Capítulo 4 : Aprendiendo a bailar.

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Martes

Tina

- ¿Entonces cómo te fue con Chloe!

- ¿Eh? – me mira Sam perdida.

- Lo de tu miedo a los ratones... me sorprende que le dijeras.

-Es que... a mamá se le salió. -Bebe de su jugo- y se enojó – en eso se ríe recordando algo.

- ¿Qué pasó? - ¿Debo sorprenderme?

-Le tome un poco el pelo.

- ¿Con qué...? - Ay Samantha, cuando se trata de Chloe vuelves a los 14 años.

-Le tome el pelo por su nariz y su altura.

- ¿Qué tienen su nariz y su altura? -Frunzo el ceño.

-Nada – se levanta de hombros y ríe desagradablemente, lo que me indigna. -Sólo quería que se enojara.

- ¡Eres muy infantil! ¡Eso no se hace! Qué tal si... ¡¿se vuelve insegura!? -Digo dudosa a lo que Sam levanta una ceja.

- ¿Chloe? ¿Insegura?

-Si bueno, eso no. Pero igual te pasas con ella.

-Y ella conmigo – Bota su caja de jugo vacía en un bote de basura.

-Si, son demasiado idiotas. ¿¡Podrían ser amigas sabes!?

-No. No hay como- dice ella llegando a la parada de autobús. -Pudiste haber llamado a tu chofer- comenta con pereza.

-No me gusta exhibir riquezas.

-Tía Noelle ha influido en ti- asiente.

-Y por suerte. - Nos reímos.

Más tarde.

Entro a nuestro apartamento y beso a mamá que ve TV con Tom en sus piernas, le acaricio el cabello y sigue ronroneando, está tan viejito que solo duerme, come y va a su caja.

- ¿No lo has llevado al veterinario?

-Christine no quiere. -Mira la tv seria- supongo que no quiere admitir que le da miedo que tenga ''algo''.

-Yo lo veo igual que siempre- sólo pensaba en un chequeo rutinario.

-Bueno, ella es su dueña.

-Todas somos sus dueñas- aunque para mi es como mi hermano gatuno -Mamá no tiene por qué enterarse- sonrío creída pensando en el crimen perfecto.

Mamá ríe y me mira entretenida.

-Que Christine no se entere.

- ¿Christine? ¿Quién es Christine?

-Yo mocosa- sale del baño del primer piso. - ¿Pasa algo? – sonríe de medio lado. – Pulga.

- ¡He crecido! – repongo enojada – ¡Y casi te alcanzo!

-Casi. Por ende, eres una pulga. -Concluye viéndome apretar los dientes. -O quizá garrapata- dice pensativa.

-Anciana – sonrío cruel - ¿Cómo va la jubilación?

- ¡Estoy en la flor de la vida!

- Una flor seca.

- ¡Estás castigada hasta el 2.050!

- Soy mayor de edad.

-Sigues siendo una mocosa- Se sienta. -Por cierto... -Tenemos que hablar.

Mi pareja perfecta IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora