- Chanie Hyung se está poniendo guapo para Tao Hyung~~
- Oh, Jimin, calla.
- Lleváis viendoos dos años, ¿cuándo saldréis oficialmente? ¿Ya os habéis besado? Tienes 19, habría que ir diciéndole a padre para que os caséis...
- Jimin, por Dios... - El timbre sonó. - Anda, ve a abrirle a TaeHyung mientras termino de maquillarme.
- ¡Sí, Hyung! - El pequeño salió corriendo hasta la puerta y al abrir le dio un gran abrazo al chico.
- Minnie, tengo una cosa que contarte. ¿Podemos ir arriba?
- Oh, clar-- - Al girarse, Jimin se encontró con la estricta figura de su padre frente a él. - Hola padre...
- Jimin aléjate, nos cortas el paso. JiHoon y yo nos vamos, a un asunto de trabajo... Ya volveremos.
- Vale... - El chico se echó a un lado, recibiendo dos miradas de desprecio. El niño tenía ya siete años. Sus ojos seguían siendo los mismos. Grandes, azules y llenos de inocencia. Su cabello era de color rubio claro y puro. Su piel se tornaba cada vez más canela, y poco a poco iba creciendo, pero su mejor amigo siempre era más alto que él. Sin embargo, sus rasgos delicados no desaparecían. Por el contrario, se afilaban cada vez más, haciéndole cada día más hermoso femeninamente.
Por el contrario, su amigo TaeHyung era alto y delgado, con mejor masa muscular que él. Él no contaba con tantas mejillas como Jimin, y sus ojos eran de un color avellana muy confortable. Su cabello seguía siendo de un extraño pelirrojo que solo él y su hermana tenían, además de su difunto padre Omega. Sus rasgos eran bonitos, te daban una sensación de familiaridad difícil de ignorar. Aun así, a veces tenía una personalidad un poco ruda para un niño de siete años.
No se parecía en nada a su padre Tao, el cual tenía el pelo blanco grisáceo y unos rasgos hermosos. Ambos eran muy guapos a su forma.
ChanYeol apareció por la escalera, emperifollado y apresurado. - ¡Chicos, vais a estar con la casa sola, no la liéis, por favor! Tenéis galletas en el estante de arriba, helado en la nevera y unos juegos de mesa bajo la mesa del comedor. - Dejó un beso en la cabeza de Jimin y revolvió los cabellos de TaeHyung. - Pasaoslo bien, cariños. - Tras esto salió por la puerta.
- ¡Adiós Hyung!
- ¡Adiós, futuro segundo papi!
Ambos miraron a la puerta con una sonrisa inocente. Esperaron unos segundos y cuando el silencio se hizo sepulcral, se giraron a mirarse con sonrisas traviesas. Ambos corrieron a la cocina. TaeHyung se agachó a coger el helado del congelador, mientras Jimin trataba de coger las galletas. - ¡Tae, no llego! - Su amigo rápidamente fue en su ayuda y lo levantó por las caderas. Jimin cogió con éxito el paquete y lo lanzó dejándolo en la mesa, todavía en los brazos de su amigo. TaeHyung le bajó lentamente haciendo que se deslizase por su cuerpo, y cuando llegó al suelo, sus cuerpos encajaron a la perfección, y en un intento de no perder el equilibrio, las nalgas de Jimin quedaron presionadas contra la entrepierna del pelirrojo, el cuál gruñó.
El rubio se giró lentamente. - Tú... ¿Gruñiste?
- Jimin... Debo decirte algo.
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El Omega que quería ser Alfa ▪ YoonMin, omegaverse ▪
FanfictionEn un mundo en el que los Alfas dominan todo, los Omegas son seres pequeños, insignificantes y débiles a su merced. Son discriminados y reprimidos en todo, siendo obligados a obedecer cualquier deseo que los Alfas tengan. Todos los Omegas son educad...