No recuerdo mucho de mi familia, realmente no lo hago y ni quiero recordar más de lo que ya sé. Dicen que el pasado es mejor enterrado y espero que se quede así.
Lo poco que recuerdo del circo en que nací, es la gran tienda roja con dorado que estaba al lado de la nuestra, que era pequeña y de color morado, con alfombras verdes y marrones llenas de tierra y polvo, cuya atracción principal eran las personas o cosas raras.
Yo era una de ellas.No era la mujer barbuda, no era un enano, ya que para mi edad en ese tiempo tenía buena estatura; tampoco un unicornio o algo por el estilo. Solo un niño que había nacido con muchos problemas. A pesar de estar encorvado, seguía teniendo buena estatura y vivía en una pequeña jaula dorada que fue la causante de que aumentara la leve curvatura en mi espalda; aunque tengo que decirte que mi mayor defecto era la fea cicatriz que tenía al nacer en mi cuello y mi falta de habla. Repelente al contacto humano y era tratado como un animal desde mi niñez temprana, no recuerdo haber sido cuidado con amor o algo por el estilo, incluso antes que me encerraran en ese lugar. Creo que me llamaban el niño lobo o algo así, la gente al verme en aquella jaula dorada y moverme de una lado al otro como un animal en busca de ayuda para salir parecía divertirse, más cuando de mi boca sólo podían salir gruñidos y cortos sonidos que no se llegaban a entender y los tomaban como ruidos de animales. De a poco fui creciendo en aquella jaula con un collar de hierro en mi cuello que más de una marca me sacó, uniéndose a la cicatriz de mi cuello. Odiaba las risas, la jaula y más que todo aquella prisión; sin embargo odiaba a una cosa más que la jaula.
Charles Bennett, mi cuidador la mayor parte del tiempo y eso incluía maltratarme, solo era un trapecista que se la pasaba teniendo sexo con la hija del cirquero al lado de mi jaula cuando la primera función estaba a punto de empezar y las demás rarezas, que no eran animales o tratados como tal, se estaban alistando. Cuando no estaba teniendo sexo o maltratándome, sólo se sentaba a un lado a hablarme de la biblia o de las noticias del periódico; no éramos tan diferentes, también lo despreciaban tanto como a mí en el circo y sólo nos teníamos el uno al otro en los momentos más aburridos de los días.
Me hablaba de un ser que ayudaba a todo aquel que sufría en la tierra y nos amaba a todos por igual, que había sacrificado lo que más amaba y luchó contra el mal. Lo llamaban Dios y para pedir su ayuda sólo tenías que rezar en voz alta. Sólo quería llorar cuando decía eso, tal vez era por eso que yo estaba aquí, ya que no podía decir nada en voz alta y por eso Dios tal vez me odiaba. Rezaba en mi mente todas las noches esperando que alguien me escuchara, aunque no sea Dios. Sin embargo, el milagro llegó y Dios me escuchó, mi Dios. Tal vez fue en 1890 la primera vez que lo vi en una noche en un pueblo cerca de Manchester.
No podía leer o escribir, aunque no era tonto del todo, escuchaba más de lo que parecía y era ignorado por la gente del circo como otro animal más, así que hablaban de todo frente de mí. Como esa noche, estaba el joven Charles Bennett, yo estaba hecho una bola en una esquina con heno de mi jaula disfrutando que había sido limpiada, mi único consuelo y venganza era dejar esta jaula tan sucia que siempre había gente que prefería limpiar las jaulas de los leones que está. Hoy le había tocado al joven Charles que tocaba sin vergüenza las tetas al aire libre de la hija del cirquero.
ESTÁS LEYENDO
DEVOCIÓN »»»» Ongniel (Wanna One)
FanfictionDevoción: Sentimiento mediante el cual se expresa el amor a Dios. Es también la irresistible atracción hacia una idea, una persona, un rey, un santo, un dios, una persona amada o un ser vivo. Ong Seongwu es devoto a su único Dios, lo ama con fervor...