CAPÍTULO CUATRO

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Tres meses atrás.

La casa de campo en la que se alojaron durante el período de trabajo escolar se encontraba a las afueras de la ciudad. Ashton supo desde el primer momento que si aquellas iban a ser las dos únicas noches en las que iba a poder estar a solas con Amy, una de ellas sería la noche en la que perdieran la virginidad. No desperdiciaría la oportunidad.

Amy agarró la mano de Ashton y ambos se deslizaron escaleras abajo en el más imperturbable silencio. Si los descubrían despiertos a esas horas y juntos no querían ni imaginar lo que les caería encima.

Eran las dos de la madrugada cuando pusieron los pies sobre la hierba y corrieron hasta el pajar más cercano. Ashton tendió una manta que trajo consigo en el suelo para conseguir una mejor comodidad y seguidamente pasó a besar apasionadamente a Amy. La arrastró lentamente hasta llevarla al suelo y allí empezó a desvestirla, hasta que ambos quedaron desnudos, tal y como llegaron al mundo.

La acarició aquí y allí, rozando cada rincón, besando cada centímetro de piel. Su nariz, sus mejillas, la boca, la barbilla, los pechos... Le arrebató sus primeros gemidos y su primer orgasmo con la boca. Luego se tendió sobre ella, vientre con vientre, pecho contra pecho, corazón contra corazón, y con suma delicadeza y lentitud, se deslizó en su interior.

El cuerpo masculino se movió sobre el femenino llevado por la pasión. Cuando tiempo habían deseado estar de aquella manera, entregándose el uno al otro, bajo la luz de la luna y las estrellas.

La noche siguiente volvió a repetirse la misma historia.

Escondidos en la noche y huyendo para poder convertirse en uno los dos. Ashton y Amy compartieron todo lo que pudieron darse el uno al otro. Ashton le entregó todo el amor que necesitaba como si su vida se fuera en ello. Jamás dejaría que algo malo le ocurriera.

Disenchanted ಌ Ashton Irwin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora