La noche nos encontró sentados en una cena romántica que de lejos se sabía que aspiraba a más.
No sabíamos lo que pasaba a nuestro alrededor solo importaba nuestro pequeño espacio.
Cuando salimos del restauran y llegamos al auto empezó todo, tus manos acariciaban mi entrepierna y la erección crecía a cada roce con tu mano.
Ya dentro del auto, tus manos bajaron el cierre de mis pantalones y en todo el trayecto a casa estuviste debajo del volante, llegamos al aparcamiento del edificio y subimos en el ascensor privado del departamento.
Llegamos y las ganas no se aguantaron más, me quitaste la camisa, levanté tu vestido y apenas te diste cuenta, los besos y las caricias fueron acompañados de gemidos de placer y orgasmos salían simultáneos de tu ser.
En la antesala fue que empezó nuestra entretenida noche, besos por todo el cuerpo mis dedos se deslizaban por tu vientre, mis labios por tus pezones, tu mano en mi erección hacia que los dos llegáramos al clímax.
El comedor se convirtió en nuestra cama y tus gritos tras cada embestida retumbaban en las paredes del departamento, cuando te volteé y te puse de rodillas encima de la mesa y enterré mi cara en tu palpitante coño, tus fluidos salían desparramados y mi lengua jugueteaba con tu clítoris.
Cuando pudimos llegar a la habitación la luna se veía más que hermosa, esa vista que no cualquiera puede tener, la vista desde la habitación principal del penthouses donde el tragaluz del techo deja entrar totalmente su luz y nos deja apreciar su hermosura, nos dimos cuenta que podíamos seguir.
Me paro de la cama y seguido lo haces también, siento tus labios en mi espalda subes hasta mi cuello lo besas con pasión y ternura, al darme la vuelta mi erección se encuentra con tu húmedo y caliente coño al sentir ese contacto mis ganas de follarte crecen aún más, te subí a la encimera y te penetre con fuerza gritaste mi nombre tan alto que tu garganta quedó al rojo vivo te cargue y te movías encima de mi erección te pegue contra la pared tu espalda mi brazo te servía de servía de almohada para que no chocaras de la pared con cada embestida al tiempo que tenía tu larga coleta agarrada.
Caímos al piso cansados pero exhaustos, nuestros ojos estaban conectados mirabas en los míos yo en los tuyos y así duramos hasta que el efecto de nuestro último orgasmo término la cama fue el próximo destino y por esta noche creo que en ella nos quedaremos te dije, asentis te sin más, te trepas te en mi como una fiera hambrienta, frotabas mi polla hasta que se puso dura la introduciste, te acostaste encima de mi subías y bajabas me besabas y acariciabas mientras más cerca estabas más fuerte alabas mi pelo hasta que te sentaste y tus pechos hermosos brincoteaban frente a mi sentía un placer que nunca antes sentí cuando por culpa de tu orgasmo tu coño apretó toda mi polla y terminé de un momento a otro, un último beso y nos quedamos dormido al asomarse el amanecer.
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EROS
عشوائي¿Haz pensado alguna ves de forma lasciva? Pues este libro llevará tu imaginación a un Páramo que nunca pensaste conocer. Espero les guste.