Llego a casa después de estar dos meses fuera, la apertura del otro restaurant me tiene algo agotado.
Llegué un día antes de lo que tenía programado, de repente escucho un pequeño gemido salir del cuarto, subo las escaleras de manera sigilosa, entro a la recamara quitándome la camisa y me quedo solo con el pantalón puesto, todo esto de manera sigilosa para que nadie escuche.
Abro la puerta del cuarto de juegos y veo la escena más hermosa que puedo encontrar, mi esposa con las piernas abiertas y un consolador. Reviso mi teléfono y encuentro unas video llamadas perdidas ya que el modo avión estaba activado.
Entro lentamente y me acerco a ella, un beso en el cuello hace que las vibraciones lleguen un poco más profundas de lo que deseaba en el momento y una sonrisa lasciva sale en mi rostro.
Me paro frente a ella y lo primero que llega a ver es un bulto en mi pantalón, su risa no se hace esperar -"Por lo visto me extrañaron bastante por aquí" le digo. -"Es mutuo, amor" responde ella. Un beso algo lascivo y lleno de deseo fue la bienvenida que obtuve de ella, eso hizo que mi polla quisiera explotar.
Sentí sus manos quitar mi correa y su boca pasar cerca de mi entrepierna, el bóxer y el pantalón cayeron juntos al suelo y su boca lo recibió directo. -"Por lo visto lo extrañaste demasiado" le digo y una risa ahogada fue lo que recibí. Había olvidado lo que se sentía, la sensación de su lengua pasando por la punta de mi polla, la succión de su boca, el movimiento de entrada y salida era magnifico, hasta el punto que me hizo llegar al éxtasis total.
-"Creíste que se había acabado, no mi vida estos meses me los desquito hoy, aunque sea un poco" le digo. Sus ojos se abrieron ya que sabía lo que eso significaba, (sexo puro y brutal).
La levanté de la silla en la que se encontraba y la dejé encima de mi polla para que fuera bajando lentamente aunque con lo mojada que estaba eso fue algo rápido. Sus piernas en mis brazos y sus tetas al nivel de mi boca, todo un deleite. La subía y la bajaba a una velocidad moderada, el deseo continuaba subiendo, la velocidad aumentó y los gritos no esperaron más, solo podía escuchar lo que salía de su hermosa boca o lo que dejaba salir de ella. Besos, caricias y embestidas era todo lo que importaba en el momento hasta que terminamos cayendo al piso en una oleada de placer.
Ya en el suelo descansamos unos minutos, sentía como de mirarla me volvía la erección y las ganas de seguir cogiendo, lentamente empecé a subir por sus pies dejando besos en cada centímetro de piel a mi paso, abrí sus piernas y me puse una pierna en cada hombro y obtuve esa vista hermosa, su coño palpitante de tanta excitación y la poca resistencia que ejercían sus piernas que se debilitaban al más mínimo roce de mis labios.
Subí hasta llegar a estar frente a frente con ella, mi polla rozaba sus labios externos y con cada movimiento hacía el intento de entrar, de sus labios salía un gemido y lo callaba lo más rápido posible con un beso lleno de pasión, aunque ocultando la verdadera intención...
La agarro por la cintura y la pongo a cuatro patas con una de sus piernas enganchadas a una silla que estaba cerca, me coloqué de rodillas detrás de ella, con una mano tomé su pelo, con la otra su cintura no sin darle antes unas nalgadas de las cuales quedan los dedos marcados a cada lado. Pongo mi polla en la abertura de su coño, abriendo un poco la entrada, ya agarrado a su cintura embisto con gran fuerza y un gemido sale de su parte, una, dos, tres, cuatro embestidas con fuerza y siento como su coño me aprieta la polla hasta más no poder, -"!Joder, como extrañaba eso mi habiba!" le digo.
Te cargo en mis brazos hasta el sillón que tenemos en el rincón, te recuesto y llevo mis labios hasta tus pezones, los mordisqueo un poco, mientras mis dedos pasan por tus labios externos y entrando en los internos, froto tu clítoris entre dos de mis dedos y siento como te humedeces, me preparo para volver a entrar en ti pero siento que me detienes y te pones a orillas del sillón, abres las piernas, tomo una y la levanto formando un ángulo de 90 grados y las embestidas solo empiezan, entra y sale. Tus tetas bailan al son de los movimientos, me recuesto encima de ti para besarte pero sin dejar de entrar y salir. Tus jugos salen y tu cuerpo solo siente las oleadas de ese intenso placer. En una embestida me detengo, te paro en la pared te pego y lentamente doy besos en tu cuello y empiezo a susurrar cosas que solo hacen subir tus deseos carnales.
Entro suavemente, coloco mis manos en tus tetas mientras te penetro, mi lengua pasa por tu cuello y oreja, dejo besos y caricias en lo que siento tu corazón correr a mil. Te despego de la pared, tomo tus brazos, te inclino un poco y con toda tú expuesta entro y salgo a toda velocidad, me detengo y empiezo suave, despacio y con cariño, cuando empiezo con las embestidas bestiales llegamos a un hermoso clímax el terminar los dos juntos, cansados, sudados y llenos de éxtasis nos tiramos en el suelo a descansar, con un suave y delicado beso sellamos una magnifica tanda de sexo.

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EROS
Random¿Haz pensado alguna ves de forma lasciva? Pues este libro llevará tu imaginación a un Páramo que nunca pensaste conocer. Espero les guste.