(♡) Capítulo 2 |Diseños & Desconocidos|

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Muchos humanos.

Hay más o menos unos doce humanos andando en mi casa. Todos con uniforme color negro y rojo. Mala idea para calmar el ansia que tengo de devorarlos a todos, pero si me los devoro, no van a terminar mi casa.

Los juegos azules, van en la habitación uno...—le digo a unos de los trabajadores.

Todo está quedando bastante bien. El primer piso ya está decorado y listo, hasta parece una casa de la realeza por todas las comodidades que le he puesto. Me gusta estar cómoda, es una de las formalidades de los vampiros, podemos conseguir lo que queramos sin hacer ningún esfuerzo por eso, solo tenemos que hipnotizar y nada más. Es un arte que se nos dio.

¿Señorita Khigdom?—unos de los empleados me llaman. Me volteo para enfrentarlo— ¿Cual quiere para su habitación?—pone dos alfombras delante de mí.

Una gris oscuro y otra negra.

La negra es mejor—el asiente para desaparecer dentro de la que será mi habitación.

Todo está quedando realmente genial. Pero quiero que estas personas salgan de mi casa, antes de que los devoré a todos.

A las dos horas, ya todos estaban fuera de mi casa, claro antes de cenar, ya que de agradecimiento les hice una cena inolvidable, y mientras ellos comían, yo me devoraba a la vendedora en el jardín. Y para sus dudas, no, no la mate, solo fue una probada. Son las diez de la noche. Todo está silencioso. Me encantan los lugares silenciosos, son fantásticos. La naturaleza reina, lo verde se apodera de todo el lugar, no hay luces solo oscuridad en todas partes.

Siempre apagó las luces de mi casa en las noches, todo lo que hago es con las luces apagadas. Claro obviando el hecho de que puedo ver como si fuera de día en la oscuridad, porque soy un vampiro y eso viene en el paquete. Además de que tengo un oído perfectamente afinado, como para escuchar los pasos de una hormiga a doscientos kilómetros de distancia. Los sentidos se afinan más cada año que pasas de vida, he imaginen un vampiro de tres mil años, tiene más que sentidos afinados. Eso tengo por seguro.

Además de todo eso, de las cosas buenas de ser vampiro, también hay cosas malas para un vampiro como yo. Siempre tenemos que estar solos. Nunca he conocido a otro ómnibus así que no puedo explicar de cómo se siente estar con uno de tu tipo. Solo he estado con vampiros normales, y no más de un día. De algún modo siempre terminan enterándose de lo que soy, y para lo malo, siempre descubría que ellos eran espías de los puros. No sé preocupen, los mataba antes de que abrieran su boca. Claro que nunca me gustó asesinar vampiros, pero si tengo que hacerlo para sobrevivir, claro que lo haré, esa es mi ley. Siempre sobrevivir sin importar el precio que tengas que pagar para lograrlo. Bueno asesine al amor de mi vida, a mi mejor amiga, y a mí... en fin, todo lo hice para que no me encontrarán, ni a mí, ni a ellos.

El sonido de un auto se hace presente en la calle que está en frente de la enorme puerta que da la entrada a mi casa, el cual puedo vislumbrar perfectamente, porque estoy en el balcón admirando la belleza del silencio. El auto se detiene justo al frente de mi casa, nadie se baja de él solo logro escuchar murmullos que vienen de adentro del auto. Mi casa está en total penumbras gracias a que las luces están apagados, y todo es oscuridad.

¿Están perdidos?—digo fuerte sin dejar de mirar al auto, que al escuchar mi voz, arrancó para desaparecer en el camino.

Locos. Seguramente son adolescentes jugando a causar miedo. Pero lo bueno es que soy yo la que causa miedo.

Me quedo unas dos horas más admirando la belleza de la oscuridad, para entrar a la casa y darme una ducha. El baño lo dejaron exquisito. La alfombra del piso es roja, combina con la raya de cerámica roja que hay en la pared, el resto es blanco. Hay toda clase de cosas que necesito. Champo, alisador, secadora, crema de todas clases, jabones con olores exquisitos y velas que le dan olor al lugar. Todo está bien bonito. Sí que invertí bien mi dinero en esa tienda.

Me quitó toda la ropa quedando desnuda, abro el grifo mientras me hago un moño alto apretado para que no se moje el cabello. Me lo lavo semanal y además, ya es media noche, no me lo lavare a esta hora. El agua caliente recorre mi cuerpo, me relajo al instante. El poder del agua. Me enjabono todo el cuerpo con el jabón que está hecho de rosas o eso creo. A los diez minutos salgo de la ducha, mis pies mojados pisan la alfombra asiendo que mis pies sequen en un segundo. Con la toalla seco todo mi cuerpo, la dejó extendida en donde estaba. Salgo del baño sin nada que me tape, camino directo al armario, busco mi pijama negra de seda, la cual es un vestido medio transparente, pero realmente cómodo y suave. Solo me pongo una braga, dormir con sostén no me gusta. Cierro las puertas del balcón, esos chicos que aparecieron afuera no me dan confianza. No es que este asustada, si no que les arrancare la cabeza si vuelven a hacerlo. No cierro las cortinas. Quiero tener el paisaje en mis ojos, para tener una inspiración para mis sueños...

Me meto entre las sábanas, haciendo que mi piel descubierta saboree la suave y cómoda sábanas que me cubren. La noche está hermosa. Aunque aún me siento sola, recuerdo que cuando era humana, tenía muchos amigos de todas partes, mis padres eran ricos en la antigua Macedonia, todos los conocían, y por eso siempre los invitaban a las mejores fiestas de toda la ciudad. Allí siempre conocía a humanas de mi edad que eran realmente presumidas por sus riquezas, yo no lo era, siempre estaba feliz sin importar nada. Y mi mejor amiga no era rica, vivía en los vasallajes del fondo de la ciudad, mi madre le decía el hogar de los pobres. Su madre trabajaba en mi casa, y ella iba a veces a jugar conmigo, también tenía un hermano dos años mayor que ella, que también iba de vez en cuando a estar con mi hermano Midan, eran los mejores amigos. Recuerdo que estaba tan enamorada de él, él fue quien me dio mi primer besó y nos hubiéramos casado de no ser por mis padres, seguramente si me hubiera casado con Luca, hubiera sido humana, y hubiera muerto con él. Su muerte fue muy extraña, murió cuatro años de mi desaparición. Porque me fui, al descubrir en lo que me había convertido.

Esa noche, nunca se me olvidará, jamás.

Corazón de Vampiro ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora