-¡¡BILLY!!.-Su grito chillón resuena por todo el pasillo.Billy se sobresalta, emitiendo un jadeo asustado. Agarra su teléfono antes de que éste caiga al suelo y se toca el pecho, equilibrando su respiración.
Luck se ríe muy sonoramente, captando la atención de algunos compañeros. Su risa contagiosa llenando el lugar. Billy arruga sus cejas y echa una mirada de muerte a Luck.
-¡Tío! ¿Qué demonios? ¿A qué a venido eso?.-Su expresión molesta.
Luck se encoje de hombros.
-Me aburría...-Sus ojos brillando divertidos.-¿Sabías que cuando te asustas tu cara parece la de un hámster?
Antes de que pueda decir algo más, Billy empieza a correr tras él con una mueca enfadada. De un momento a otro, me doy cuenta de que me he convertido en el escudo humano de Luck, quien agarra mis hombros y gira alrededor de mi para que Billy no lo atrape.
-¡Lo siento, Hombre! ¡Me equivoqué!
Realmente no pienso eso ¡Lo sabes!.- Exclama, tratando de conseguir que su amigo se detenga. Billy se queda quieto y mira a Luck molesto. Sus fosas nasales dilatadas.Luck muestra su característica sonrisa burlona.
-Sí, amigo, lo siento. La verdad es que no te pareces nada a un Hámster, ellos son más bonitos que tú.
De nuevo, ambos giran alrededor de mi, Billy tratando de agarrarlo y Luck tratando de huir. Cuando Billy agarra el cuello de la camisa de mi amigo, la voz del profesor Cleiton, de física cuántica, suena potente. Súbitamente todos los compañeros que antes habían reparado en mis amigos haciendo el tonto, se dispersan hacia otros lugares.
Mis amigos se detienen como estatuas y miran asustados al viejo profesor Cleiton. Los ojos castaños del hombre se estrechan duramente.
De inmediato ambos elevan las manos y ponen caras inocentes, poniendo sus ojos saltones. Trato de tragar mi risa y miro expectante al profesor.
-En los pasillos no se corre ni se grita.-Sus ojos miran especialmente a Luck al decir lo último.-Ésta es una academia respetable, señor Sullivan, no tratamos con niños pequeños.
¿Acaso usted lo es?Luck aprieta sus labios y niega bruscamente, dándole la razón a él.
-No, señor.
La ceja del señor Cleiton sube casi hasta el nacimiento de su cabello canoso.
-Bien, me alegra. No trabajo aquí para educar a niños pequeños, sino a gente responsable y profesional que se toma en serio su trabajo.
Billy aprieta sus dientes y baja la cabeza, mirando de reojo a Luck con furia.
-Claro, señor.
Cleiton los mira unos segundos más y luego repara en mi. Inmediatamente me tenso.
Yo no he hecho nada ¿cierto?
-Deberían tomar más referencias de su compañero, Señores. El señor Grimaldi a demostrado tener un gran potencial en mi asignatura. Por no hablar de su buen comportamiento en clase.
Oh, vaya.
Sonrío incómodamente, no sabiendo que hacer con esa información.
En realidad, yo siempre he sido un cero a la izquierda en las matemáticas y en todo lo que impliquen números. Pero por suerte, me tocó tener un hermano genio, quien me enseñó miles de maneras de resolver cualquier problema matemático de la manera más sencilla posible.
Si no fuera por Rhys, estoy segura de que las palabras del señor Cleiton hubieran sido completamente diferentes ahora mismo. Muy seguramente no hubiera recibido ni un solo halago.