Capítulo 5. ¿Pecado?

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— Recuerda que yo sólo quiero tu bien, Seongwu

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— Recuerda que yo sólo quiero tu bien, Seongwu. No sabes lo loco que me he puesto cuando no te encontré en Miami, pensé que algo malo te había pasado — el amo susurraba aquellas palabras a mi oído después que enterré el cuerpo de Jenny, era una lástima que no había alcanzado la paz por mi culpa — Quería acabar con todos para saber donde estabas.

— Lo siento, mi amo. No volverá a pasar nunca, yo siempre le diré donde estoy y nunca me alejaré de su lado — aguantaba mis lágrimas, me sentía tan culpable por la chica, pero sabía que el amo no le gustaban los sirvientes débiles.

— Recuerda que eres mi sirviente Seongwu, y yo soy tu amo. No lo olvides jamás — susurró de nuevo mientras me abrazaba por la espalda, su aliento caliente me causaba escalofríos.

— Nunca lo olvidaré, mi amo. Sólo le ruego que me perdone por los errores cometidos contra su bondadoso ser — en serio yo solo era el culpable de todo esto.

— Sólo sigue siendo el buen sirviente que yo crié, el más puro de todos, y todo estará bien. Estaremos por siempre juntos — volvió a decir firme y con su voz profunda.

— Si, mi amo.

Él me soltó para volver a la mansión mientras yo veía la tumba en aquella noche del principio de otoño. Me sostenía de la pala y caí arrodillado llorando pidiendo disculpas a Jenny por todos mis errores, por hacer enojar al amo y que ella sufriera una eternidad en el caos encerrada en aquel ataúd.

En serio yo no quería eso, no quería. Solo era un monstruo feo otra vez y no comprendía como el amo me consideraba puro.

Me bañé con insistencia esa noche y llegué a la conclusión que ya no era un buen sirviente que se mereciera el amo, no era puro y sólo era un monstruo que llevo al caos a un alma pura.

Había oído del autoflagelamiento y los castigos durante mi tiempo con los humanos ese verano, de una manera extraña terminé en una secta que adoraba a un Dios falso mientras iba a un concierto de una banda muy groovie que había oído hablar. En la secta era normal que el hombre con mayor poder pudiera tener todas las esposas que él quisiera y hasta algunas de sus hijas eran sus esposas, a los que dudaban de él se les mandaba a castigar por su pecado. No duré ni dos días en ese lugar del asco que sentía al ver a aquellos humanos actuando como locos adorando a un falso dios. Aunque necesitaba limpiar mis pecados, castigándome.

Fui al cobertizo de la casa donde había guardado el ataúd del amo y temblé, acercándome, cada paso que daba se sentía como si un clavo se enterrase en mis pies y todo mi cuerpo de temor quería retroceder. Pero aquella imagen de la joven Jenny Parker todavía estaba en mi mente, la culpa me comía, yo había hecho que ella sufriera por la eternidad y no encontrara la paz. Temblando casi en lágrimas por el miedo, pero mi fuerza de voluntad impulsada por la culpa me hizo entrar en el ataúd que estaba acostado en el piso y bajar la tapa, encerrándome en mi peor pesadilla de nuevo.

DEVOCIÓN »»»» Ongniel (Wanna One) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora