Aeropuerto | Jos Canela

12 | nieve

A Helen no le había bastado con dos horas de música, ya llevaba más de tres. Y la mayoría de las veces ponía esa canción del género "urbano", que al parecer era la más reciente.

Escuché que tocaban con fuerza la puerta de Helen, y al parecer ella no hacía caso.

– Helen – gritó mi tía, que tocaba la puerta de Helen.

Helen le bajo el volumen a la música, para después abrirle la puerta a su mamá.

– Deberías poner algo más navideño – dijo mi tía –, estoy decorando la casa y que mejor que con música navideña.

– Está bien mamá – respondió Helen.

Se escuchó que Helen había azotado la puerta.

– Navidad, Feliz Navidad, pues para mí el mejor regalo es tu sonrisa en Navidad – se escuchó la canción que ahora había puesto Helen.

Era CD9, vaya, qué ingeniosa era esa niña.

– Heleeeeeeeen – gritó mi tía desde abajo.

Por lo que yo reí.

Normalmente en esta casa se podía observar como Helen tenía una tremenda obsesión con CD9, su mamá se hartaba y terminaban peleándose, pero de una manera realmente divertida para mi.

Era lo bueno de estar aquí.

Llegó la noche y mi tía nos llamó para cenar. Yo acaba de darme un baño por lo cual estaba bastante fresca. Solo cenaba y me iría a dormir como un bebé.

– Es increíble la manera en la que juegas conmigo, Helen – habló mi tía.

– ¿De qué hablas mamá? – se hizo la desentendida mientras se metía un bocado.

– Navidad, Feliz Navidad – cantó en tono de burla mi tía.

– Ve el lado bueno, ya hasta te la sabes – exclamó Helen.

No pude evitar reírme.

Mi tía le lanzó una mirada asesina a Helen.

Terminamos de cenar y recogimos nuestros platos, cada quien el suyo.

El día estaba bastante nublado y frío, amenazaba con nevar, era lo bueno de estar en Estados Unidos en invierno, la nieve era bastante divertida.

Cuando éramos pequeñas, Helen y yo salíamos a jugar con la nieve, hacíamos muñecos de nieve bastante feos ahora que lo pienso, pero en ese entonces era nuestra obra maestra perfecta.

La última vez la había visto aún lo hicimos, esta vez quisiera hacer lo mismo.

Mis tíos, Helen y yo nos llevamos cobijas a la sala, para poder poner películas. Mi tía había preparado chocolate caliente.

Todos estábamos viendo películas navideñas, era una costumbre que tenían ellos días antes de Navidad.

Tal vez mi plan de ir a dormir como un bebé, no iba a resultar.

Mi celular vibró anunciando un mensaje, por alguna razón mi corazón saltó de emoción.

"¿Cómo estás mi amor?".- mamá, recibido a las 9:13 pm.

Era lindo recibir mensajes de mi mamá, la extrañaba mucho.

Pero en realidad creí que era un mensaje de Jos. Por alguna razón esperaba que él me escribiera. Sé que yo fui la última en no responderle.

"Muy bien mami, ¿y ustedes?".- enviado a las 9:14 pm.

"Extrañándote".- mamá, recibido a las 9:16 pm.

"Igual los extraño mucho".- enviado a las 9:17 pm.

Comencé a tener un poco de sueño, con el clima y las cobijas que tenía encima, el sueño me ganó y me quedé profundamente dormida.

Desperté en mi cama, en realidad no sabía cómo había llegado ahí. Solo estaba ahí y ya.

Revisé mi celular con la esperanza de tener un mensaje de Jos, pero nada.

Tenía que ser fuerte ante eso, yo había tomado la decisión de no hablarle más, no tenía porque estar esperando un mensaje suyo.

Hoy era 23 de diciembre, lo cual significaban dos cosas, mañana sería noche buena y en dos días navidad, y por otra parte justamente faltaban tres meses para mi cumpleaños número 18.

Y ahora pensando en mi futura edad, comencé a pensar en el tema prohibido, Jos, en realidad no sabía cuántos años tenía.

Investigué un poco sobre él en internet.

¿¡22 años!? Casi me voy para atrás cuando leí eso.

Quiere decir que me lleva 4 años y medio.

Es demasiado grande para mi gusto, jamás he estado con alguien mucho mayor que yo. Otra razón más para dejar de tener contacto con él.

Además chicos como él, famosos y todo ese rollo, coquetean con modelos o chicas famosas como ellos, y a parte de su edad.

Claro, ¿como puedo ser tan tonta?.

Dejar de seguir, borrar numero, borrar a Jos de mi vida completamente.

Me sentí frustrada. Una parte de mi me decía «que bueno ____, así ya no tendrás que lastimar a Helen», pero la otra parte tenía ganas de llorar por haber sido tan tonta.

Miré hacia la ventana. Comenzaban a caer copos de nieve, era lo único que me podía hacer feliz ahora.

Tocaron la puerta de mi habitación con un poco de desesperación.

– Está nevando, abrígate – dijo Helen dando saltitos como niña pequeña.

– Como en los viejos tiempos, Helen – respondí con una leve sonrisa.

Quizás era el clima el que me ponía nostálgica, y bastante. No sólo era lo de Jos, también me causaba algo el volver a salir con Helen a jugar con la nieve.

Nos veíamos demasiado infantiles, pero eso no importaba. Era bastante divertido hacerlo. Al fin y al cabo todos llevamos alma de niño dentro.

Había niños jugando, ninguna persona de nuestra edad se encontraba ahí, y pues la verdad que amargados.

Porque aprovechar cuando tus piernas cuando aún tienen fuerzas es lo más bonito que puedes hacer y de lo que jamás te arrepentirás.

Además de pasar tiempo con mi prima.

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Holaaaaa.(:
Este es otro capítulo del maratón.
Espero que les esté gustando.
Aún no sé cuántos capítulos serán del maratón.
Baaaaaai.❤️