CAPÍTULO XII

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- ¡Qué carajos fue eso! –Expresó Víctor-

El humo de la explosión había pasado. Eran mis hermanos... Y Cristóbal. Inmediatamente Víctor me sujetó. Intenté soltarme, pero me sujetó más fuerte.

-Ana, Alexander, Cristóbal, viejo amigo. –Dijo Víctor, refiriéndose al último-

- ¿Viejo amigo? Un momento, ¿Cómo es que conoces A Cristóbal? -Interrogué- ¿Qué está pasando realmente? –Miré molesta a Cristóbal-

- ¿No se los dijiste Cristóbal? –Le preguntó Víctor-

-Eso fue hace mucho Víctor, no sabía de lo que eras capaz. Por eso dejé de trabajar a tu lado. –Le respondió Cristóbal- Descubrí que eras un monstruo y por eso me fui de tu lado.

- ¿Trabajabas para él, Cristóbal? ¿Qué sucedió realmente? –Volví a cuestionar-

- Me fascinaba el mundo del vampirismo desde que era un niño, cuando estaba en la orden conocí a Víctor, me engañó, no sabía que me estaba utilizando para que no dieran con su paradero. Descubrí de lo que era capaz de hacer, comenzó a matar a jovencitas por diversión, no tanto por necesidad. Se volvió vengativo, rencoroso, obsesivo con la familia Valerius. Entonces decidí alejarme de él, pero en la orden me descubrieron y me costó mi puesto. Eso fue lo que pasó, fue hace mucho, poco antes de que nacieras. Y estoy bastante arrepentido por ello. –Explicó Cristóbal-

-Ana se separó de él- ¿Por qué no me dijiste lo que pasó entre tú y este maldito?, me mentiste Cristóbal, confiaba en ti, creí que de verdad me habías contado todo. Nos traicionaste y... -Víctor la interrumpió-

-Ana, querida. Deja tus peleas maritales para otro momento. –Soltó una carcajada-

-Alexander habló- Realmente confiábamos en ti Cristóbal, ajustaremos cuentas al salir de aquí, ¡Eres un maldito Víctor!

-Alexander, querido. Tus palabras no son un insulto, me halagas con ellas. –Víctor realmente estaba disfrutando el momento-

Mi hermano estuvo a punto de abalanzarse sobre Víctor, pero sacó un cuchillo de plata y apunto en mi yugular con él.

-Si te acercas la desangro. –Dijo Víctor, acercando más el cuchillo a mi cuello-

-No lo harás. Muerta no te sirvo de nada. –Le dije- Me necesitas viva, lo sabes.

- ¡Cállate! ¿De verdad creen que dos humanos y un ex religioso van a detenerme? Por eso me dan asco los humanos, son tan temperamentales, tan ingenuos y... -Dejó de hablar porque una flecha de plata se enterró en su brazo, haciendo que me soltara y gritara de dolor-

No daba crédito, Cristóbal le había dado con la flecha. Un momento, ¿era buen arquero? Sin pensarlo corrí al lado de mis hermanos.

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Este fue el capítulo de hoy, solo tres más y esto termina... Aunque, ¿Les gustaría un epílogo? Puedo considerarlo. No olviden votar y comentar.  

PD. En mi perfil hay una historia más y una recopilación. 

LA VENGANZA DE LOS CAÍDOS (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora