RHIANON-Deja de comerte la cabeza.
Mis ojos giran hacia el rostro de Drakovich. Él toma mi mano entre las suyas y deja suaves caricias sobre mi piel. Niego lentamente con la cabeza.
-Es muy triste la situación. Ver a ese niño tan desesperado. Y a su padre... Realmente Akram lo está pasando mal. Elek parecía destrozada.-Drako aprieta los labios en una línea tensa. Frunce el ceño en concentración y me conduce hacia mi habitación.
-Taint es un niño fuerte, pasará de esto.
-¿Qué es lo que tiene Taint? ¿Más precisamente? ¿Realmente no hay ningún remedio?
Drako se detiene y deja escapar un lento suspiro.
-Taint tiene glaucoma crónico. No presenta grandes síntomas en un principio, hasta que empiezas a sentir que pierdes la visión. Taint estuvo mucho tiempo sin decirlo. Para cuando Elek y Akram lo llevaron a un especialista, estaba bastante avanzado. Está siendo medicado y ha tenido varias operaciones para tratar de detener la progresión de su ceguera.
-¿Y no ha dado resultado?
Drako hace una mueca.
-En ese tipo de operación, lo importante es la cicatrización. Quitan presión al ojo, pero si la herida cicatriza deshace la abertura que permite que el glaucoma avance. Tal vez eso ha ayudado un poco a Taint. Pero nunca va a recuperar su visión.
Analizo sus palabras.
-¿Entonces Taint no se quedará ciego?
-Ya está prácticamente ciego, Rhi. Tal vez la operación ha ayudado a relentizarlo. Pero progresivamente llegará un momento en que solo vea sombras. No hay nada que hacer.
Nos detenemos en la puerta de mi habitación y él coloca sus brazos a ambos lados del marco de la puerta. Después se adentra, caminando hacia la cama elegantemente hecha. Sus ojos inspeccionan la habitación y su rostro cae. Sonríe suavemente, pero no con alegría.
-Ya me había acostumbrado a dormir en la misma habitación contigo Grimaldi. Este cambio será duro.-Admite.
También lo será para mí.
-Echaré de menos tus ronquidos.-Suspira.
Hago una mueca y golpeo su pecho. Drakovich ríe y toma mi brazo, acercándome a él. Se sienta a los pies de mi cama y me hace sentarme cerca suya, rodeándome la cadera con sus brazos tatuados.
Lo miro de manera acusatoria.
-Yo no ronco.-Susurro.
De repente, él está muy serio, sin decir nada. Su expresión es mortalmente seria mientras me contempla con muchísima atención. Coloco una de mis palmas en su pecho y siento los latidos acompasados de su corazón. Lo miro de vuelta.
-¿Qué sucede?
Sus ojos inspeccionan cada centímetro de mi piel. Sus dedos se aprietan en mis caderas y toma una lenta respiración.
-Me gusta mirarte.-Traga saliva.-Me gusta sentirte en mis brazos, sabiendo que estás bien después de todo lo que hemos pasado.-Sus dedos acarician mi pómulo, todavía algo morado. Sus dientes se aprietan.-Te juro Rhianon, que vendería mi alma al diablo solo para encontrar de nuevos a esos tipos, allí en el infierno y volver a hacerles pagar.
Niego suavemente con la cabeza.
-Ellos ya se han ido. Ya han tenido su merecido. Vi como te descargabas con ellos.-Trato de convencerle.
Drako apoya su frente contra la mia y estira sus labios, dejando un pequeño beso en la punta de mi nariz. Ese gesto hace que sienta verdaderas mariposas revoloteando en mi interior. Por alguna razón, me parece un gesto mucho más significativo que un beso en la boca. Puedes besar a alguien por muchas razones. Por cariño, por diversión, o mayormente por lujuria. Pero un beso en la nariz es algo mucho más inocente.