Sospechas

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¿Qué fue lo que había pasado? ¿Quién era ese intruso? ¿Cómo pudo reducir a Shiro tan fácilmente?

Esas eran las preguntas que carcomían la mente de Lance desde que había sido salvado por ese individuo del espacio exterior. Aún le dolían los pulmones debido a que casi estallan pero estaba vivo, sano y coleando todo gracias a ese desconocido hostil, o no tan hostil. Realmente no lo sabía pues...lo había salvado pero había atacado a Shiro.

-¿estás bien Lance?- Pidge estaba frente a él aún con su Bayard en la mano, atenta y tensa debido al ataque

-claro que sí, no fue para tanto-

Sí que lo había sido para lance, aún temblaba, levemente, pero lo hacía por el temor de tener a la muerte tan cerca. Algo así debió sentir Keith antes de morir, o algo peor. Ese pensamiento lo sumió en una amargura demasiado densa y profunda como para salir de ella por el día.

-vamos a ver a los demás- digo Pidge ahora corriendo en dirección al pasillo. Lance corrió tras ella y lo que se encontró fue a Shiro recién poniéndose de pie y a Allura sosteniéndose su cuello con un gesto de dolor. Hunk apoyaba su mano en la espalda de la alteana con preocupación pero ella le decía que estaba bien, que atendiera a Shiro. Lance fue quien lo atendió, se arrodilló frente a él y le ofreció una mano.

-gracias- dijo el paladín negro mientras se ponía de pie. Lance lo observó con preocupación pero no le alcanzó para preguntarle nada, pues aún se sentía muy incómodo con Shiro. Fue Allura quien le preguntó su estado.

-estoy...bien, supongo. Me siento bastante raro- susurra colocándose una mano en su cabeza –como que todo me da vueltas y vueltas...-

-deberías sentarte entonces- dice lance pero Shiro niega

-nah, estoy bien. Más importante, chicos ¿Qué fue eso?- pregunta mirando en dirección donde el extraño había corrido. Lance miró también en esa dirección y simplemente se encogió de hombros

-ni idea, hombre. Todo fue muy, muy extraño ¿a qué se referiría con que despertaras? ¿Lo has escuchado, no?- pregunta lance cruzándose de hombros pensativos mientras observa a Shiro.

-¿dijo eso? No lo recuerdo...- dijo palmándose la nuca

Siempre decía eso, cada vez que hacía o decía algo extraño se cubría bajo esa faceta inocente que a lance lo tenía más que irritado ¿Cómo no se iría a acordar? El atacante se lo dijo cuando aún estaba despierto...

-Shiro...- comenzó lance pero sonó una alarma que los dejó a todos boquiabiertos de nuevo -¿Qué es ahora? ¿Un platillo volador o qué?- preguntó irritadísimo mientras caminaban todos a la sala de control. Ahí, como siempre, estaba Coran viendo la pantalla, se veía lo bastante tranquilo como para tranquilizar a todos.

-¿Qué pasa?-

-es Lotor, viene a hacernos una visita por lo visto...- susurro Allura con la voz controladísima, tanto así como dar cuenta de que algo le sucedía.

Lacen decidió quedarse callado, pues siempre que sacaban a tema el posible romance Allura rodaba los ojos y se marchaba irritadísima, lanzando preguntas sobre si estaba locos o algo. Así que simplemente espero a que la nave del galreano o mitad galreano atracara. Le caía bien, se reprochaba a si mismo pero era algo ya innegable, le caía bien Lotor, su humor antipático y todo... pero a la vez lo odiaba, lo odiaba por ser galreano y que por ende tuviese ese instinto suicida que todos tienen, lo odiaba por ello.

-Saludos, paladines...Allura- dijo una voz demasiado irónica, mucho más que la voz de Lance.

Todos se voltearon a ver la figura emergente del príncipe de los galreano, ahora rey debido a la muerte de Zarkon en sus propias manos. De cabellos blancos y largos hasta casi el trasero, de piel color morado y ojos amarillos de, debido a su hibridez, pupilas casi de gato. El príncipe Lotor era la personificación de elegancia y astucia.

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