Carta a mi dolor

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Odiado demonio:
Soy yo. Tu puta personal, maltratada y sin recompensa a cambio de todo el dolor que me provocas. La odiada, la desgraciada. Y estoy harta de ti.

Aún tengo miedo, aún vivo con temor, aún tiemblo ante la realidad que cae sobre mí, pero venceré ese miedo con ferocidad, porque todo el odio que me has provocado me ha transformado en una bestia salvaje.

He odiado a los que me quieren. He odiado a lo que amo. He odiado mi existencia. He odiado al mundo. Me sigo odiando. Por tu culpa.

Te odio tanto... Quiero ahorcarte en el árbol que has hecho crecer con los pensamientos que me provocas. Quiero acuchillarte y dejarte en el suelo desangrándote en tu miserable existencia. Quiero ahogarte en todas las lágrimas que he derramado. Quiero hacerte arder delante de todos los que han creído en mí. Quiero matarte. Quiero torturarte como tú me torturaste a mí.

¿Y si me acusan de asesinato? Oh, Temis, diosa de la justicia, mi condena es la libertad si lo mato.

Y, joder si te odio, ansiedad letal, depresión que me hunde, razón de mi sufrimiento, guerra constante.

Así me despido. Adiós.

Laberintos por dentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora