Dos días.
Hace dos días escape de Alaska, sin que nadie me viera. O eso espero.
Cinco horas.
He estado conduciendo cinco malditas horas. No saben lo mal que eso le hace a mi trasero. He tenido que robar sangre a un hospital central, ya que tenía tanta maldita hambre. La última comida fue hace dos días, con aquella chica que deje en la acera de la carretera siete.
Islandia.
Es a donde tome un avión. Tenía pensado ir a Luisiana, pero el setenta por ciento de los vampiros de todo el mundo viven allí, sin mencionar New Orleans, ahí es donde están todos los vampiros. Para mí, eso es una muerte prolongada y sin salida. Así, que para protegerme, decidí irme de América, que es donde casi todos los vampiros viven, también viven en Europa y en Rusia, pero para que ir a Rusia, sé que muy pocas veces hay sol allá, pero es muy frío. El frío a veces es muy aburrido.
Una gasolinera. Genial, al fin podré salir de este maldito asiento y poder caminar o correr. Me estacionó al lado de las máquinas que dan la gasolina. Salgo del auto estirándome. Qué bien se siente. Tomo la manguera, depositándola en el depósito de combustible, llenando los tanques de gasolina. Una tienda me llama la atención. Porque no.
Camino dejando la manguera en su lugar, al entrar no hay muchas personas. Solo el que atiende que está atrás de la caja registradora, y dos compradores. No vive nadie por estos lugares, bueno pase cinco horas sin encontrar ni una gasolinera. Esta isla está vacía, o mi GPS no sirve para nada y ha hecho que me pierda. Por internet compré una casa en un pueblo de aquí, creo que se llama Shadow Falls o algo así. Solo sé que me dieron una muy buena oferta para tan grande lugar, en las fotografías se notaba que la casa estaba en buen estado. Ojalá que esté en buen estado, porque si no buscaré al que me la vendió y le sacaré los trescientos mil dólares que pague por la casa. No se puede fiar de un humano.
— ¿Te puedo ayudar en algo?—pregunta una señora de edad acercándose a mí. Tiene el cabello blanco y un vestido largo de flores moradas. Está descalza y huele asqueroso.
—No, gracias—digo dejándola atrás. Sigo mi camino al lugar en donde hay botellas de alcohol.
¡Qué bien!
Dos botellas de Borbón, una de whisky, un Johnny Walker dorado, esos me encantan, las etiquetas negras saben demasiado viejas, me recuerdan a mis víctimas del 1209. Sí que fueron muchas. Hasta pensé que sería una asesina famosa o algo así. Entro las botellas en un carrito de mano pequeño, unos cuantos dulces, unas siete cervezas y dos paquetes de frituras. Soy muy hambrienta cuando tengo sed de sangre, la comida y el alcohol me hacen olvidar de mi necesidad. Me acerco al cajero con todo lo que compraré, saco todo del carrito de mano para ponerlo delante de él.
— ¿Cuánto te debo?—pregunto buscando mi tarjeta de crédito en mi bolso.
—Su identificación por favor...—dice con voz adormilada.
¡Demonios! Olvidé mi identificación. Ahora tendré que hipnotizarlo o hacer que me de lo que quiero con mi don mental.
—No la necesitas...—pestañea unos segundos, para así volver a la realidad con la misma cara de idiota.
Miró a mí alrededor, pero nadie está atento a mí o al joven medio dormido que atiende a los clientes que quieren pagar. Que buen trabajador es, trabajando durmiendo. Lo bueno es que nunca he trabajado en mi vida.
—Doscientos dólares con noventa centavos señorita...—le sonrió mientras le pasó mi tarjeta de crédito.
Pasa la tarjeta por el pasa tarjetas y entra todas las cosas que acabo de comprar en bolsas de cartón. Le agradezco para salir de la tienda con dos bolsas en mis manos. Llegó a la gasolinera que aún está vacía, excepto por tres hombres con muchos tatuajes, fumando recostados en mi auto de cuatrocientos mil dólares. Aceleró el paso, hasta detenerme delante de ellos, están hablando tan entretenidos que no se dan cuenta de mi presencia. Así, que media irritada, me aclaro la garganta, haciendo que los tres tipos fijen sus ojos a mi dirección.
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Corazón de Vampiro ©
Vampire♡Corazón de Vampiro♡ Venus Khingdom. Una hermosa Vampiro de tres mil años, se ve obligada a escapar por simplemente ser un ómnibus, un tipo de vampiro indestructible y muy temido por los Puros, quienes son los primeros vampiros en nacer. Escapa a un...