Si a Jimin le hubieran pedido describir en solo una palabra ese primer año que había vivido como omega, sin duda habría utilizado "infierno".
Park JiDae no le dio ni un minuto de tregua. De vez en cuando, ataques de ira se arremetían contra él, y los descargaba todos en Jimin. El rubio estaba acomplejado de descubrir su espalda frente a otro por aquellas feas cicatrices. Cuando le venía en gana le castigaba sin comer o sin cenar, por no hablar de que a TaeHyung y Rosé solo había podido verles cuando se escapaba, cosa que pagaba estando veinticuatro horas en el cuarto oscuro, o por videollamada, aunque cuando le descubría hacía trizas el móvil con el que se comunicaba. Pobre ChanYeol, ni siquiera tiene independencia económica y ya está en la ruina.
Aunque no todo fue malo, gracias a aquellos exagerados castigos, había descubierto que JiHoon tenía en el fondo un buen corazón. Tan solo estaba enamorado de la persona equivocada.
El día de su décimo cumpleaños llegó demasiado tarde para su gusto, y el día en el que le llevarían con la familia Min había llegado. Y en ese momento, pensó que no era tan horrible como había pensado 365 días atrás.
Se había despedido de JiHoon en secreto, y ahora se encontraba en las afueras de su casa, junto a TaeHyung, Rosé, Tao y ChanYeol.
Le dio un fuerte abrazo a Tao, quien le alentó con palabras. Jimin le respondió abriendo su corazón y dejando que sus palabras fluyeran.
- Tao... Has sido un padre para mí todos estos años, y voy a echarte de menos. Sé que volveré a verte, pero ni de lejos con la misma regularidad. Así que... Te extrañaré.
Dicho esto, se dirigió a Rosé, a quien le dio un fortísimo abrazo y habló sin soltarla, acariciando su cabello. Ambos sollozaban. - Rosé Noona... Voy a extrañarte muchísimo. Eres como una hermana para mí, y... Oh, dios. No te escabuyas, Omega. Pelea, lucha, gana. - Entre lloriqueos de ambos, ella solo pudo susurrar un "Jiminie~". Se dieron muchos besos y caricias como si de pequeños cachorros se tratasen. Luego se soltaron a regañadientes y Jimin se dirigió a Tae.
- Estúpido TaeHyung... Te amo. - Le abrazó con debilidad, resguardándose en el Alfa como sus instintos dictaban, y sintiendo que nada le podía dañar entonces. Al esconder el rostro en el cuello del pelirrojo, recordó aquella vez en su primer celo, que el pelirrojo fue su alivio. Sí, se dieron mucho amor esa noche.
Después de un tiempo, se separaron, y Jimin saltó a los brazos de su hermano mayor. - Oh Chanie... eres el mejor. Te debo todo. Te debo mi felicidad, mi infancia, mi vida... Eres la mejor persona que he conocido nunca, tú has sabido cuidar de mí, me sacaste de la depresión, invertirste todo tu dinero en mí, me apoyaste... Simplemente eres mi Alfa.
Porque, sí, Jimin había tenido muy malas experiencias con Alfas, pero ChanYeol y TaeHyung habían llegado a su vida para recordarle que jamás debía meter a todos en el mismo saco.
La felicidad que había sentido pasando un momento con sus personas favoritas se esfumó en cuanto una limusina se detuvo tras él. Se dio la vuelta lentamente, observando con pavor el enorme vehículo negro azabache, y volviendo a girar hacia su familia. - Chanie Hyung...
- Tienes que ir, pequeño... Llámanos en cuanto te sea posible, ¿vale?
El rubio asintió, empezando a deshacerse en lágrimas, y se lanzó hacia ellos para recibir un último abrazo grupal, el cual no duró tanto como le hubiera gustado, pues un enorme hombre vestido de negro salió del coche, indicando que tendría que ir ya.
Cabizbajo se subió al coche, cuya puerta fue cerrada con firmeza, mas sin fuerza, por aquel hombre que iba de negro. Solo cuando miró a través de él, se dio cuenta de que el vidrio de la ventana estaba tintada, y desde fuera no le veían. A pesar de eso, se despidió con la mano mientras unos lagrimones se deslizaban por sus mejillas, llamando la atención del hombre.
- No llores. El jefe no quiere verte triste, ni con los ojos hinchados. - El rubio asintió, y a pesar del tono firme que había empleado, el hombre se le hizo agradable. - Chico, puede que no sea apropiado, ¿pero puedo parte un consejo?
- C-Claro señor.
- No muestres miedo en esa casa. Eres un Omega, y eso está lleno de Alfas. De nueve, concretamente. Ya sabrás que huelen el miedo.
- ¿De nueve? Me dijeron que había ocho.
- La novena es la reciente esposa del señor Min, ChaeRin. No todos están enterados de su existencia.
- Si los señores Min son Alfas, ¿no pueden tener bebés?
- No lo sé. Eso queda en manos de los Alfas y Omegas.
- ¿Uh? ¿Usted es un beta? Huele muy masculino.
- Se llama perfume, chico. - Dijo, con una sonrisa divertida. Quizá no todo sería tan malo.
O eso pensaba.
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El Omega que quería ser Alfa ▪ YoonMin, omegaverse ▪
FanficEn un mundo en el que los Alfas dominan todo, los Omegas son seres pequeños, insignificantes y débiles a su merced. Son discriminados y reprimidos en todo, siendo obligados a obedecer cualquier deseo que los Alfas tengan. Todos los Omegas son educad...