Ese momento

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Y allí me encontré con una sonrisa en la cara, sin saber cuándo o por qué. Y me di cuenta. Era por él. Sus joyas de miel, fuego y chocolate, su sonrisa de perla, su simple pero compleja existencia. No sé cómo he acabado aquí, pero sé que lo adoro. Mi mente se pierde en sus ojos, en la canción de su risa.

Laberintos por dentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora