Miré a Jos de nuevo, quien se encontraba pensando, dando vueltas por la habitación en donde nos encontrábamos.
– Podemos ponerte algo en la cabeza o en la cara – por fin habló Jos.
– Jos, eso no ayudará, si Helen mira mi ropa, cuando llegue a casa verá que estoy idéntica.
– No creo que miré tú ropa – respondió.
– No sabes qué tan acosadora es Helen.
Jos nuevamente se quedó pensando, decidí ayudarlo pensando también, aunque no se me ocurría algo.
– Ya vámonos – dijo uno de sus managers.
– Vete Jos, yo saldré después de que ustedes se vayan – dije, creo que era una buena idea.
Ellas seguramente los perseguirían y cuando hicieran eso sería mi momento de salir, huir sin que ellas me vieran.
– ¿Segura? – preguntó Jos.
– No hay problema – respondí.
Jos se fue junto con los demás chicos y sus managers, bajaron para irse a su camioneta.
Yo observaba todo por la ventana. La camioneta salía del lugar y las chicas no se apartaban de su al rededor, solo pegaban en las ventanas de la camioneta.
Estaban vueltas locas, incluyendo a mi prima Helen, quien se encontraba pegada a la ventana grabando a los chicos.
La camioneta por fin pudo salir de la bola de niñas, y la mayoría iban corriendo detrás de ella, pero Helen no era una de ellas.
– Vamos Helen, tú siempre los acosas, corre detrás de ellos – dije como si ella pudiera escucharme.
Helen estaba con varias chicas a su al rededor, todas se encontraban platicando tranquilamente sin moverse de lugar.
Decidí bajarme y salir discretamente sin que Helen me viera, por detrás y sigilosamente.
Salí, ella y sus amigas se encontraban mirando hacia donde se había ido la camioneta, entonces decidí irme al lado contrario.
La calle estaba tan sola, realmente desearía que estuviera aquí Jos, o al menos no estar sola.
Caminé y caminé, hasta perder de vista a Helen, no tenía que verme por ninguno motivo porque aún no se me ocurría una excusa creíble para poderle inventar.
Había bastantes callejones solitarios, parecían de películas de miedo, pero al menos no era de noche.
Sentí que alguien tomaba mi brazo y me adentraba hacia uno de los callejones, mi corazón comenzó a acelerarse, golpeé a cualquier parte y escuché un quejido. Miré hacia la persona. Jos.
– Jos me asustaste – volví a golpearlo.
– Lo siento – habló aún con quejido.
– Todo salió de maravilla – di saltitos de emoción.
– Algún día tendrás que decirle a tu prima que sales conmigo – dijo y después rió.
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Aeropuerto | Jos Canela
Hayran KurguAeropuerto, el lugar donde se conocieron. Esto desencadena problemas con su prima Helen. Fecha de inicio: 23/03/2016 Portada hecha por: @FamiliaCactus y @straymin «Prohibida su copia»