Me parece todo muy grande, o yo soy muy chica en esta dimensión y no entro.
Me quiero encerrar en una burbuja, y hacer una carpita y quedarme ahí para siempre. No quiero salir más, no quiero ver a nadie más, no quiero ir el lunes y ponerle caras buenas a todos. Sólo me escondo abajo de la cama a esperar que llegue mamá, y no le cuento nada de lo que me pasa porque me da miedo. Me das miedo.
No me encuentro y me siento encerrada todo el tiempo, que mi cuerpo no me deja salir, mi alma está pegada.
Y estoy muy cariñosa, o mimosa, o te digo cosas lindas que después olvido. Te gusta salir de vos, te gusta poder expresarte sin pensarlo, te gusta ser vos, aunque no siempre puedas y te frustra.
Sos muy especial, desearía ser especial, soy un desastre y pierdo las cosas y me pierdo a mi.
Hay cosas lindas que uno no disfruta, como hablar con una viejita de sus gatos y que se escuche música clásica de fondo, y llegue su hija tan viejita que parecen complementadas, y me hablen de su gato.
Cosas como pasar el día con vos y comernos un sanguchito de milanesa, tener frío, hablar de cosas sin sentido y analizar el cielo. O que venga alguien al curso y me regale baggio de multifruta y una cartita con cosas lindas. Y no me lo merezco, no merezco nada de lo que tengo, y sólo necesitaría o tendría que tener lo mío, lo que hago yo, lo que me llena a mi.
No me merezco, no te merezco y no merezco nada de lo bueno que me pasa, sólo quiero salir con vos y tomar el tren y pasarla muy bien, porque me haces bien, sos como una caricia al alma. Y perdón por ser insoportable.
