PERDIENDO MI NORTE (Taejin/Kookjin)

서른 여섯

Las flamas de las velas se reflejan en forma de hogueras dentro de las pupilas oscuras de Jungkook, ha dejado de respirar.
—¿Qui-quieres darme sexo oral?—pregunta anonadado a la par de excitado, su hombría se pone más firme.

—Sí, a menos que también me lo rechaces—pongo cara de ofendido.
—Es difícil negarme si haces esos lindos gestos con la boca—me dice, absorto pasa su pulgar por mi labio.

Me valgo del quiebre de su voluntad para meterme más entre sus gruesos muslos. Le subo la camiseta hasta evidenciar al completo sus marcadas abdominales, le acaricio los laterales, Jungkook gime.
Sonrío travieso a medio camino de llegar a su piel y empezar a repartir suaves besos por aquí y allá.

Sus manos cogen mis hombros alejándome, en cuanto elevo la cabeza me encuentro con sus ojos rebozantes de apetito carnal.
Encorva su espalda hasta impactar nuestras bocas, sus labios se mueven desesperados, sedientos. Sin aliento mantengo el ritmo de nuestras lenguas danzantes, aclamando la fuente de su razonamiento se rompa de una vez por todas.

—Permíteme saborear el resto—escapo del beso, sus labios ansiosos por besarme de nuevo—Conejito—jadeo en tono tentativo.
Él gruñe más sonoramente tras escuchar aquel apelativo cariñoso.
—Al menos lo intenté—se rinde.

Inmediatamente se pone de pie con las manos en el botón del pantalón, detengo el movimiento descendente de su cierre.
—Puedo hacerlo yo—anuncio con el ceño fruncido.
Él ríe bajo, yo termino de bajar la cremallera y después engancho los dedos en los comienzos del pantalón y ropa interior, hago caer ambos al suelo.

La masculinidad de Jungkook salta urgida ante mis ojos abiertos como platos.
Jungkook se sienta de nuevo al borde de la cama, atrayéndome por los hombros hacia su dura longitud.

Mi valentía de repente baja sus niveles.
Ahora que la tengo en frente tomo realmente conciencia de mi inexperiencia y falta de práctica.

Mis nervios nadan hacia la superficie, mis manos tiemblan al sujetar su erección por la base.
«¿Qué sigue? ¿La meto en mi boca de una vez por todas?»

Con la palma hago un sube y baja por su pene goteante, recordando las acciones de Jungkook en el pasado. Copio sus movimientos, pasando un pulgar por la punta.
—Se siente asombroso—jadea.

Animado por su ascendente libido reflejado en su cara, acerco la lengua a la punta roja, el sabor salado de semen me hace apartar al instante. No es exactamente agradable.

Empecinado con complacer a Jungkook reitero en mi labor. Esta vez meto la punta en mi boca, acostumbrándome a la viscosa textura surgiendo, muevo la lengua en círculos.
—¡Así!—brama Jungkook, su mano se enreda en mi pelo haciéndome tragar más parte de él.

Cubro un poco más de la mitad de su pene, es incómodo, me cuesta respirar correctamente y sin embargo estoy plenamente excitado, oyendo sus gemidos graves escapando contra voluntad. Su pecho se mueve a prisa al extraer la cantidad necesaria de aire.

Adaptado al tamaño, comienzo a balancear la cabeza, chupo la caliente carne que cabe en mi boca, le doy placer al resto con mi mano, acariciando desde la base hasta chocar con mis labios hinchados por la acción.
—¡Tu boca es la gloria!—gruñe más fuerte.

Aumento la velocidad de mis succiones. Pero a Jungkook no le es suficiente, por tanto comienza un vaivén de caderas contra mi mandíbula cansada, su mano empuja mi cabeza mientras estira mi pelo.

Dirigiendo mi vista a su rostro, el éxtasis me recorre por completo. Tiene la cabeza echada un poco hacia atrás mientras cierra los ojos y se muerde el labio con fuerza, su garganta resuena por sus jadeos retenidos.