다섯

3.2K 340 46
                                    

Durante el par de días seguidos a mi acuerdo con Jimin pude notar que lo más difícil fue tomar la decisión, pues apenas la palabra "acepto" salió de mis labios el compromiso ya estaba marchando, incluso hoy después de revisar que todo marcha bien con mi retorno a la universidad, tendré que ir a elegir el modelo de las invitaciones para la fiesta de compromiso que por cierto no son las de boda gracias a la mamá de Jimin que decidió darnos tiempo, si fuera por mi padre mañana mismo me casaría con mi peliplateado amigo.

Todo esto definitivamente ya se había convertido en el peor de los escenarios para el plan «ralentización boda» en que Jimin y yo habíamos quedado, lo cual me estaba poniendo de los nervios y a lo mejor es por eso que llevo doce llamadas a Jimin, quien no me contesta.
«El número que usted ha marcado está fuera del área o no se encuentra disponible» bien ese fue mi último intento, por lo visto estoy solo ahora y quién sabe por cuánto tiempo más.

«Si el no se preocupa, yo tampoco, me tomaré esto con calma y serenidad» me repito mentalmente un par de veces más mientras camino por los enormes pasillos de la universidad abarrotados de estudiantes.

Tras una pequeña charla con la secretaria respecto a mi horario, salgo y voy en dirección a la cafetería donde quedé de verme con Yoongi quien de principio estuvo muy molesto por mi "boda" pero que al final terminó aceptando tras enterarse de mi arreglo, tanto que hasta se ofreció de padrino, claro que sólo lo hizo con la intención de burlarse.

Suspiro aliviado al llegar a la cafetería, resulta que aún recuerdo cada parte de esta enorme universidad aunque no a detalle, después de todo no asistí mucho tiempo como para memorizar cada minucia.
—Regresar a Corea no fue bueno—bufa Yoongi mientras sus pequeños ojos se pasean sigilosamente sobre mi cara, estudiándome, supongo—te ves terriblemente terrible... Deberías mandarlo todo a la mierda— termina de decir sin el más mínimo de rastro vergüenza.

Sonrío ante su elección de palabras; mirando hacia el suelo pienso en lo genial que sería ser como él. Desde que lo conozco, jamás lo he visto cohibido ante nada, ni siquiera cuando admitió su homosexualidad. Nunca pareció sentirse arrinconado o frágil, su temple permaneció intacto y tranquilo, viéndose tan increíble para mí, tanto que me sorprende que seamos tan amigos.

—Créeme que a mí también me gustaría, me gustaría mucho...—vuelvo a agachar la cabeza, pensando en lo bueno que sería tener más carácter en vez de tener siempre presente esta debilidad que no hace más que ayudar a hundirme cada día más, voy notando nuevamente ese obscuro sentimiento de inferiodad adheriéndose a mí lentamente.

«No».
Sacudo la cabeza para luego ponerme en pie. No seguiría esa ruta autodestructiva de nuevo.

—Yoongi, no quiero hablar de esto y mucho menos pensar en ello si sé que no me trae nada bueno; así que mueve tu trasero y salgamos a caminar un rato.
—Mmmmm ¿no puedes seguir lamentándote y llorando por un rato más hasta que acabe mi café?—pregunta Yoongi con una sonrisa perezosa.

Aprieto los labios y lo miro frunciendo el ceño.
—Entonces no me queda más opción que distraerme haciendo mi caridad del día—digo siguiendo con la mirada a la mesera que se pasea coqueta cerca a nosotros—Ella no ha parado de mirarte y creo será feliz si le doy tu número. Esperemos no sea como la anterior, quien te llamaba tanto que no pudiste tener una noche de buen sueño en semanas—levanto la mano para llamarla.
—¿Qué te gustaría más? ¿ver el nuevo campo de fútbol o un recorrido por las nuevas residencias?—pregunta veloz Yoongi mientras me saca a jalones del lugar.
—Ambos—digo fingiendo inocencia sin evitar reír al ver su cara de desagrado.

—Ambos—digo fingiendo inocencia sin evitar reír al ver su cara de desagrado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
PERDIENDO MI NORTE (Taejin/Kookjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora