Preludio De Tomerta

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-Ven hacia acá, Silas – dijo Nicolás, quien aclaro su garganta mirando hacia otro lado, evitando ver hacia donde se encontraba Alec, Silas hizo caso sin protestar.

-¿Piensas estar ahí todo el día? – pregunto Magnus a Alec quien hacia lo más posible de cubrirse con los bordes de la gran fuente.

-A menos de que haya una persona "ciega" en este castillo que pueda traerme algo ropa con la que pueda cubrirme – espeto Alec molesto, su cara estaba completamente roja.

Antes de que alguien más dijera algo, Magnus alzo una mano, en dirección a la fuente y un pequeño tornado de llamas se hizo presente frente a Alec – Entra.

-¡¿Qué estás loco?! – Grito Alec indignado - ¡¿Qué piensas calcinarme?!

-Ten un poco de confianza – dijo Nicolás con tranquilidad – confía en él.

Alec lo medito unos segundos, no era como si tuviera otro lugar al cual ir sin que lo vieran sin portar prenda alguna. Rápidamente salió de la fuente y entro en el vórtice de fuego cubriendo su cabeza temiendo quemarse, para su sorpresa no fue así. El permaneció un tiempo con los ojos cerrados a la espera de que algo sucediera, pero los abrió cuando sintió que el fuego se estaba disipando. Iba a gritarle a Magnus que no quitara la barrera que impedía que lo vieran desnudo, pero su sorpresa fue que él ya estaba vestido.

Alec contemplo su vestimenta, era un extraño conjunto gris oscuro, que parecía estar confeccionado con gigantescas hojas de árboles, sin embargo, a diferencia del traje de "Legolas" que tenía la vez anterior, este tenía extraños decorados de aparente metal en los hombros y parte del pecho, pero también había algo más, la camisa que portaba, no era realmente una camisa, de hecho, parecía un tipo de gabán corto que le llegaba más o menos a la altura de su pelvis, las botas que portaba en esta ocasión, eran completamente negras, tal vez uno que otro decorado gris oscuro a juego con el gabán, Alec aborrecía los conjuntos demasiado elegantes... o elegantes en sí, la mayor parte del tiempo.

Pero debía admitir que ese podría decirse que era más propio de su "estilo" y solo porque se sentía extrañamente cómodo con él. Se sorprendió de su cabello el cual... estaba seco para su asombro.

Alec termino de apreciar sus nuevas ropas y miro a los príncipes y semi espíritus – gracias – dijo sin más, no admitiría que la elección de Magnus era increíble, si lo hacía, era posible que el hombre fuera más ególatra que de costumbre.

-¡Alec! – Nuevamente Silas corrió hacia Alec abalanzándose sobre el en un muy fuerte y cálido abrazo – te extrañé.

-Yo también te extrañe, pequeño pajarito– dijo Alec con sinceridad.

-Estaba tan preocupado al saber que habías desaparecido – Alec tuvo que recargarse en los límites de la fuente para poder sostener a Silas quien casi estaba colgado de él.

-¿Cómo lo hiciste? – pregunto Kieran viendo a Alec con escepticismo.

-¿Hacer qué? – pregunto confundido.

-Desaparecer aquella noche y reaparecer en nuestro jardín – dijo Lucian... tan serio como de costumbre.

-Pensé que eran ustedes quienes me ayudarían con eso – Alec bajo a Silas de su regazo y se acercó a donde estaban los príncipes, mirándolos de forma demandante – ya les había dicho, y lo repito ahora, no sé cómo es que llegue aquí hoy y la vez pasada tampoco.

-Eso resulta sospechoso, ¿no te parece? – dijo Kieran sin dejar de mirar a Alec con ese escepticismo en su rostro.

-Resulte o no, yo no hice nada especial para que esto pasara – Alec camino en dirección al gran comedor dispuesto a subir a la que seguramente sería su misma habitación.

Mundos Distintos... Pecado DivinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora