Laberintos por dentro

Imagina un beso

Tus labios, puros,

cerca de los míos, desnudos,

con un espacio vibrante entre ellos,

como la infinidad del cielo.

Tus ojos oscuros, mirándome el alma,

mi mirada, fija pero callada,

tus pestañas rozándome,

yo sonrojándome.

Tu cuerpo y el mío,

como si estuvieran en el vacío,

juntos, abrazados, unidos,

mientras esos nervios se han ido.

Y te beso,

y sonríes mientras lo hago,

y ya no paro,

y sigues así, bello.

Y me despierto de mi ensoñación,

deseando volver a mi imaginación.

Si pudiese de verdad te besaría,

si tan solo tuviese valentía.