(♡) Capítulo 5 |Revelación & Enfrentamientos|

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Me siento realmente cómoda, es como si estuviera recostada en las nubes. Abro mis ojos lentamente ya que se sienten pesados. Hace tres mil años no me siento cansada. No sé qué es lo que me está pasando, y estoy segura que no me estoy convirtiendo en humana. La luz va entrando a mis ojos, hasta que me acostumbro a ella. Poco a poco mi entorno se va volviendo más y más claro, hasta que todo se ve perfecto.

¿Mi habitación? ¿Estoy en mi habitación? ¿Qué demonios? Las cosas que me pertenecen están a mí alrededor. Las cortinas de mi balcón están abiertas dejando en claro lo nublado que está afuera. Aquí siempre está nublado. Pestañeo un par de veces para saber si estoy soñando despierta, pero no es así. Estoy en mi habitación. ¡Estoy en MI habitación! Esto se merece una ronda de vodka con limón. Con eso en mi mano, sí que estaré en el paraíso.

La puerta se abre, dejando ver a Henry entrar con una bandeja llena de comida en las manos. Me incorporo rápidamente en la cama, sin despegar mis ojos de los de él.

-¡Buenos días!—saluda mientras se acerca lentamente a mí con la bandeja en la mano.

-¡Buenos días!-replico viendo lo que la bandeja tenía dentro. El trata de acomodarla en mis piernas pero se la arrancó de las manos, ya que tengo hambre.

La acomodo rápidamente en mi regazo para comenzar a devorar toda la comida. Huevos fritos enteros, tocino, panqueques, un vaso de jugo, un pequeño sopero lleno de pequeños trozos de fruta, y una taza con café. Sí que está delicioso.

-Sí que estás hambrienta-dice con una sonrisa burlona en la cara, mientras mira como me devoró desesperada toda la comida de la bandeja.

-¡Está delicioso!-hablo con la boca llena mientras me entró otro pedazo de panqueques en la boca. Él sonrió burlón viéndome-No te rías de mí-le digo señalándolo con el tenedor.

Él levanta las manos en forma de rendición. Bajo el tenedor para seguir comiendo la delicia que me ha traído. En menos de cuatro minutos devoró todo el desayuno, solo me queda el jugo de naranja, ya que el café se fue con la fruta. Me gusta el café con fruta. Miró el jugo de naranja, doy un pequeño trago para saborearlo, pero le falta algo. Henry se acomodó en un mueble que está justo al lado de donde estoy. Saco la bandeja de mi regazo, me inclino hacia la derecha, en donde está mi mesa de noche, que está al lado de donde está sentado Henry, saco la botella de Borbón del 45. Henry se queda mirándome de una manera extraña.

-¿Qué? El jugo de naranja está incompleto-le digo mientras hecho unos tragos de Borbón al jugo de naranja. Dejo la botella arriba de la mesita de noche.

Bebo del jugo de naranja. Ahora si tiene sabor. De tres tragos me acabo todo el vaso, para dejarlo en la bandeja que está llena de platos vacíos.

-¡Sí que comes rápido!-sonríe mientras mira mis labios. Se acerca y pasa su pulgar por mi labio inferior-Tenias algo, ya no.-dice nervioso alejando su pulgar de mi labio.

Sonrió dejándole en claro que todo está bien. Me quedo mirándolo, no ha cambiado para nada, sigue igual, aunque menos demacrado. Cuando lo conocí, estaba todo lleno de polvo, su ropa estaba llena de sangre al igual que su cara. Su cabello se veía gris por las cenizas que caían sobre él. Ahora su cabello negro se ve brillante, sus ojos azules brillan mucho más ahora, y está menos triste a lo que estaba todo el tiempo. El entrecierra los ojos mirándome, me aclaro la garganta mientras despego mis ojos de los de él, poco nerviosa.

-¿Que hago en mi casa? Ya no me torturaran clavándome estacas en el corazón-hablo media divertida, trato de tranquilizar el momento incómodo que nos rodea.

Él sonrió negando con la cabeza, sus ojos no dejan los míos.

-Lamento lo que te paso, Alejandro es algo... agresivo cuando se trata de interrogar a alguien-dice rascándose la nuca algo avergonzado.

Corazón de Vampiro ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora