Capítulo 21: Si podemos.

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Martes.

- Paola... -le hablo mientras está con un grupo de amigas- necesito hablar contigo- susurro.

Me mira de reojo, no pongo ninguna expresión. Por dentro estoy algo complicada, pero si muestro la tristeza que tengo se dará cuenta y me evitará.

Si de algo nos parecemos es que evitamos mucho las situaciones que no nos gustan.

- ¿Y bien? - me pregunta fuera de la U.

- ¿No podría ser un lugar más personal? - no quiero hacer más escándalos aquí.

-Vamos a mi casa.

25 minutos después.

Me toma del cuello de la ropa, no digo nada, me limito a mirarla dolida, quizá me merezca lo que está pensando... por más que la violencia sea mala entiendo cómo debe sentirse. Para mi dolor, me suelta y me mira llorosa.

-Como pudiste.

-Lo siento -hay un silencio, solo escucho un hipido - no estaba pensando y tampoco la detuve- últimamente lo único que hago es ver el suelo.

-Esa... - empieza enojada.

-No es culpa suya- la corto- no es ella la que tenía que serte fiel a ti.

-Sam... - empieza. Antes de que me arrepienta de todo respondo.

-No quiero hacerte daño... no debimos haber vuelto - susurro. -No puedo ofrecerte nada, así como estoy.

-Yo no debí haber terminado- cierra los ojos llevándose la mano a la boca.

-Descuida, tenías tus razones. Las cosas pasan por algo. -La calmo. Reconozco que me dolió mucho que lo hiciera, pero aun así no quiero hacerle daño diciéndole algo feo.

-Así que... ¿te irás con ella?

-Ni siquiera sé que quiere ella. -Reconozco. Se supone que no sabe que pensar de mí.

Niega con la cabeza.

-Te vas a arrepentir- susurra.

-Quizá, quizá no. Pero aun así creo que terminar es lo mejor.

-Entonces...

-Si... terminamos. -La palabra duele.

Escucho su llanto, me gustaría abrazarla, pero supongo que lo mejor es que la deje sola. Además, en cualquier momento lloraré yo. No es fácil... nos quisimos mucho.

Paso la semana de luto, supongo que lo hago por respeto a lo que tuvimos. Además, no estoy de humor... no me está yendo en clases como me gustaría y no tengo ganas de nada. Además, el grupo que se juntaba con nosotras al parecer decidió quien era la víctima y me consta que no tengo un rostro que invoque piedad.

Por suerte tengo a Tina, ella me entiende, y es la única que me dice que he hecho bien. No es que necesite un gran reconocimiento, pero una palabra de apoyo se siente bien. Se que era lo correcto.

Tina me abraza, nos separamos y en frente pasa Chloe con un par de amigas, a pesar de estar serena no es el terremoto que solía ser.

-Tina...

- ¿Sí?

- ¿Por qué no me dijiste que dejó de ver a ese idiota?

-Para que preguntes tú, Chloe no es mala Samy- me pincha con un dedo- lo mandó al carajo en mi cara.

-Puta- gruño.

-Es una buena chica, abre los ojos o te la quito.

-Si claro.

Mi pareja perfecta IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora