"Te necesito" [Kaneki y Touka]

🌸Capítulo 4🌸

"Al fin te encontré"

Narrador omnisciente

Pasaron varios minutos en el suelo. Haise acariciaba delicadamente las cabecitas de los dos niños.

Nadie decía nada. Ni Yomo se atrevía a hablar.

Shirazu y Tooru estaban igual de impactados.
Jamás se imaginaron que su superior tenía una família.

Y menos que tenía hijos.

-E-Esto... S-Sensei...-Habló Tooru.

La pobre peli verde, se había ganado una mirada de fastidio por parte de Touka.
No había sido con mala intención, pero había cagado el momento.

El de cabello bi-color esbozó una pequeña sonrisita antes de separarse de sus niños.

-Lo siento...-Se disculpó- Me gustaría quedarme a solas con ellos si no les molesta-Dijo Haise mirando a sus dos acompañantes.

Estos dos, asintieron confundidos. Y entre patadas de Shirazu hacía Tooru para que se diera prisa, salieron.

El ambiente quedó en completo silencio. Yomo miraba a Touka, y de a ratos a sus dos "nietos-sobrinos"

Haise se paró firmemente, dispuesto a encontrar respuestas a todas sus preguntas.

Pero viendo el severo rostro de Touka, entendió que no sería fácil para ella responderlas.

-Dime que recuerdas-Dijo la peli azul tomando en brazos a su peli blanco pequeño, mientras que Haise tomaba al peli negro.

-...Recuerdo pequeños fragmentos de diferentes etapas...-Pensó en alguno cercano, y se rió- En tu embarazo... Cuando quisiste saltar por la ventana.

Touka bufó con una media sonrisa. No recordaba todo, pero que se acordara de ese momento en particular la hacía estremecer.

-Pa-Mencionó el pequeño peli negro, antes de caer dormido en sus brazos.

El pequeño peli blanco tampoco tardó en acompañar a su hermano. Ambos se durmieron en los brazos de sus padres.

-Es mejor que duerman en su cama-Dijo Touka acariciando la cabellera peli blanca.

Haise sonrió mientras asentía. Su pequeño peli negro se veía tan cómodo en sus brazos... Se sentía como un verdadero padre.

Touka comenzó a subir las escaleras con el peli blanco en brazos, mientras Haise la seguía.

Antes de poder subir el primer escalón, Yomo le dedicó una mirada llena de melancolía y alivio.

Se alegraba tanto de que haya reconocido a su família. Ya no tendría que escuchar a Touka llorar molesta por la culpa que la invadía.
Ya no tendría que cargar con todo ella sola.