujo sanguíneo en su brazo. Para lograrlo aumentó su ritmo cardíaco, haciendo que la sangre fluyera más rápidamente por todo su cuerpo. Aquello le permitió llevar oxígeno y nutrientes más eficientemente hasta su brazo.
Hizo todo aquello para llevar calcio a su cúbito, radio y los huesos en su mano. Con ayuda de sus habilidades pudo acelerar el proceso y endurecer sus huesos, haciendo su brazo y su mano muy duros.
Cuando estuvo satisfecha, adormeció los nervios del área, minimizando drásticamente su percepción del dolor allí.
Con su mano endurecida y con cuidado de no hacer ruido, empezó a romper la tapa superior de la bóveda.
Antes de lo que esperaba, se dio cuenta de que ya había creado un pequeño agujero y agradeció que no hubieran tapado la bóveda con ladrillos o algún material más grueso, porque como no había tenido mucho tiempo, el reforzamiento de su puño era terriblemente ineficaz.
Tras unos minutos agrandando el agujero, empezó a sacar las piezas rotas de la tapa. Violet estaba apresurada, por lo cual no fue cuidadosa en absoluto y actuó muy agresivamente, aquello hizo que en lugar de sacar tres piezas grandes, sacara diez.
Después de unos minutos se encontró con el ataúd visible y rápidamente abrió la tapa. Allí dentro se encontró con un cuerpo claramente vivo. Antonella respiraba agitada por el pobre flujo de aire, pero respiraba. Incluso tenía un tenue color rosado en la piel.
Sin pensarlo mucho, Violet la sacó de ahí, haciendo uso de toda su fuerza.
Tras mucho esfuerzo y sudor derramado, ella se encontró con Antonella apoyada en el suelo y una bóveda claramente abierta.
Se apresuró a cerrar la tapa del ataúd y a recolocar las piezas de cemento, aunque estaban visiblemente rotas.
Para su fortuna había roto la parte superior de la bóveda, y por eso hacía falta caminar hasta allí para notarlo. Así que, se dio por satisfecha y tomó a Antonella por los brazos.
Violet notó que aquella chica era muy ligera y aquello fue un alivio, pues le fue más fácil cargarla hasta afuera.
En su camino se llevó muchas miradas indiscretas pero ninguna queja, pues era muy claro que la chica que llevaba en brazos estaba viva. La única persona que hizo preguntas fue el guardia, al cual fue muy fácil engañar.
Tras una excusa pobre, Violet pudo salir y en tanto encontró algo en que apoyar a Antonella llamó un taxi.(...)
Aún sin creerlo, caía la noche y Violet tenía en su apartamento a una chica legalmente muerta.
Violet se dio a sí misma el lujo de sentirse orgullosa y hasta de tomarse una cerveza.
Mientras lo hacía, se sentó en el sillón, a pensar en sus opciones.
La había traído porque necesitaba entregarle el cuerpo a Roxanne. Necesitaba que ésta se deshiciera de él y aparte demostrarle que había cumplido con lo que le había mandado, pues su propia vida corría peligro.
Violet sabía que necesitaba esperar a que Antonella despertara. Si intentaba atacarla mientras dormía, el cuerpo intentaría protegerse e iba a reaccionar violentamente desde el principio, pero, si la dejaba despertar naturalmente, podía esperar a que estuviera comiendo para atacarla. Así estaría vulnerable y no intentaría arremeter contra ella.
Violet también sabía que para evitar un alboroto y mayores problemas, necesitaba encontrar y traerle carne lo más rápido posible, pues apenas despertara estaría desesperada por buscar algún alimento.
El virus con el que estaban infectadas Antonella y ella misma, podía activar instintos básicos, por ello se defendía. Y es que Violet planeaba usar eso a su favor, pues el recipiente del virus estaría débil al despertar. Eso significaba que el virus intentaría evitar cualquier gasto de energía innecesario y por ello preferiría una presa muerta, como un trozo de carne, a una presa viva como ella. Así se aseguraría también de que no la atacara en busca de alimento.
Y es que Violet no sabía si sería más fuerte que el Error que estaba a punto de nacer y como era tan cobarde, tampoco quería averiguarlo.
Un Error era una Portadora del virus fallida. Como no era elegida por el virus como anfitrión, su cuerpo no aguantaba la infección en sí y eso dejaba a un cuerpo infectado sin una mente humana controlándolo. Dejaba a un ser instintivo a cargo, que era tan fuerte debido a su falta de sensibilidad al dolor y a su falta de consciencia en general.
Y era esa fuerza bruta lo que aterraba a Violet, aunque claro, temía muchísimo más lo que podría hacerle Roxanne si ella le desobedecía.
Así que, sin mayor remedio, se quedó en vela, vigilando cualquier movimiento.
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Voluntad De Sangre
Fiksi IlmiahEl pánico no puede existir si el peligro no es inminente. Es por ello que todo transcurre con normalidad en High Hills, mientras el peligro acecha. Nadie sabe que entre lo oculto, las sombras escuchan. Nadie sabe que entre lo que aparenta ser norma...