EROS

Ambrosio Inmortale

Ese momento en el que desperté y escuché caer el agua de la ducha me espante por que vivía solo en mi departamento, luego recordé que de estupenda cogida que te había dado la noche anterior y se me pasó el sobresalto.
Me acomodo un poco más en la cama y te veo salir del baño tan hermosa como siempre, con el pelo suelto escurriendo el agua sobrante tu piel blanca tan blanca como la luz de la luna, tus senos hermosos y esa aureola de un tono oscuro que resaltaban los pezones en esa piel tan blanca y tersa, me quedo mirando todo el trayecto que haces del baño al clóset, doy un salto y caigo de pie voy cuidando mis pasos para que no me sientas y de repente cruzó mis manos por debajo de tus brazos y alcanzó tus tetas perfectamente colocadas antes de que te pusieras el brasier de talla 34D sentí como te sobresaltaste y al posar tus manos en las mías relajste tu cuerpo al frotar tus pezones suavemente se fueron poniendo duros muy duros, bese tu cuello y mi erección rozaba tu trasero y sentía como te empujabas hacia ella baje una de mis manos derecho entre tus senos, por tu vientre, llegue a tu clítoris y salió un grito ahogado y me excite más.
Te volteas te y la erección que casi rompía el boxer rozo la parte superior de tu clítoris y los fluidos empezaron a brotar.
Te recosté en la alfombra levanté tu pierna la apoye en mi pecho y penetre lentamente, tus espasmos solo hacían que tu coño me apretar más y más, tus gritos subían de volumen y casi se escuchaba el departamento completo.
Tuvimos el orgasmo al mismo tiempo, quede recostado en tus pechos y solo pude pasar mi lengua por esos pezones que me llamaban a que los metiera en mi boca, y los acariciara  con mi lengua tu cuerpo respondía a cada roce que tenía con migo.
Te incorporaste y me hiciste señales para que te siguiera, entramos al baño y te ataque como depredador a su presa, con pasión y agresividad te subí al tocador y vi como mojabas con solo sentir mis besos, te pegue del espejo y pase mi lengua por el cuello, me centre uno minutos en tus dos senos atendiendo los de forma equilibrada, baje y bese suavemente tu ombligo y mi lengua quería saborear lo que se encontraba un poco más abajo.
Entramos a la ducha te subiste encima de mi y coloque mi polla en la entrada de tu coño se sentía tan caliente y húmedo se sentía como entrar al paraíso, cada que te embestía tu solo gritabas y gritabas te pegue a la pared fría y el agua que bajaba de la regadera se llevaba los fluidos que salían de ti.
Puse a llenar la tina a la mitad la pare entramos en ella y te sentaste encima de mi polla dura y erecta sentía como tú coño palpitaba y apretaba besaba tus labios y mordidas los mios, jugaba con tus pechos y el agua salía por todos lados y por el proceso todo tu cuerpo se estremecía, te abrazabas a mi con todas tus fuerzas y la tina empezaba a quedarse sin agua al momento en que terminabas y yo solo podía dejar que todo el esperma saliera dentro de ti.
Nos recostamos en la cama, bese tu frente y vi como te quedabas dormida sin más fuerzas para seguir, prácticamente estaba desmayada en mis brazos de tanto placer, unos minutos después te seguí el camino y terminé dormido entre tus senos.