Capítulo 23: Confesiones.

20K 727 412
                                    

Navidad. (25 de diciembre 1:30am)

Luego de tomar ponche con mis madres, abuela y tío. Me voy a dormir, estamos a 1 hora de nuestra casa, el 25 en la tarde o noche volveremos, y de ahí, tengo unas horas para pensar en cómo abordar a mamá. Hace unos meses jamás se me hubiese pasado por la cabeza, me parece casi increíble lo que ha pasado está última mitad del año.

Antes de dormir reviso mi celular, mensajes de amigos, Paola y de Chloe. Decido ver el de Chloe, la saludo también.

"Tengo algo para ti" leo. Frunzo el ceño curiosa.

"A ver" envía una imagen. Sonrío mirando a los lados como si alguien me espiara. Le envió un corazón, se despide con un "úsala bien"... pero yo ya estoy acariciando la pantalla del celular, me río bajito.

-Esta Chloe- susurro ruborizada observando su foto con los ojos hambrientos. Sueño ¿Cuál sueño? Me pregunto cuando mi mente empieza a divagar...

25 de diciembre 13:00

- ¡Despierta! - espabilo mirando a mamá Fer, se ve entretenida.

-Estoy despierta- abro los ojos de par en par. Me había quedado mirando a un punto pensando en Chloe.

-Si claro babosa ¿Quién te tiene así?

¡Maldita sea Chloe! A veces pienso que planea todas estas situaciones, mi otra madre desde el sofá me da una mirada que sólo dice "ya dile de una vez".

-Eh... sólo... sólo... - me complico.

-Ah descuida, con tu madre me pasó mucho- guiña el ojo. -Debe ser una interesante jovencita.

-Lo es... con respecto a eso... ¿Podríamos hablar emm... cuando lleguemos a la casa?

-Claro amor- Sonríe sirviéndose para beber.

Estoy todo el camino de vuelta pensando en la mejor forma de abordar a mamá y conociéndola; es mejor que lo haga directo y claro. Quizá no le guste, quizá lo acepte, quizá no me crea. Pero un gran motivo por el que le cuento es que ya es cosa de tiempo para que nos descubran. Nos vemos y es cada vez es más difícil fingir desagrado o molestia después de todo lo que hemos pasado, o fingir que la ignoro... no después de semejante foto. Lo más probable es que la mire con cara de hambre o derechamente me tire encima.

Fernanda

Llegamos a casa, bajo las cosas que llevamos de la camioneta y me recuesto en la cama, cierro los ojos para relajarme un rato. La puerta se abre y veo a mi esposa tomando la ropa que doblé para luego guardarla en el closet.

Sonrío casi dormida, mi Sandra... es capaz de ponerse 3 conjuntos de ropa en una tarde.

-Ni se te ocurra dormir- escucho.

- ¿Y eso? - ¡Mandona!

-Samantha quería hablar contigo- frunzo el ceño mirándola.

- ¿Ya lo sabes verdad?

Evita mirarme, la conozco. Me empiezo a preocupar.

- ¿Es malo?

-No realmente- cierra la puerta del mueble y se sienta en la cama. La abrazo y beso tras su oreja. Se ríe, siempre le dio cosquillas, sonrío.

- ¿Qué pasa?

-Descuida -acaricia mi mano, comienzo a irritarme.

- ¿Por qué no lo dices y ya? -No me gusta que me hagan esperar, pero la mirada que me dedica Sandra acalla cualquier reclamo.

-Eso es tema de ella.

Entrecierro los ojos y me pongo de pie.

-Voy.

Mi pareja perfecta IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora