Miro mi reflejo en el espejo y suspiro al ver la venda rodeando mi pecho.
Pongo mi cuerpo desde distintos ángulos para analizar mi postura e inclino mi rostro.Realmente podría no usar la venda. No fui bendecida por tener grandes pechos, pero es mejor asegurarme.
Debo prepararme para cualquier circunstancia.Aprieto los labios y termino de vestirme. Limpio mi rostro y peino un poco mi cabello rubio recortado.
Cepillo mis dientes y me miro.-Soy Rhys.-Trato de hacer mi voz más masculina, pero suena demasiado forzada.
Carraspeo y aprieto los dientes, intentándolo de nuevo.
-Soy Rhys.-Esta vez suena mejor, pero no lo suficiente.
Respirando hondo, procuro soltarlo con voz casual. Como si nada me importase.
-Soy Rhys Grimaldi.-Bueno, esto es bueno, así que mentalmente me doy una palmadita en la espalda para darme ánimo.
-Todo va a salir bien, pajarito.-La voz de Rhys vuelve a llenar mi mente.
Pero ésta vez, no me hundo en mi miseria. Por primera vez, soy capaz de sonreír un poquito.Algo es algo ¿No?
Estiro mi espalda, algo cansada por los vuelos que he tenido que tomar para llegar a Londres.
Vuelvo a la habitación y pongo todas mis cosas dentro de la mochila.
Agarro la carta y veo el número de habitación que tendré en ese internado.-128.-Susurro.
Busco por algo más, una anotación.
¿Voy a tener que compartir cuarto con alguien más?
Pero por más que inspeccionan mis ojos, no encuentro nada que resuelva mis dudas. Solo los horarios, los materiales que son necesarios... Pero nada más.
Frunzo el ceño y coloco sobre mi hombro la pesada mochila con la incertidumbre llenando mis entrañas.
Con pesar, decido dejar ese pequeño problema a un lado y centrarme en los que vienen ahora.
Camino directa hacia la puerta, despidiéndome finalmente de mi antigua vida.Cierro los ojos y retengo el aliento.
-¿Rhys?.-El silencio es duro, pero no es que me esperara otra cosa.-Estés donde estés, espero que estés cuidándome desde allí arriba.
Finalmente, cierro la puerta de mi antigua vida para entrar en una nueva y mejor.
O eso espero.
***
Tomo una gran bocanada de aire y me pongo la capucha. Agarro mi mochila y salgo del coche.
Mis ojos le echan un breve vistazo al gran edificio que se levanta en toda su altura delante de mi, imponente.
Su estilo arquitectónico es simplemente perfecto. Oscuro y elegante al mismo tiempo. De repente, me siento ligeramente intimidada.Aprieto entre mis dedos fuertemente la correa de mi mochila y trato de recordar el número de habitación que ponía en la carta.
A la misma vez, lucho tratando de caminar todo lo masculinamente que puedo, recordando como lo hacía Rhys o sus amigos.
¿Estilo pasota o estilo chulesco?
Bien, definitivamente no quiero actuar como una creída, así que opto por el estilo pasota, dejando mis piernas más sueltas.
Cuando paso cerca de un pequeño grupo de chicos, inmediatamente siento sus miradas fijas en mi.
El corazón empieza a latirme con fuerza en los oídos, dejándome momentáneamente sorda.
Los nervios me impiden tomar aire correctamente y por un instante, tengo miedo de que piensen que estoy teniendo una ataque de asma.