Te pierdo

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Habían llegado a la zona de interferencia. Estaban allí y lance no paraba de temblar, no podía dejar de hacerlo, ni tampoco mirar como Keith se veía pálido, pero con una euforia en el rostro que lo hacía querer odiarlo.

Me deja

Lo está dejando de nuevo y otra vez no puede hacer nada para detenerlo. Keith se va a su tiempo, con sus amigos y él se queda nuevamente sin él. Quiere que se vaya, quiere que sea feliz pero lleva demasiado tiempo siendo altruista, lance también quiere ser feliz.

-deja de mirarme así- le pide Keith molesto por lo que lance le hace caso. Lleva su mirada hacia el exterior donde el vacío flota, si es que el vacío puede flotar -¿estás seguro que funcionara? De lo que sabemos de las líneas temporales es que son tan esporádicas e incontrolables como siempre. Ni siquiera Pidge ha logrado controlarlas del todo. ¿Y si te mandan a otra línea que no sea la tuya? ¿Y si te partes en dos y cada parte aparece en distintas líneas temporales? ¿Y si...?-

Keith lo interrumpe exclamando su nombre, lo detiene en sus divagaciones, pero no a tiempo de no haberse imaginado eso último, que lo dejó aún más nervioso que antes. Se friega sus manos con frenesí y se acerca a Keith –perdona, lo sé. Es que...dios, estoy nerviosísimo-

Los demás llegan a los pocos minutos, Pidge con un aparato entre sus manos que emite un pitido que va aumentando su frecuencia medida pasa el tiempo. Hunk se acerca a Keith, lo agarra entre sus dos brazos y lo estrecha con fuerza, meneándolo de lado a lado.

-estamos en la zona más loca de todas, si ha de ser en algún lugar donde te vayas debe de ser este- comenta Pidge cuando Hunk baja a Keith –dime de inmediato si sientes algo raro ¿vale?- le pide y el paladín rojo asiente.

-te extrañaremos Keith, siempre tendrás un lugar aquí...aunque sea imposible volver, o quizás no ¡quién sabe!- divaga Hunk pero su voz tiembla. Le sonríe una última vez a Keith y toma su lugar dentro del grupo. Es ahora Allura la que se acerca y le toma la mano a Keith, la cual está cubierta con su traje de la espada de marmora, la acaricia levemente y luego sus ojos se llenan de lágrimas –te queremos Keith- le comenta –te queremos y te vamos a extrañar un montón - dice y lo abraza. Keith le devuelve el abrazo y siente que su propia determinación está flaqueando.

Es Pidge quien sigue, deja su aparatito ruidoso en un mesón y se acerca a Keith –sabes que soy arisca, creo que en todas mis versiones soy así ¿no?- le pregunta a Keith sin mirarlo a los ojos.

-sí- responde quedamente Keith

-entonces entiendes lo mucho que significa esto- afirma, acto seguido lo abraza con fuerza, unos pocos segundos...pero los suficientes como para que Keith sienta el cariño que le tiene la paladín verde –conseguiremos a alguien digno de tu puesto, sin lugar a duda. Pero alguien como tu...no tendremos esa suerte dos veces. Buen viaje, Keith...llega a salvo a tu hogar. Porque gente te espera- le dice Pidge con la voz temblorosa y los ojos vidriosos, pero se aleja dignamente de él y se vuelve a su papel de científica, oculta entre Hunk y Allura.

-Keith...- susurra Shiro, un susurro suplicante pero resignado –sé que no tengo el derecho de...de querer despedirme de ti, pero...-

-no seas ridículo, Shiro...todo está bien entre nosotros. Ahora y siempre. Así que tranquilo- le tranquiliza Keith acomodándose un guante por reflejo. Shiro se le abalanza encima completamente bañado en lágrimas. Le repite cientos de veces que lo siente, que lo perdone y Keith le responde el igual número de veces que todo está bien.

Por fin

Al final solo queda lance, quien se había alejado al punto más alejado de la habitación, mirando por la ventana las estrellas. Los demás tienen la precaución de darles la suficiente privacidad, dejándolos completamente solos. Keith se sienta nuevamente en un asiento cualquiera y espera que lance diga algo. Espera largo tiempo

Te pierdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora