Esperanza

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Solía vivir en una ilusión
que al final quizás sí fue amor,
pero la realidad mi rostro golpeó
y me dejó en el suelo sin respiración.

Intenté levantarme de rodillas,
aún pensando su nombre,
y él todavía no me oye,
así que así concluí, con lágrimas.

Mientras la agonía me corroía,
algo brilló inesperadamente,
deslumbrando mi mente,
dejándome, al fin, viva.

Y esa nueva luz me dijo la verdad,
y aquella noche me puse a pensar.
Y pensé que él tenía la razón.
Y me dejé caer otra vez en el amor.

Tarde de verano y él me pregunta:
¿cómo sé si me quieres?
Aquí la tienes en forma de verso,
que para mí tiene valor de beso.

Quizás sea una idiota inocente,
otra enamorada perdidamente,
¿qué le voy a hacer?
¿Sufrir y no dejarlo ser?

Precioso en todos los aspectos,
quizás salvación de mi depresión,
ángel repentino y bello,
a ti te entrego la llave de mi corazón.

Laberintos por dentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora